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domingo, 1 de julio de 2018

Sierra Henríquez, Sola (1935 - 1999)

Domingo 01 de Julio 2018.
ARI Y DDHH.

Sierra Henríquez, Sola (1935 - 1999)
Sola Sierra nació en Santiago de Chile, el 1 de diciembre de 1935. Su padre, Marcial Sierra fue un obrero del salitre. Su madre, Ángela Henríquez Muñoz, sobreviviente a la Masacre de Santa María de Iquique en 1907, trabajó cosiendo cotonas de obreros. Con motivo de la crisis del salitre, la numerosa familia se vio obligada a trasladarse desde el Norte a Santiago, en 1931.
Por los problemas económicos familiares, Sola Sierra sólo alcanzó a cursar hasta tercer año de Humanidades en el Liceo Darío Salas. Siendo estudiante del Liceo, se dedicó a organizar a sus compañeros, vocación social que desencadenaría en su militancia en el Partido Comunista a la edad de 19 años.
Hacia 1959, en Chile se comenzaron a formar “Clubes de Amigas”, que eran organizaciones que agrupaban a mujeres adultas del país. Sola Sierra, en sus primeros años de juventud, se dedicó a formar estos Clubes, constituyendo junto a otras amigas el Primer Encuentro de Clubes de Amigas en el balneario del Tabo, ocasión en la que participaron más de 70 jóvenes de distintos rincones del país.
En 1962 contrajo matrimonio con Waldo Pizarro Molina, unión de la cual nacieron sus hijos Waldo, Lenia y Lorena. Junto a Waldo, vive sus primeros años de pareja en La Serena, donde continuó participando en organizaciones de mujeres.
Fiel a su fuerte compromiso social, luego del Golpe de Estado de 1973 se dedicó a trabajar apoyando a hombres y mujeres detenidos por militares, visitándolos en cárceles y estadios. El 15 de diciembre de 1976, su esposo fue detenido por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), hecho fundamental en su vida, pues desde ese momento ingresó a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD). Durante toda su vida, participó activamente en la Agrupación, denunciando la represión que llevó a cabo la dictadura y realizando una férrea defensa de los derechos humanos que estaban siendo menoscabados por el Régimen Militar. En 1978, con motivo del Simposio Internacional por los Derechos Humanos organizado por la Iglesia Católica, Sola Sierra realizó una intervención a nombre de la AFDD.
Su lucha por los derechos humanos la llevó a ser reelecta en 5 ocasiones como Presidenta de la AFDD. Además, fue una de las fundadoras de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, institución en la que cumplió el rol de formación de los Comités de Base. Formó parte del Comité por la Vida, la Verdad y la Justicia y participó activamente en las jornadas de protestas y concentraciones públicas por la defensa de los Derechos Humanos. Su labor también la llevó a integrar la Asamblea de la Civilidad, la organización Mujeres por la Vida y, como dirigente, tuvo una participación activa en los llamados a paros y protestas nacionales que se realizaron en la década de los ’80 en contra del régimen autoritario.
En 1981 se convirtió en delegada del Primer Encuentro Latinoamericano de Familiares de Detenidos Desaparecidos, realizado en Costa Rica, ocasión que permitió la formación de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM). En 1988, representó a la FEDEFAM ante las Naciones Unidas. Su rol como defensora de los derechos humanos, la llevó a participar en múltiples conferencias en diversas ciudades del mundo, como París, Bolonia, Vancouver, Washington, entre otras. En la visita del Papa Juan Pablo II a Chile, en abril de 1987, Sola Sierra le entregó un libro que contenía los rostros de los detenidos desaparecidos en Chile.
Con el retorno a la Democracia en 1990, Sierra participó junto a Sting y otros artistas, en los conciertos que Amnistía Internacional organizó en Mendoza y Santiago. Con el arresto de Augusto Pinochet en Londres, Sola Sierra participò activamente en los alegatos que se realizaron para lograr la extradición del ex-dictador, declarando ante la Cámara de los Comunes.
Durante su vida, Sola Sierra recibió alrededor de una quincena distinciones y reconocimientos a nombre de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Entre ellos destaca el Premio Letelier-Moffit (1979), el Premio Servicio, Paz y Justicia (1979), el premio Patricio Sobrazo (1985), el Homenaje de la Central Unitaria de Trabajadores (1990), el Premio por la Vida, Rodrigo Rojas Denegri (1990), el premio Víctor Jara (1992), el Premio Internacional Alfonso Comin (1998), entre otros.

Sola Sierra falleció a comienzos de julio de 1999.

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