"Los demonios no son tan demonios" dijo Patricia Bullrich.
Acá están algunas travesuras de los "no tan demonios". Acá podés ver algunos de los hombres y mujeres, bebés y embarazadas que las Madres de Plaza de Mayo buscaban desesperadas, temiendo que tengan frío, como toda madre. Los encontramos así. A otros los encontramos en el río, les gustaba tirarlos de aviones dormidos o despiertos. Encontramos 1 niño de 11 años, violado, empalado y tirado al río. Lo violaron frente a su madre a quién también encontramos en el río y también violaron frente a su hijo. A las mujeres las violaban varias veces al día, a veces en grupo de milicos, luego les hacían limpiar el enchastre. Les pasaban electricidad por los pechos y la vagina. Se reían. Se mataban de risa. A los hombres les metían la cabeza bajo el agua pero los despabilaban si se desmayaban, para continuar con la tortura. A las embarazadas les sacaron sus bebés y los criaron como propios. Sí: los llevaban al colegio y los tapaban por la noche. A otros nunca los encontramos, y a otros los volvieron a desaparecer como a Julio Lopez a quién seguiremos buscando. Como este pozo, hay decenas de pozos en todo el país. Nunca se arrepintieron y nunca dijeron ni siquiera dónde estaban los cuerpos, ni quiénes son los niños robados. ¿Por qué los secuestraban? Por sus ideas políticas, por expresarse contra el liberalismo, por ser sindicalista, poeta, medio loco, tener pelo largo, por hippie, por militante, por aparecer en una agenda, por capricho, etc. ¿Para qué? Para favorecer a los empresarios y el establishment sin ningún tipo de oposición. No son demonios. Los demonios son de cuentos. Esto no es un cuento. Es la historia Argentina que no nos cansaremos de contar para que no se repita.
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