La extradición debe ser producto de un Tratado entre el país que lo solicita y el que lo entrega. En el caso del ex Presidente Toledo, el Tratado de Extradición entre Estados Unidos y Perú fue firmado durante el gobierno del mismo Toledo, (el Tratado entre Chile y Perú, que se aplicó a Alberto Fujimori en 2007, fue más antiguo, pues proviene de los años 30 del siglo XX).
Toda extradición consta de dos partes: 1) la jurídica, en que se tiene investigar delitos y no una persecución política, (aspecto que corresponde sólo al país que lo extradita). La extradición de Fujimori, de Chile a Perú, tuvo una duración de dos años, mientras que la Toledo, ya va para los cuatro años. El sujeto extraditado sólo puede ser juzgado en su respectivo país por los delitos consignados en el Cuaderno de Extradición, aprobado por el país que lo extradita.
En el caso de la extradición de ex Presidente Toledo desde Estados Unidos, (hasta ahora acusado por colusión y lavado de dinero), el Cuaderno no incluye el caso de Ecoteva Consulting Group, que involucraba a la conyugue de Toledo, Eliane Karp, con doble nacionalidad, la belga y la israelí. El caso de esta persona es mucho más complicado, pues Bélgica no extradita a sus connacionales y, por su parte, Israel no cuenta en su sistema jurídico un Tratado de extradición con Perú. 2) la política es privativa del gobierno del país que extradita.
El matrimonio Toledo-Karp constituye una mafia, que aprovechó el período presidencial para construir una serie de empresas y de ONGs, que le permitieran esconder los dineros recibidos por parte de ambas fuentes.
Alejandro Toledo, personaje que surgió desde la pobreza de su familia, (incluso, trabajó en la venta de Diarios y en el lustre de zapatos), pretendía ser un ejemplo del mito capitalista, en que un miserable puede convertirse en un millonario, buen académico y hasta Presidente de la República. Toledo fue un economista integrado al Banco de Reserva de Perú, posteriormente, académico de famosas universidades norteamericanas, (Harvard, entre ellas) y, posteriormente, en líder de la Marcha de los Cuatro Suyos, (movilización popular surgida en el año 2000, dirigida por Toledo), que abrió el camino al derrocamiento del dictador Alberto Fujimori, (renunció, por Fax, desde Japón, asilándose, posteriormente, en Chile).
El poder no sólo corrompe, sino que también es un veneno que ´hace – como diría Emiliano Zapata – de un hombre bueno, se convierta en un criminal y ladrón´. En el caso de Perú, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, de Perú, y en Nicaragua, Daniel Ortega, (tres infelices hombres dominados por sus mujeres, Eliane Karp, Nadine Hidalgo y Rosario Murillo, respectivamente, tres brujas ansiosas de poder y de dinero).
Toledo, una vez llegado al poder, abandonó sus ideales libertarios al entregarse a una mafia, encabezada por su esposa, su suegra, su amigo personal, Josef Maiman, (todos ellos de raíz sionista).
Maiman, pasó, de íntimo amigo de Toledo, a su delator al intentar convertirse en “colaborador eficaz”, dando a conocer la ruta de los dineros percibidos por la familia Toledo-Karp, provenientes, en parte de Jorge Barata, delegado de la empresa Odebrecht, con operaciones en Perú, cuyo monto percibido por Toledo asciende a 35 millones de dólares. Sumado a Maiman, el mismo Jorge Barata, no contento con delatar a su cohechado, se burló de él con las mismas frases que Toledo usaba para pedir la cuota que le correspondía: “mándamela la plata, Barata, carajo”.
La pareja Toledo-Karp se hizo famosa por tomar del pelo a los peruanos: Eliane Karp, por ejemplo, gritaba desde la tribuna; “limeñitos, que tanto miedo le tienen al pueblo, mi cholo es sano y sagrado”, y a su vez, en las Comisiones ironizaba respecto a los diputados del APRA y del fujimorismo.
Toledo también se hizo famoso por su dependencia del alcohol: uno de los casos más recordados fue el del supuesto secuestro, (se trató de encerronas protagonizadas por él en que reunía a prostitutas en un hotel de Lima).
De los casos probados en la investigación por parte de la Fiscalía de Lava Jato, en Perú, el más completo de los ex Presidentes peruanos ha sido el de Toledo, que ya ha agotado todos los pasos necesarios para que Estados Unidos lo extradite a Perú. Los Tribunales estadounidenses, desde el año 2021, ya habían aprobado la extradición, y recientemente, el Departamento de Estado Norteamericano, (Institución equivalente a la Cancillería), ha dado el paso para que Toledo sea extraditado, y sólo restaría un trámite a resolver, relacionado con una petición de Habeas Corpus, que posterga el caso para el 9 de marzo del presente año.
En el caso de la señora de Toledo, el gobierno de Perú acaba de presentar el Cuaderno de Extradición, referente a la Empresa Ecoteva Consulting Group, en que la suegra de Toledo aparecía como presidenta de esta “empresa de papel”, con sede en San José de Costa Rica, por medio de la cual la suegra, Eva Fernenbrug, de 86 años, que según Toledo había recibido del gobierno alemán “una cuantiosa indemnización de millones de dólares”, como víctima del asesinato de judíos, por parte de los nazis, pero Alejandro Toledo, en su ambición por el dinero y el poder, no dudó en manchar, no sólo a su familia, sino también a las víctimas de la persecución judía, cuya indemnización es mínima, que supuestamente, Toledo utilizó para pagar la hipoteca de sus dos casas, en Lima y en la playa; a su vez, se permitió la compra una lujosa oficina y una casa, a nombre de su suegra.
El caso Toledo viene a confirmar que el aserto político que “debe vender su alma al diablo”, (frases tanto de Maquiavelo, como de Max Weber), nos prueba que la política no ha tenido que ver con la moral cristiana. Un buen gobernante no tiene por qué ser un buen padre de familia, (y viceversa), pues su asunto es la coerción, y “más vale ser temido que amado”, (Maquiavelo).
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
25/02/2023
Bibliografía
Federico, Chabod, Escritos sobre Maquiavelo, Fondo de Cultura Económica, México, 1964
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