Por Alfredo Peña R.

El horror y las gravisímas violaciones a los derechos humanos comenzó el mismo 11 de septiembre del 73 por parte de la dictadura. La imagen del bombardeo a La Moneda es sin duda la foto icónica del Golpe de Estado.

Pero hay otras que mostraron la barbarie y el salvajismo de los militares. Pinochet se ponía al nivel de Hitler y el Ejército chileno, al nivel de las SS nazis, ya que el líder austro-alemán mandó antes que Pinochet a quemar libros, diarios, cuadernos y cuadros en su país y en las naciones que invadió.

La imagen de quema de discos, libros, cuadernos, cuadros, libros y revistas, tras los allanamientos de las Torres de San Borja en la Alameda y calles Lira, Diagonal Paraguay y Portugal en Santiago de Chile, ocurridas desde el día 23 de septiembre de 1973, son parte de las fotografías que dieron vuelta al mundo, graficando el horror que se vivía en Chile tras el golpe militar del 11 de septiembre. Fueron las primeras quemas de libros.

Luego de esta acción, militares allanaron universidades, centros de estudios, casas y departamentos de personas comunes que fueron asaltadas y los libros requisados y las quemas siguieron.

En Valparaíso, Viña del Mar, Quillota, Villa Alemana y otras ciudades hubo gente que salió a las quebradas a quemar libros para protegerse en caso de allanamientos. Lo mismo ocurrió en Concepción, Talcahuano y otras ciudades.

El mundo no podía creerlo: Libros de historia, sicología, medicina, pedagogía, poesias de Neruda, de Gabriela Mistral, novelas de Gabriel García Márquez, y otros más "políticos", como libros de Eduardo Frei Montalva, de la Reforma Agraria, de Papelucho, y obviamente análisis de coyuntura del Gobierno de Allende, aunque fueran de oposición como libros del ministro de Justicia DC Jaime Castillo Velasco fueron quemados por los militares en plena calle casi frente a lo que es hoy el hospital Clínico de la UC.
Demostrando la absoluta ignorancia militar, fueron incinerados libros sobre  la Revolución Industrial y otros de arte sobre El Cubismo, porque "eran sobre Cuba", se escucha en un video grabado por periodistas alemanes.

Miles de libros perecieron bajo las llamas. Desde los textos revolucionarios de Karl Marx y Friedrich Engels y otros obviamente también fueron incinerados.

Trágica coincidencia: Muere Neruda y a la misma hora sus libros empiezan a quemarse cerca de donde fallece

Por una singular y trágica coincidencia, Pablo Neruda moría el mismo día y a la misma hora de la primera quema de libros. Sus obras y poesías eran incineradas a sólo unas 10 cuadras de donde fallecía, en la clínica Santa María en Providencia.

Durante el gobierno de Allende se creó la Editorial Quimantú que se traduce como sol para todos y contenía la idea de adquirir libros a muy bajo costo, entre ellos los libros más conocidos de nuestros dos Premios Nobel, Gabriela Mistral y Pablo Neruda.  

Desde el día del Golpe de Estado, la junta militar anunció por radio las nuevas medidas culturales, bajo la forma de 41 ordenanzas. La número 26 declara la "ocupación y la destrucción" de todas las ediciones de Editora Nacional Quimantú, entonces "símbolo de la democratización a través de la culturas"

 

Quema de libros hecha para la prensa internacional

La quema de los libros fue hecha pública por los militares para la prensa internacional y funcionó como castigo ejemplar y provocó que muchas personas en Chile la emularan, realizando sus propias quemas de libros, así estuvieran a favor o no del régimen, para evitar la persecución por tener literatura supuestamente prohibida y huir del encarcelamiento, los golpes y la tortura.

Así también, muchos miles se dedicaron a preservar sus libros, guardarlos en sótanos, entre techos, detrás de las paredes, techos falsos, cavar un hoyo en el patio o cualquier lugar que pudiera salvarse del ojo de los militares en caso de allanamientos.

Este cronista, con 16 años para el golpe, escondió en un entretecho parte de unos 30 libros y discos y otros -unos 20- los cubrió con una bolsa plástica e hizo un pequeño hoyo al final del patio al interior de un gallinero y los escondió en ese lugar. La casa fue allanada, como todas las del sector sur de la capital en forma masiva, pero la barbarie militar no alcanzó para preguntar por libros y discos.

También cuadros o litografías del Ché Guevara, de Fidel Castro, del líder vietnamita Ho Chin Minh, de Salvador Allende y de otros políticos chilenos y del mundo fueron incinerados en fogatas que armaron los militares. Discos de Quilapayún como La Cantata Santa María de Iquique, de Víctor Jara, Inti Illimani y de otros artistas no tan comprometidos también fueron quemados. 

Copiaron a los nazis

Los funcionarios del Ejército no discriminaban: Cualquier libro u obra era "dañina" para las ideas de la dictadura que había asumido el control del país pocos días antes.

Los nazis hicieron operativos parecidos y similares cuando invadieron Polonia, Hungria, Holanda, Austria y otros países. Lo que no quemaban se lo robaban como lo hicieron con un sinnúmero de obras de arte de la historia mundial, que después aparecieron casi el 80%. El resto no se supo quien se lo apropió indebidamente. Hay premiadas películas sobre este robo.  Y en Alemania y antes de la segunda guerra mundial, con Hitler ya en el liderazgo, los nazis echaron al fuego de forma pública libros de aquellos autores que habían sido condenados al ostracismo por considerarlos "peligrosos".

