"Sopla como el viento la flor de la quebrada, limpia como el fuego el cañón de mi fusil": Víctor Jara el rebelde con causa que hoy es un ícono mundial

Por Paula Acuña
El cantautor chileno fue seleccionado como uno de los 15 músicos más rebeldes de todos los tiempos, según la prestigiosa revista especializada Rolling Stone. "En el fondo, los chicos malos son muy a menudo los sensibles, los que sienten el dolor del mundo", dice la publicación.

El cantautor chileno Víctor Jara fue seleccionado como uno de los 15 músicos más rebeldes de todos los tiempos, según la prestigiosa revista especializada Rolling Stone. "En el fondo, los chicos malos son muy a menudo los sensibles, los que sienten el dolor del mundo", dice la publicación.

"Ellos no hacen lo que hace todo el mundo, ya que no entienden por qué las cosas tienen que ser así (...) Aquí hay 15 verdaderos revolucionarios, para quienes el único lugar digno de estar era fuera, pero mirando hacia adentro", explicó la revista en la introducción de su listado.

Jara fue actor, director teatral, cantante y bailarín, alcanzó fama con temas como "Te recuerdo Amanda", "El cigarrito" o "El derecho de vivir en paz", melodías de amor y protesta social que lo convirtieron en un ícono de la música popular latinoamericana.

El artista nació al sur de Chile el 28 de septiembre de 1932 en la localidad de San Ignacio y uno de los más reconocidos miembros de la llamada 'Nueva canción chilena', que además integraban artistas como Violeta e Isabel Parra y las agrupaciones Quilapayún e Inti-Illimani.

Casado con la coreógrafa británica Joan Turner y padre de dos hijas, Manuela y Amanda, el músico fue apresado al día siguiente de la instalación de la dictadura de Augusto Pinochet, cuando se encontraba al interior de la Universidad Técnica del Estado, hoy USACH, donde se desempeñaba como docente.

Miembro del Partido Comunista, fue un ferviente partidario de la Unidad Popular, la coalición que llevó a la presidencia a Salvador Allende. Víctor Jara fue interrogado y maltratado duramente al menos dos veces en los camarines del entonces Estadio Chile, que hoy lleva su nombre. Allí fue sometido a diversas torturas, entre ellas la fractura de sus manos a golpes de culata. Según el protocolo de autopsia, el cuerpo del cantautor tenía aproximadamente 44 impactos de bala en su cuerpo.

El autor e intérprete de "El Tiempo en las Bastillas", Fernando Ubiergo, al comentar este poco tradicional ranking expresó que "es difícil decir demasiado sobre esto, ya que esta nominación incluyó a músicos más rebeldes de la historia. Y agregó que "yo no tengo la menor duda que debe estar en esa lista; él es una figura entrañable que está en el corazón de Chile todos sabemos quién fue y que representa Víctor Jara"

En tanto Raúl Alarcón Rojas, conocido como Florcita Motuda quien es destacado por su trabajo experimental y extravagante, dijo a Cambio21 que está de acuerdo con la opinión de la revista al considerar al músico y actor como un rebelde, pero cree que Violeta Parra también merece el mismo apelativo. El cantante reconoció que "Víctor Jara es un ícono cultural tanto para los jóvenes, para el país y reconocido en Chile y a nivel internacional y es un honor que sea el único latinoamericano que se incluyço en la lista junto con artistas mundialmente conocidos" .


Jara fue  un rebelde por el amor a su pueblo

Para el locutor y productor musical Miguel Davagnino "cuando se habla de la rebeldía me parece que es un término correcto y bueno; estos personajes buscan romper con lo establecido y están en oposición a muchas cosas. Pero el caso de Jara iba más allá y con el término rebelde quedó oculta la ternura de él" , dijo a Cambio21.

El comunicador que conoció, compartió y trabajó musicalmente con Víctor Jara,  reveló que en su caso desarrolló su rebeldía porque tenía un enorme amor  por su pueblo.

