Estuve fuera de Chile durante un mes (regresé el martes 9 de mayo) por lo que “me perdí” la campaña de los diversos partidos para la elección de consejeros y, por supuesto, las elecciones mismas. Sin embargo, antes de partir alcancé a ver la propuesta que hacía el Partido Socialista para la franja de TV. Con un gran desparpajo, cinismo, hipocresía, falta de respeto por la figura de Salvador Allende y, un altísimo grado de estupidez, planteaba que “Esta Constitución por fin abrirá las grandes alamedas”. Simplemente patético. Señores del PS, los únicos que abrirán las grandes alamedas serán los trabajadores -como lo dice textualmente el presidente Allende en su último discurso- mismos a los que ustedes le han dado la espalda desde el primer día de terminada la dictadura cívico militar.
Debo aclarar que esta nota la había sólo punteado (manuscrito) al día siguiente de la aprobación del proyecto de la minera Los Bronces, pensando recabar más antecedentes una vez regresado al país. Por lo que antes de referirme expresamente al título, deseo hacer un pequeño aporte, profundizando sobre el concepto “engendro” del buen amigo Manuel Riesco y su artículo titulado “El engendro del 7-M”.
El Estado de Chile es un engendro en sí mismo, y toda decisión política (superestructura) que emane de él, por lógica, será un engendro.
Como he explicado en notas anteriores, el Estado de Chile es una entelequia, pues no ha sido creado por una Constitución Política emanada de una Asamblea Constituyente, cuyos integrantes hubiesen sido investidos del poder originario (Giorgio del Vecchio).
Al formular la relación entre el Estado y el derecho, Otto Federico von Gierke (1844-1921), uno de los más importantes estudiosos del Estado de la segunda mitad del siglo XIX, plantea que “la fuente última de todo derecho no es el Estado, sino la conciencia común de una existencia social”.
Para Gierke, si bien el Estado no es el único órgano de la producción del derecho, es el órgano más importante. Las uniones que tienen que ver con el Estado, se caracterizan por ser comunidades de acción política: “el sustrato de ellas, lo forma la voluntad general, su forma exterior es la de un poder organizado y su problema el acto realizado como un fin consciente”. El Estado tiene un valor categórico permanente en la vida de la cultura y, por consiguiente, no se puede considerar una creación del individuo, sino como producto de fuerzas sociales, mismas que se manifiestan también en el propio individuo.
Los elementos constitutivos del Estado, denominados condiciones de existencia del Estado, son: la población, el territorio, el poder y la finalidad.
Entonces, dentro de esta entelequia que llamamos Estado chileno (en todo caso fallido), se han engendrado instituciones a imagen y semejanza del ente que las ha engendrado; veamos:
Comencemos por el partido Unión Demócrata Independiente (UDI), creado en plena dictadura cívico militar. Si Chile fuera un Estado de Derecho, ese partido debió haber sido proscrito, y sus militantes, jamás habrían podido acceder a un cargo de votación popular o a un puesto de gobierno por haber sido cómplices activos de la dictadura que la engendró y a la cual sirvieron y manifestaron absoluta lealtad; recordar los 77 de Chacarillas. Pero no sólo eso, un hecho que refleja el más claro ejemplo del “real Estado de Derecho” chileno, radica en que a uno de los militantes más conspicuos, lo tenemos instalado como flamante presidente del Senado, después de haber sido elegido primero diputado, luego senador y ahora como la segunda autoridad política del país: Juan Antonio Coloma, ex presidente de la UDI, ex presidente de FEUC y ex presidente del Frente Juvenil de Unidad Nacional (juventudes pinochetistas); en estos dos últimos nombrado personalmente por Augusto Pinochet.
Baldur von Schirach era el presidente de las Juventudes Hitlerianas, nombrado personalmente por Adolf Hitler y anteriormente presidente de la Federación de Estudiantes, también nombrado por Hitler (cualquier semejanza no es mera coincidencia). Eso sí, él era un hombre muy culto y preparado. En 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial, fue detenido y juzgado en los Juicios de Nüremeberg. Ante el tribunal Schirach declaró:
“… Quien ordenó las muertes fue Adolf Hitler. Él y Himler fueron conjuntamente los prácticos autores de este crimen que seguirá siendo para siempre una mancha vergonzosa sobre nuestra historia. Pero la juventud alemana es inocente de lo que Hitler hizo a los pueblos alemán y judío. Nada sabía del exterminio de los hebreos y no quiso semejante crimen. Es culpa mía, que asumo ante Dios y nuestra nación, haber educado a la juventud alemana en la fe en Hitler, el hombre que juzgué intachable y que resultó ser un asesino de millones de seres humanos. Yo creí en Hitler, eso es todo lo que puedo decir por exculpación. Yo soy el único culpable; la juventud alemana es inocente porque creció en un Estado antisemita en el que era ley la política racista…”
Baldur von Schirach fue condenado a 20 años de prisión como culpable de crímenes de guerra, condena que cumplió en la cárcel de Spandau.
Clarito: en Alemania, el presidente de las juventudes de Hitler es condenado a 20 años de prisión. En Chile el presidente de las juventudes de Pinochet es elegido presidente del Senado de un Estado de facto, fallido e inmoral.