La acción se realizó al unísono en la Plaza de la Ópera en Berlín y en otras 21 ciudades universitarias. La quema pública de libros fue el punto álgido de la llamada «Aktion wider den undeutschen Geist», en español "Acción contra el espíritu antialemán",  con la que tras la toma de poder del régimen nazi, se comenzaba la persecución sistemática de los escritores judíos, marxistas, pacifistas y otros autores opositores o simplemente desagradables al régimen.

Volvamos a Chile. Los medios nacionales cubrían los allanamientos pero la mayoría no eran mostrados en la televisión: En esa época habían sólo tres canales en Santiago. El 13, el 9 hoy 11 de Chilevisión y el intervenido y tomado por los militares, Televisión Nacional. El director de TVN era desde el mismo 11 de septiembre un coronel de la Fach de apellido Sepúlveda y luego asumió el coronel del Ejército, Héctor Orozco que llegó a ser general y que murió hace tres años, preso en Punta Peuco por violaciones a los derechos humanos.

Los medios escritos, El Mercurio, La Tercera, Las Ultimas Noticias, La Segunda también tenían restricciones de publicar cualquier noticia. O lo hacían porque tenían cercanía con la dictadura o se auto censuraban. 

Y dentro de la maldad de los militares, sólo algunos medios internacionales, que la dictadura chilena consideraba amigos como Radio y Televisión Española que estaba bajo la dictadura del general Francisco Franco, podían grabar o fotografiar mientras quemaban los libros, cuadros, discos y las revistas que encontraron en los departamentos de las Torres San Borja. En esta "invitación" a la quema de libros y otros elementos, también estuvo la televisión alemana y la francesa.

Allanamientos violentos a punta de metralletas en departamentos con bebés y ancianos

La presencia y allanamientos por parte de militares se mantendría por varios días en las diversas torres ubicadas a cinco cuadras de La Moneda, ya destruída por bombas de la FACH, las cuales fueron allanadas sucesivamente. La premisa era "amedrentar" a los residentes a esas torres. Los residentes podían ingresar pero después no podían salir.

En pleno toque de queda, era común escuchar disparos, muchos disparos que retumbaban en los edificios. Según los militares, habían francotiradores. Cuestión que posteriormente fue desmentida por los propios funcionarios del Ejército que aseguraron que los balazos eran para que la gente "tuviera miedo y terror".

La quema de libros, fue un hecho que tuvo repercusión internacional. Después del 19 de septiembre funcionarios de la Escuela de Suboficiales del Ejército de Santiago realizaron allanamientos y detenciones en la Torre Nº 12 de la Remodelación San Borja. Y de ahí a otras torres.

Era el inicio de lo que habían hecho los nazis en Europa. En Chile, ingresaron a más de 700 departamentos rompiendo puertas, ventanas, closets, armarios, camas y todo lo que encontraran a su paso. No discriminaron. Matrimonios con hijos pequeños, bebés, parejas de ancianos o universitarios jóvenes, fueron apuntados con metralletas, fúsiles, pistolas y sacados de sus camas a los pasillos de los pisos. "Buscamos armas", decían.
Las armas no estaban pero habían otras más peligrosas para los militares: Los libros, discos y revistas...

En la torre 12, los militares detuvieron a 6 personas; un matrimonio de argentinos Beatriz Elena Díaz Agüero (26 años), embarazada de 6 meses y su pareja Carlos Rodolfo Adler Zulueta (26 años). Un estudiante universitario afectado por una enfermedad invalidante: Jorge Miguel Salas Paradisi (25 años), un importador, simpatizante del opositor a Allende Partido Nacional: Víctor Alejandro Garretón Romero (60 años) al cirujano dentista Julio Andrés Saa Pizarro (37 años) y a Ricardo Cristián Montecinos Slaughter (27 años), casado, funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), según consigna Resumen.cl.

El grupo de 6 detenidos, fue visto por última vez en la Casa de Cultura de Barrancas, hoy Pudahuel, ocupada como centro de detención por los militares en esos momentos. Sus cadáveres aparecieron en las cercanías del túnel Lo Prado, en la carretera que une Santiago y Valparaíso. De la investigación surge que fueron acribillados cerca del aeropuerto de Pudahuel, sin que exista ningún indicio del porqué de las detenciones ni mucho menos las ejecuciones.

Los mataron porque tenían muchos libros....

Foto: Militares muestran libros que quemarían

Este caso tuvo un fuerte revuelo internacional, pues el Fondo Monetario Internacional consideró el hecho una violación a los derechos humanos por lo que pidió a la ONU investigar los hechos. El organismo internacional recomendó a Chile iniciar una investigación y encontrar a los responsables. Sin embargo, la justicia chilena de la época, cómplice de la dictadura cerró el proceso sin culpables.

Este hecho seria uno más de los cuales llevarían a la dictadura chilena a ser condenada en los distintos organismos internacionales por sus graves delitos de lesa humanidad.

Todo por unos libros "peligrosos" para la dictadura...

*¿Usted también escondió libros o discos, cómo lo hizo y donde los ocultó?

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