La ternura del artista, según Davagnino, quedó de manifiesto en su disco "La población" donde se encuentran canciones que abordan diversos temas, por ejemplo está inmersa la ternura en "Luchín", otras con una amplia mirada como "Las Colihuillas", que se refiere a las prostitutas de una población. "El no discriminaba y comprendía al género humano de sobremanera por lo chileno, y ese es el origen de su rebeldía", afirmó.

"Me da la impresión que la lista en la que fue incluído, al mirarlo un poco prejuiciosamente y sin conocerlos a todos y al no saber sobre que criterios se hizo el ranking, pienso que los otros no tienen esa ternura de Víctor y eso lo llevó a ganarse el epíteto que mencionaron. Se puede ser rebelde odiando, tratando de destruir, pero la rebeldía de Jara nace de su amor y ternura, es la cualidad del ícono cultural nacional", aseveró Davagnino.

"Víctor no fue sólo un cantante y un actor, aún no se dimensiona lo que fue este hombre, ya que fue un héroe, pero me refiero al trabajo que él hizo. Por ejemplo el teatro en Chile era para una elite ya que los actores era empaquetados, pero él lo llevó a la gente, produjo un cambio al dirigir lo que tiene que ver con su personalidad. También fue rockero e hizo grabaciones con otros grupos distintos a sus intereses musicales, por ejemplo con Los Blops; o sea se interesaba mucho con lo que pasaba con los otros movimientos como fueron los hippies", resaltó Davagnino.

Debiera haber un equilibrio al reconocer a Jara

Eduardo Carrasco fundador de Quilapayún destacó que Víctor Jara aprendió a cantar canciones campesinas en el ambiente que lo hacía su madre Amanda Martínez, quien era folklorista.

Carrasco agregó que además del área musical en Santiago se sumó a las tablas y recordó que con 27 años, en 1959 dirigió su primera obra de teatro: "Parecido a la Felicidad", al año siguiente participó como asistente de dirección en el montaje de la obra teatral "La viuda de Apablaza", y dirigió la obra "La mandrágora". En 1961, y como director artístico del grupo Cuncumén viajó por Países Bajos, Francia, Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Bulgaria.

En 1961 continuó trabajando como asistente de dirección en el montaje de "La madre de los Conejos", y en 1962, dirigiría para el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile, la obra "Ánimas de Día Claro". El año 1965 dirigió la obra "La remolienda" y el montaje de "La maña", por las que recibió el premio Laurel de Oro como mejor director y el Premio de la Crítica del Círculo de Periodistas a la mejor dirección por "La Maña".

El fundador de Quilapayún encuentra injusto que se destaque siempre la muerte de Jara, porque queda un poco de lado el área artística y de docencia que él realizaba. " Para mi es muy difícil verlo con la imagen que se ve en las calles pintado en los muros con la clásica guitarra. Lo ven como un mártir revolucionario, porque para mi fue una persona muy cercana, él fue un amigo con el cual trabajamos e hicimos muchas cosas", dijo Carrasco.

"Ahora, independientemente de la figuración simbólica e histórica lo que más importa en Víctor es su compromiso con el arte; si bien él fue un luchador social muy consecuente que, finalmente entregó la vida por su causa, hace que la imagen política, histórica, tenga verdadera relevancia. Es justamente la importancia artística que tienen porque mártires del pueblo chileno hay muchos, pero su figura sobresalió por su legado como artista y es un caso que se pueda comparar con el poeta español García Lorca, que por su significación artístico cultural pasó a ser un ícono del pueblo en un determinado momento", destacó Carrasco.

Respecto a la nominación de la revista el fundador de Quilapayun dijo que " Estoy seguro que a Victor le importaría mucho más lo que dejó en el corazón de los chilenos, el ver cómo se emociona la gente aún con sus canciones, lo que significó la obra de él o como cuándo nosotros abrimos los recitales con el tema La Plegaria de un Labrador,que una figuración en la revista norteamericana. El emociona a mucha gente. Si quieres que te hable con el corazón encuentro un poco provinciana la reacción de lo que ocurrió con la nominación". dijo Carrasco.