Y la casta política se muestra extrañada y profundamente conmovida por el “engendro del 7-M” (Manuel Riesco dixit) y despotrica contra el Partido Republicano, cuyos militantes, si bien bastante ignorantones y amatonados, son los que tienen más claro en qué consiste la lucha por el poder y actúan en consecuencia. El que parece que no entiende mucho de estos avatares, es el presidente Boric, que le solicita muy encarecidamente que “no sean partisanos”. ¡AH!, entonces que se dediquen a jugar a la payaya!
En concreto, la UDI y sus dirigentes jamás han pedido perdón por los crímenes de la dictadura, de los cuales fueron cómplices activos. Pero tampoco la casta política de la ex Concertación y de la Nueva Mayoría ha pedido perdón, no sólo por haber permitido esta situación, sino por haber proseguido las mismas políticas públicas de la dictadura durante más de 30 años, convirtiendo a Chile en un Estado de facto, fallido, corrupto, inmoral y terrorista.
Chile, un Estado terrorista
La cruel rapacidad y el espíritu monopolizador de los manufactureros y mercaderes, hacen pensar que ni unos ni otros, ciertamente, deberían ser conductores de la humanidad”. (Adam Smith)
Con la aprobación del proyecto Los Bronces,
el Estado chileno ha completado su camino, desde el Estado de facto, fallido, corrupto, mafioso, para llegar a un Estado terrorista, asesino del mar con las salmoneras, de la montaña con la protección a medias de los glaciares, con las forestales depredando el bosque nativo y asesinando la tierra con sus monocultivos, con el robo del agua privatizada, con las inmobiliarias construyendo en zonas agrícolas, etc., es decir, no queda rincón del país, en que no se vea la depredación de su territorio por la casta empresarial, aupada por la casta política. (Así lo comprobó, también, el delegado de la ONU en su reciente visita a Chile, cuyo informe preliminar es lapidario).
Se acusa a la CAM de ser una organización terrorista, por quemar la maquinaria de las empresas forestales, maquinaria que para lo único que sirve, es para seguir depredando el bosque nativo y las tierras robadas al pueblo mapuche.
“…. Veamos algunos hechos. Mientras el pueblo mapuche sufre la represión del Estado, acusando y encarcelando a sus dirigentes de terroristas, los testigos de las madereras se presentan encapuchados. En un acto que le honra, la jueza solicita, bajo secreto de sumario, su identidad para que los abogados defensores puedan ejercer su alegato. El gobierno de Boric, por boca de su ministra de interior, Carolina Tohá, consideró dicha petición un exceso y lo tildó de un error que debía enmendarse. Así llamó a paralizar la petición y amonestar a la jueza. Objetivo cumplido. ¡Viva la independencia del Poder Judicial!”. (Marcos Roitman Rosenmann: “7 de mayo: La farsa electoral”, Clarín 7/5).
“El próximo martes 16 de mayo se espera que den lectura de la sentencia a Rodrigo Ormeño Gómez, conocido como «El Mentolato», quien es el líder de una banda criminal dedicada a los delitos violentos y el robo de madera en la provincia de Arauco.
En octubre del 2022 «El Mentolato» fue detenido junto a otros dos individuos, convirtiéndose en los primeros tres imputados por la Ley de Sustracción de Madera. Es por esto que luego de la condena por las amenazas enfrentará el juicio oral por «tres robos con intimidación, sustracción de madera y amenazas a empleados de una empresa de seguridad que presta servicios a Forestal Arauco». (“Condenan a líder de banda dedicada al robo de madera en Arauco por amenazar a un carabinero. El ciudadano, 13/5). Y la derecha y el gobierno, mutis por el foro.
Boric y su gobierno, siempre preocupado por los derechos humanos en otros países, sin entender que los DDHH no sólo se violan con represión y con balas (como también se violan en Chile), sino que éstos consisten en los derechos a la educación (miles de niños menores de 17 años no han recibido nunca ni un año de educación, cientos de miles de niños mayores de 17 años, apenas han cursado la enseñanza básica (los nini: ni estudian ni trabajan); derecho a la salud (más de 20 mil personas al año, fallecen esperando ser atendidos para una primera consulta o para una cirugía); derecho a una vivienda digna, (miles de campamentos a lo largo de todo el país); derecho a un trabajo digno (la cesantía no disminuye y aumenta el trabajo precario); etc. Es necesario reconocer que todos estos males vienen de muchos años, y que la Concertación no fue capaz de solucionar, debido a la aplicación de prácticamente las mismas políticas públicas heredadas de la dictadura, y culpando a la derecha por no contar con la mayoría, a la que ella misma renunció.
En fin, podríamos seguir dando ejemplos de cómo el Estado de Facto, se ha ido convirtiendo en un Estado terrorista y esto, no sólo por los crímenes cometidos por los diferentes gobiernos, tanto en las protestas legítimas como a jóvenes y comuneros de la etnia mapuche, sino en el día a día, debido a la desidia con la que ha enfrentado los problemas de la población, especialmente de los más carenciados.
Corolario: es el engendro el que ha permeado las mentes de los ciudadanos, especialmente el de la casta política al servicio de la casta empresarial.
Por Hugo Murialdo
Periodista, máster en Ciencias de la Comunicación, máster en Filosofía Política
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