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sábado, 17 de abril de 2021

Opinión

 

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La democracia de los incompetentes

por  17 abril, 2021

La democracia de los incompetentes

Asistimos en la actualidad a un proceso de degradación de la política y de las instituciones. La democracia no es un sistema dado de una vez y para siempre. Para enfrentar los desafíos del presente la democracia necesita actores que muchas veces es incapaz de producir. Esto se traduce en la democracia de los incompetentes. Debido entre otras causas, a la complejidad de los problemas, producto de las transformaciones tecnológicas y la sobreabundancia de información la política no consigue una de sus funciones básicas cuál es, hacer visible la sociedad, sus anhelos y esperanzas, y formular propuestas que la expresen y representen. Se discute más sobre las personas que los programas y los asuntos políticos. La política no logra  simplificar la complejidad de los problemas lo que afecta de manera importante a quienes ejercían una mediación tales como los partidos, las iglesias, los sindicatos y los medios de comunicación.

Esto es particularmente grave después de los hechos ocurridos el 19 de octubre de 2019 en que una vasta mayoría se movilizó en contra de los abusos y las desigualdades. Las fuerzas sociales otorgaron una nueva oportunidad al sistema político para converger en un proyecto de transformaciones estructurales profundas y redactar una nueva constitución participativa y democrática. Esto plantea un conjunto desafíos a los sectores progresistas del país que si no son adecuadamente asumidos entraremos en proceso de degradación de la política y los partidos conduciéndonos a un despeñadero de impredecibles consecuencias. La democracia presupone un saber accesible y compartido del que debe disponerse para participar en la deliberación y las decisiones políticas. Si ello no ocurre estamos en la democracia de los incompetentes.

Para enfrentar los actuales desafíos del cambio estructural y de participación democrática se debe convocar a una amplia alianza política y social basada en un programa de transformaciones estructurales que posibiliten disminuir las desigualdades y la pobreza que crecientemente afecta a vastos sectores de la sociedad chilena especialmente en la pandemia. Este debe ser el núcleo central de un programa que sea compartido por las fuerzas sociales y  políticas comprometidas con el cambio del modelo neoliberal. En torno a ello se deben construir alianzas para llevar a cabo un programa concreto en los próximos cuatro años. Todos los partidos de la centroizquierda deben comprender que esta es la principal identidad y que cualquier otra que se pretenda construir o dibujar conduce inevitablemente a la fragmentación y al triunfo de los sectores que pretenden perpetuar el actual modelo.

Estamos frente a una coyuntura histórica en la que simultáneamente debemos avanzar en la democratización del país, la superación de la pobreza, y la disminución de las desigualdades. Es en torno a estos tres ejes que se constituye una alianza política y social. Aquellos que bajo cualquier argumento o pretexto no lo entiendan estarán contribuyendo a la democracia de los incompetentes y al derrumbe del sistema político.

Históricamente esto ya ocurrió en nuestro país cuando las fuerzas de izquierda y la democracia cristiana se dividieron lo que pavimentó el camino  para la dictadura militar. Sabemos lo que significa recorrer de nuevo este camino. Si no actuamos a tiempo indefectiblemente más temprano que tarde, volveremos hacerlo con impredecibles consecuencias. La gravedad de la crisis nos interpela con mucha fuerza a la unidad de todas las fuerzas sociales y políticas incluidos a  sectores empresariales. Es la hora de la unidad en torno a programas ideas y propuestas. Hay que convocar a todos sin exclusiones. Es la hora de deponer los egos y protagonismos. Todos debemos dedicar los mayores esfuerzos al logro de este objetivo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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