La consejera y militante de Convergencia Social, señala que la propuesta constitucional “en varios aspectos es peor que la Constitución del 80”, y califica de “publicidad engañosa” la forma en cómo se materializa el Estado social a lo largo del texto.
En conversación con El Mostrador, la doctora en Derecho Constitucional explica el por qué -a su juicio- la propuesta que emanará del Consejo el próximo lunes es un mal proyecto para el país. “Nosotros siempre hemos dicho que queremos una Constitución escrita en democracia, pero queremos una mejor de la que se originó en dictadura, no cualquiera. Yo creo que eso es algo súper sencillo de entender”, indicó.
Para la consejera de CS, el texto “establece la posibilidad de que haya retrocesos en los derechos de las mujeres. (…) En otros aspectos lleva letra chica, publicidad engañosa, por ejemplo, cuando el artículo primero dice que Chile es un Estado social y sin embargo, la manera en que están regulados los derechos sociales en muchos aspectos son peores a lo que dice la Constitución del 80. Constitucionaliza un modelo de negocio, es decir, rigidiza la posibilidad que tengamos en adelante de cambiar, entre otras cosas, el sistema de AFP que sabemos que no ha funcionado”.
En esa línea, agregó que hay otros ámbitos en los que hubiese esperado que se recogieran demandas ciudadanas que ya son consensos, y que la propuesta no incorpora. “Por ejemplo, lo que dice relación con la participación igualitaria de hombres y mujeres en política, eso es algo que no quedó garantizado como disposición permanente, sino que solo como una disposición transitoria en un par de elecciones más”, señaló.
Respecto a las enmiendas relativas al no pago de contribuciones y a la expulsión inmediata de migrantes que ingresan de forma irregular, afirmó que son “una promesa falsa de campaña”, ya que el texto no ofrece soluciones reales en estas materias.
“Cuando se incorporan tantos temas que son legislativos e incluso reglamentarios en la Constitución, lo que se está haciendo es una Constitución que es cortoplacista, que no tiene mirada de futuro, y yo creo que lo que necesitamos -si queremos estabilidad realmente- es una Constitución con mirada de futuro, una Constitución habilitante”, agregó.
Finalmente, señaló que será la ciudadanía la que tenga la última palabra y que su rol será comunicar el cómo fue el proceso. “Creo que hay muchas cosas que van a poner en peligro la estabilidad del país, los derechos de las personas, de las mujeres en particular y de otras minorías, me interesa mucho mostrar eso para que la ciudadanía se forme su opinión”.
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