Por: Claudio Pizarro | Publicado: 23.02.2023
Dos querellas por incendio doloso, interpuestas por el delegado presidencial y el gobernador del Ñuble, pesan hoy sobre Waldo Mora Rosales, un empresario con líos anteriores con la justicia. El Desconcierto accedió a las acciones judiciales y reconstruyó la historia de uno de los fieles seguidores de Kast en la comuna de San Carlos.
El 8 de febrero pasado, el mismo día que el Presidente Boric decretó toque de queda en las provincias más afectadas por los incendios forestales, en pleno Estado de Emergencia, Waldo Mora Rosales decidió que era momento de eliminar la basura y pastizales de su parcela, ubicada en la localidad de San Carlos, ubicada a 27 kilómetros de Chillán.
Para entonces en el país se registraban 311 incendios activos, 180 de ellos controlados y 84 en pleno combate, con más de 280.000 hectáreas afectadas, 5 mil personas damnificadas, 24 personas fallecidas y 15 detenidos por ocasionar siniestros. Mora, dueño de la empresa Wal-Mor y reconocido seguidor de José Antonio Kast, fue el número 16.
Fueron los propios vecinos del sector quienes informaron a Carabineros sobre lo que suponían un siniestro, proveniente de una parcela ubicada en la calle Independencia, donde la intensidad del humo y las llamas causaron pánico en la comunidad aledaña. El problema no sólo era el incendio, sino las sospechas sobre el dueño de la propiedad donde se había iniciado.
Reconocido pinochetista y seguidor del excandidato presidencial de extrema derecha José Antonio Kast, Waldo Mora es conocido en San Carlos por sus virulentos posteos en contra del pueblo mapuche, a quien sindicó en redes sociales como los provocadores de los incendios que han afectado al sur del país.
Un vecino del sector, que prefiere omitir su nombre, lo define como “un patrón de fundo a la antigua”. “No quiero pensar mal de él, pero claramente la iniciación del fuego fue una provocación dolosa, quemando una cantidad de basura absurda en plena catástrofe y estando prohibido”.
En el fondo, asegura que Mora actuó con “malicia”. “A lo mejor no con el fin de provocar un incendio grande, sino intentando burlar las reglas del gobierno, provocando alarma y caos en la población, a partir de su pensamiento extremista. Porque si lo hizo a propósito, estaríamos hablando de una mente aún más macabra”.
Waldo Mora quedó finalmente en prisión preventiva -decisión revertida por la defensa a los pocos días-, estableciéndose el plazo de un mes para investigar los hechos. Hoy existen dos querellas en su contra por incendio doloso, una interpuesta por el delegado presidencial regional del Ñuble, Gabriel Pradenas, y otra por el Gobernador, Oscar Crisóstomo.
Si bien Mora figura como empresario especializado en laboratorios de obras civiles, reconocido en varios municipios del sur del país donde ha prestado servicios, también se lo recuerda por una serie de acusaciones por diversos delitos, entre ellos estafa, lesiones y falso testimonio. El Desconcierto accedió a las acciones judiciales y reconstruyó la historia de uno de los más fieles seguidores de Kast en la comuna de San Carlos.
Estafa, lesiones y falso testimonio
El 6 de enero de 2020, tras varios años de litigio, se decretó la suspensión condicional en contra de Waldo Mora Rosales por el delito de estafa. La acción judicial fue presentada por Álvaro Díaz Worner, dueño de la empresa Dimar, luego de solicitarle a la empresa Wal-Mor un estudio de mecánica de suelos en la localidad de Los Muermos.
Álvaro Díaz, contactado por El Desconcierto, recuerda que el Ministerio de Vivienda requería que los servicios fueran acreditados por la DITEC -División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional-, siendo supuestamente acreditados por un laboratorio “amigo” de la empresa de Waldo Mora.
“El problema surgió después, cuando me comentaron que había una demanda interpuesta contra Wal-Mor y que los certificados eran falsos, ya que no era efectiva esta colaboración entre ambos laboratorios”, asegura Díaz.
La denuncia por estafa a la que tuvo acceso El Desconcierto señala que el informe tenía logos falsos de un laboratorio y que el perjuicio para la víctima se estimaba en 12 millones de pesos. “Al final tuve que realizar los trabajos nuevamente y tuve una perdida importante de patrimonio que al final concluyó en el cierre de la empresa”, asegura.
La experiencia de Díaz en la justicia tampoco fue afortunada. La denuncia realizada en el Ministerio Público no prosperó debido a que Mora no se presentó y el caso terminó finalmente cerrándose. “Tengo entendido que la empresa sigue operando, pero haciendo algunos movimientos para que el señor Mora no aparezca”.
Díaz ha continuado trabajando en el rubro y cada vez que se encuentra en algún proyecto con Wal-Mor prefiere dar un paso al costado. “No me involucro en propuestas donde él participa”, concluye.
Hace poco tiempo atrás, el 19 de diciembre del año pasado, se entabló otra denuncia en contra de Waldo Mora en el Juzgado de Garantía de San Carlos por lesiones leves y daños simples en contra de Eduardo Parada. Según información aparecida en Poder Judicial, los hechos habrían ocurrido cerca de la vivienda de Mora, la misma parcela donde habría provocado un incendio recientemente. La causa aún se mantiene vigente.
Otro desliz judicial de Mora fue en el año 2017, cuando fue querellado por la odontóloga Isabel Leiva por el delito de falso testimonio en una causa civil. La dentista, en rigor, acusó a Mora de mentir en una demanda entablada por su cuñado en contra de sus hijos, por el pago de obras realizadas en una propiedad que también correspondía a su exmarido.
En la etapa de prueba declaró como testigo Mora, a quien Leiva acusó en la querella de faltar a la verdad debido a que reconoció que su empresa había ejecutado las obras en el inmueble, a través del arquitecto Edgardo Villouta, quien al momento de ser citado a declarar aseguró que nunca había visitado la obra, sino sólo haber ejecutado “el levantamiento planimétrico”.
Isabel Leiva, contactada por este medio, definió a Mora como un “caballero muy trucho”. La dentista cuenta que pese a que habría mentido en tribunales, quedó exento de culpas pues la fiscalía no habría actuado de manera eficiente. “Al final todo quedó en nada, pese a que se comprobó que la casa no fue construida en la fecha que ellos decían, finalmente la fiscalía no lo condenó. La justicia es tan rara”, concluye.
El Desconcierto intentó comunicarse con Waldo Mora, pero no respondió a nuestro requerimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario