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viernes, 31 de enero de 2020

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Autores del libro sobre Chacarillas: "Fue una mezcla de patetismo ridículo y liturgia nazista"

por  31 enero, 2020
Autores del libro sobre Chacarillas: “Fue una mezcla de patetismo ridículo y liturgia nazista”
Guido Arroyo y Felipe Reyes escribieron "Chacarillas, los elegidos de Pinochet", libro que se sumerge en los primeros años de la dictadura militar para mostrar cómo el régimen, a través del evento realizo el 9 de julio de 1977, se quiso apropiar de la figura de los jóvenes. Un evento político en el cerro San Cristóbal en el que estuvieron connotados políticos, como Andrés Chadwick, Joaquín Lavín y el actual jefe de asesores del segundo piso de La Moneda, Cristián Larroulet.

Un libro sobre el Acto de Chacarillas (1977), el icónico acto donde 77 jóvenes declararon su lealtad al régimen de Augusto Pinochet y en el que participaron connotados políticos –como Andrés Chadwick, Joaquín Lavín y Cristián Larroulet– escribieron los autores Guido Arroyo y Felipe Reyes.
Chacarillas, los elegidos de Pinochet (Editorial Alquimia) se sumerge en los primeros años de la dictadura para mostrar cómo el régimen, a través del evento que realizó el 9 de julio de ese año en recuerdo de los héroes del Combate de La Concepción, se quiso apropiar de la figura de los jóvenes. "A mí lo que más me sorprendió fue el plan de anulación de los jóvenes y sus expresiones culturales y artísticas después del golpe de Estado, la 'operación corte de pelo y barba', por ejemplo, entre otras sandeces. Una operación de borradura", comentó Reyes.
"Y se instala a la fuerza ese otro modelo de joven proyectado por (Jaime) Guzmán y expandido por la UDI, lamentablemente, hasta en las poblaciones. Eso persiste hasta hoy, no es pasado, es puro presente, por eso el ensañamiento con los jóvenes que hoy se manifiestan", agregó el autor.
El emblemático acto se realizó en lo que hoy es la piscina Antilén en el cerro San Cristóbal y que había sido construida durante la UP para los trabajadores. Fue de noche, con antorchas en mano, en una estética que recordó mucho a las puestas en escena del régimen nazi alemán. Hoy muchos de los participantes reniegan del acto o minimizan su participación, como el humorista Coco Legrand, el cantante "Pollo" Fuentes o el exanimador Antonio Vodanovic.
Arroyo supo del evento cuando hacía su tesis de grado, hace más de una década y desde entonces se transformó en su obsesión. Le llamó la atención "esa mezcla entre patetismo ridículo y liturgia nazista que tan bien caracteriza el espíritu de aquella época".
Al escribir el libro, el objetivo central fue develar el crucial espaldarazo para la dictadura que significó el apoyo de estos 77 escogidos. "El carácter fundacional de Chacarillas es crucial, porque en su discurso se traza la continuidad de la dictadura y, a la vez, se consigue crear un nuevo arquetipo de joven chileno, cuya consumación sería la fundación de la UDI", indicó Arroyo.
"Tanto la duración de la dictadura cívico-militar como el pacto de silencio ante la sistematización de la violación de los Derechos Humanos, solo es posible gracias a los jóvenes civiles que desde los noventa dirigen la clase política económica hasta el día de hoy", añadió el autor.
Uno de los capítulos es, precisamente, la trayectoria política de una buena parte de los nombres que hoy tiene un rol relevante en el actual Gobierno y en el Congreso.
"Excelentes investigaciones históricas y periodísticas han dado cuenta de ese clan, pero el acto de Chacarillas tiene todos los elementos de una comedia macabra, es la ceremonia de graduación política de esa generación que le juró lealtad al dictador y su proyecto de país, ese legado que hoy y siempre han defendido con represión, mutilación y muerte. Pero también me parecía interesante relatar lo ridículo del acto, cercano a la estética nazi; su organización, su discurso, elaborado por civiles, no por los milicos", subrayó Reyes.
Reyes (izq.) y Arroyo.
Una pieza clave en el evento fue Álvaro Puga, un civil que colaboró con Pinochet desde el primer día y que murió en 2015. Fue "un tipo autodidacta, que logró dirigir Radio Agricultura, redactó los primeros bandos militares, eligió directamente a los 88 políticos conminados a presentarse al Ministerio del Interior el 14 de septiembre porque, si no, 'debían atenerse a las consecuencias'", contó Arroyo.
Es el mismo que le dijo, tempranamente, a Pinochet que lo que estaba realizando era una "revolución", aunque al general no le gustara esa palabra. "Puga asesoró a Contreras, montó la Operación Colombo, fue asesor sicológico de la DINA, director de la Oficina de Asuntos Públicos y murió totalmente impune", recalcó .
El otro personaje, relató el autor del libro, sin duda es Jaime Guzmán, quien tuvo una "impresionante claridad para crear un nuevo orden político. Apenas ingresó a las COAJ (Comité Asesor de la Junta de Gobierno, asesores de Pinochet), a sus 27 años, instaló la idea que la dictadura debía tener metas y no plazos, cuando el resto de los abogados tenía elegida ya la fecha para que los militares volvieran a sus cuarteles (mayo del 76). Guzmán es el tipo que leyó con mayor claridad el período".
Arroyo explicó que el propósito de ambos era evidente: propiciar las condiciones para refundar el país. "Ellos visualizaban con mayor claridad que la dictadura permitía ejecutar una contrarrevolución bajo el signo de una sociedad subsidiaria y desigual. Y ese montaje requería espectáculo. Y eso hicieron: Chacarillas".
Respecto a la controversia sobre los asistentes, Reyes contó que se chequearon todas las listas en la prensa de la época y las posteriores aparecidas en libros, revistas y páginas web. "No hay mayores diferencias, salvo un par de apellidos mal escritos". Arroyo agregó que "la única controversia o duda que nunca resolvimos, es sobre la presencia del Coco Legrand, figura en todos los listados y nunca ha negado su presencia, pero no figura en ninguna foto. Otros, como Vodanovic o el 'Pollo' Fuentes, han mentido de forma descarada sobre su presencia, quitándole el carácter pro dictadura del evento. Todos los que subieron el cerro sabían que el acto era una genuflexión pública a Pinochet. Todos recibieron beneficios por hacerlo".

Sus protagonistas hoy

–¿Cómo están hoy sus protagonistas y cuál ha sido su papel en la crisis actual?
–Crucial –responde Arroyo.
-Larroulet, uno de los coordinadores del acto, es prácticamente el Presidente del país, actual jefe de asesores de La Moneda, es decir: amo total del segundo piso. Su discípulo más querido es el actual ministro del Interior, Gonzalo Blumel, que a los 27 años tuvo su primer cargo como miembro del think tank del centro Libertad y Desarrollo, el criadero de Larroulet". Por otra parte, Chadwick, "orgulloso participante del acto, no solo fue clave en la desatada represión tras el estallido social, sino además ha sido desde siempre una figura central de la política chilena.
Reyes añadió que, además del mundo político –parlamentarios, ministros, alcaldes–, hoy otros asistentes a Chacarillas son empresarios. "Han formado parte de los directorios de universidades privadas, AFP, Isapres o empresas de servicios básicos, han dirigido el gremio más poderoso de los empresarios (CPC), por lo tanto, han tenido participación en las decisiones de las últimas décadas", concluyó.

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