“En las democracias debilitadas, la oligarquía ejerce el poder”. Dionisio Albarrán.
Al conocer el IPC de marzo del 1,9% el mayor en casi 30 años, recordé el tiempo de la Unidad Popular. Han vuelto los fantasmas de una etapa, donde la oligarquía desató el caos, la inseguridad social, la mayor de la historia republicana, para destruir al gobierno. En aquella época, Agustín Edwards viajaba a Estados Unidos y de rodillas, le solicitaba al presidente Richard Nixon ayuda para desestabilizar al gobierno de Salvador Allende. Conjura deleznable, propia de esa canalla dorada, cuyo lema es enriquecerse a costillas del pueblo. La especulación se ejercía a diario y el desabastecimiento golpeaba a los hogares y alcanzaba cotas desconocidas en Chile. La escasez ficticia, lograba sus objetivos y la desesperanza cundía en la población. Surgían grupos fascistas, cuya misión era destruir la infraestructura, llámese carreteras, torres de alta tensión, asaltos indiscriminados a la propiedad y un sinfín de tropelías.
Apremia el tiempo en medio de esta borrasca artificial, originada y auspiciada por la oligarquía glotona, incluidos yerros dentro del gobierno. Como éste no ha sabido responder con audacia y entereza en frenar estos intentos desestabilizadores olor a golpismo, la derecha fascista se ha envalentonado. Su objetivo es recuperar el poder total y de ahí, aniquilar las reformas, empezando por cerrar la Convención Constitucional.
¿Hacia dónde apunta el objetivo?
Hoy por hoy, empiezan a surgir las dificultades, llámese alta inflación, incipiente desabastecimiento, aumento de portonazos, asaltos en las calles, robos en los hogares y un largo etcétera. La doctora Izkia Siches, Ministra del Interior, se ha convertido en la primera víctima de esta escalada sediciosa y los resultados de semejante conjura, por desgracia, ha debilitado al gobierno. En cualquier momento surgirá otro caso análogo y las serpientes, que anidan en los partidos de la derecha y sus satélites, golpearán la mesa. ¿Hacia dónde apunta el objetivo? Nadie de estas víboras va a viajar a ninguna parte a solicitar ayuda financiera. Los recursos están aquí a buen resguardo. Quiénes propician y dirigen esta perversa intriga, a diario opinan en los medios de comunicación, mientras se persignan y muestran la bondad de una expresión beatífica. Han establecido alianzas con el lumpen, la delincuencia y el narcotráfico, a quienes se les facilitan los medios para delinquir, sin ser molestados, menos aún detenidos. Junto a ellos, se mueven grupos como los amarillos, gente bien y culta, que despotrica en contra de la Convención Constitucional. Por ahora, es el objetivo central. Ya surgirán otras instancias, destinadas a continuar socavando el gobierno actual. Todo a su tiempo, en este empeño por volver a gobernar Chile, en beneficio del capital.
En estos seis meses que restan para ser aprobada la Carta Magna, hay urgencias insoslayables para la oligarquía. Destruir los acuerdos de la convención. Desprestigiarla, ningunearla, calificarla de populista y ajena a nuestra idiosincrasia. A diario, disparan contra ella, saetas envenenadas, groseros infundios encaminados a difamar y abortar su función. Destruirla de raíz, pues los meses avanzan y septiembre se haya a la vuelta de la esquina. Cada día, la atmósfera se va a caldear, y los vientos de la ira y la traición, golpearán nuestras frágiles instituciones. Como respuesta a semejante escalada de terror, disfrazada de crítica, le urge al gobierno acrecentar la unidad política. Sobre todo, realizar ahora las demandas urgentes que reclama el pueblo. Nada de esperar la primavera o el solsticio de verano, para ponerlas en marcha. Enumerarlas otra vez, resultaría majadero.
Apremia el tiempo en medio de esta borrasca artificial, originada y auspiciada por la oligarquía glotona, incluidos yerros dentro del gobierno. Como éste no ha sabido responder con audacia y entereza en frenar estos intentos desestabilizadores olor a golpismo, la derecha fascista se ha envalentonado. Su objetivo es recuperar el poder total y de ahí, aniquilar las reformas, empezando por cerrar la Convención Constitucional. Basta de ingenuidades a la hora de la verdad. Presidente Boric, antes que oscurezca, respóndales como es debido, a estos mamarrachos, enemigos de la patria. Anuncie ahora la nacionalización de la gran minería y de yapa, el agua y el litoral. Que no le tiemble la mano. Los amarillos, suches de las alcahuetas, se van a poner verdes al enterarse de esta noticia.
Por Walter Garib
10 Abril, 2022
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