Prioridades para el “segundo tiempo” del Presidente Boric
por Juan Pablo Parada 14 octubre, 2022
En el presidencialismo chileno, el inicio del “segundo tiempo” es un espacio relativo dentro del partido de cuatro años, que tiene como objetivo demarcar una línea y generar una especie de “borrón y cuenta nueva”. Significa primordialmente realizar importantes cambios en el equipo ministerial acompañado de un viraje del relato gubernamental, una especie de “formar nuevo gobierno” con el objetivo de generar una válvula de escape a las crisis políticas.
¿Quién acuñó el término?
La ex Presidenta Bachelet en los primeros días del año 2008 tras dos difíciles años de gestión marcados por la revolución pingüina y el fallido Transantiago. Ese “segundo tiempo” estuvo marcado por la renuncia del entonces ministro del Interior, Belisario Velasco, y el inicio del relato de la “red de protección social” encabezado por su estratégico asesor comunicacional, Juan Carvajal, lo que determinó que el primer gobierno de la Presidenta Bachelet terminara con más del 80 por ciento de aprobación.
Ya en su segundo período de gobierno (2014 - 2018), Caval y sus consecuencias significaron el inicio de un nuevo “segundo tiempo” que significó la salida del entonces hijo político de Bachelet, Rodrigo Peñailillo, del Ministerio del Interior, y la instalación, esta vez con menos ánimo comunicacional que en su gobierno anterior, del concepto de “realismo sin renuncia”, acompañada de una simbólica frase, pronunciada en un matinal, que refleja las emociones personales de la ex Presidenta Bachelet en su segundo mandato: “cada día puede ser peor”.
En el caso del segundo gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera, el estallido social quebró el “primer tiempo”, debilitándolo a un nivel nunca visto en la historia política de Chile desde el gobierno de Juan Esteban Montero (1931-1932). El fin de su “primer tiempo” trajo como consecuencia la salida y acusación constitucional del gran estratega detrás de su segunda candidatura, Andrés Chadwick. Su “segundo tiempo” tuvo éxitos como la exitosa campaña de vacunación pero sucesivos escándalos como los “Panama Papers” y el proyecto Dominga, finalizando su gobierno con la más baja aprobación ciudadana que se conozca desde los inicios de la transición.
¿Comenzó el “segundo tiempo” del Presidente Boric?
Formalmente el “segundo tiempo” del gobierno comenzó menos de 48 horas después de la derrota en el plebiscito con el cambio de gabinete. El ambiente en esas horas fue de confusión, coronado con la fallida designación de Nicolás Cataldo en la Subsecretaría del Interior.
Sin embargo, tras unas difíciles semanas cargadas de errores de diferente índole, materialmente el “segundo tiempo” del gobierno comenzó de una manera estratégica y beneficiosamente pensada: con una cinematográfica cadena nacional encabezada por el Presidente Boric, en la cual anunció el inicio de la tramitación de la Ley de Presupuesto del año 2023. El Presidente fue el único orador, algo particular, pues generalmente el Jefe de Estado realiza una pequeña introducción para después otorgarle el protagonismo al ministro de Hacienda.
Pese a las evidentes dificultades que ha tenido que sortear el gobierno tras la derrota en el plebiscito, se ve a un Ejecutivo que está intentando tomar el protagonismo mediante la aplicación de políticas económicas contracíclicas, mayor preocupación por el alza en el costo de la vida y la seguridad pública, principales prioridades de los chilenos según las encuestas.
Reflexiones para el “segundo tiempo”
Lo que demuestra el éxito del “segundo tiempo” del primer gobierno de la ex Presidenta Bachelet, es que ella dejó cada vez más su rol de Jefa de Gobierno en ciertos ministros del comité político y asumió con mayor preferencia el rol de Jefa de Estado que le permitió subir al olimpo de las encuestas. El desafío del Presidente entonces, es asumir en mayor medida ese rol y empoderar al comité político, especialmente a Carolina Tohá y Antonia Orellana, quienes debieran fácticamente desarrollar la tarea conjunta de Jefas de Gobierno. La principal misión del comité debería ser articular a las dos coaliciones oficialistas y unirlas en una, aprovechando de cerrar el conflicto con el análisis de los “30 años”. Para sellar esta unión de manera simbólica, el Presidente debiera aprovechar la pronta llegada de la ex Presidenta Bachelet a Chile para invitar a la Moneda a los exmandatarios pertenecientes al mundo del llamado “Socialismo Democrático”.
De esta manera, se unirán las dos coaliciones en una y enfrentarán juntas las elecciones que vendrán. Esto permitiría al Presidente generar un delfín político para la elección presidencial de 2025.
Por otro lado, sería del todo beneficioso aprovechar este “segundo tiempo” para empoderar a la estrella del gabinete, el subsecretario Manuel Monsalve, en un desafío de proporciones: como encargado especial de La Araucanía, junto a un articulador ejecutivo político transversal como el senador Francisco Huenchumilla.
Por último, ordenadas las filas, el relato gubernamental de este “segundo tiempo”, al estilo de la exitosa “red de protección social”, debe girar en torno al concepto de seguridad en tres áreas, las de mayor preocupación ciudadana según las encuestas: “seguridad pública, económica y social”.
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