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lunes, 21 de julio de 2014

Parlamentarios barajan incluso la posibilidad de interpelar al titular de Hacienda

La bomba de tiempo que se instaló entre el ministro Arenas y la bancada de diputados DC

La idea de la bancada DC es citar a Arenas a una sesión especial a la Cámara de Diputados, precisamente para que “explique los alcances del protocolo” que se selló en el Senado y lo ideal es hacer dicha sesión cuanto antes y previo al plazo del 7 de agosto, en que se han de presentar las indicaciones al proyecto de reforma que deberían aterrizar y concretar el acuerdo.
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Pasan los días y, en vez de bajar los niveles de tensión en el oficialismo, las secuelas del protocolo firmado en el Senado para amarrar la viabilidad de la reforma tributaria siguen marcando la tónica del estado de las relaciones entre sectores de la Nueva Mayoría y el gobierno. Si en un principio los dardos provenían del ala izquierda de la coalición, por haber sido marginados de las negociaciones y haberse informado por la prensa, hoy la preocupación en La Moneda está puesta en el conflicto entre la bancada de diputados DC y el ministro de Hacienda, Alberto Arenas. Y cómo se canalice dicha tensión, recién se resolverá esta semana.
Lo normal es que la figura del jefe de la billetera fiscal sea polémica, criticada incluso por los de su propio sector y generalmente acusado de no entender los códigos políticos ni sus prioridades. Le pasó a Andrés Velasco en el primer gobierno de Michelle Bachelet y, ahora, le ocurre a Arenas, con la diferencia de que cuando se le nombró la idea era precisamente evitar ese problema, ya que –además de su trayectoria en la Dipres y, por tanto, haber sido el que negoció por años directamente con el Congreso– también venía con el bagaje del año de campaña presidencial y las tareas de coordinación que desempeñó en el comando de calle Tegualda.
En La Moneda hay preocupación por los conflictos con Arenas, tanto, que durante la semana pasada se trató de poner paños fríos, de aplacar la molestia que impera entre los diputados DC, que el jueves llegó a su punto máximo cuando Arenas –en una entrevista radial– dijo que se trata de “armar una teleserie en cómo se hizo este protocolo de acuerdo y hay algunos extras que quieren protagonismo”, aludiendo al ruido que generó el consenso que se alcanzó en el Senado. Sus palabras fueron entendidas como “una ofensa gratuita” y cayeron pésimo en la DC, cuyos diputados reclamaron formalmente a través de un comunicado por el “legítimo derecho de ejercer nuestras atribuciones y por eso el proyecto, con los cambios introducidos en el Senado, se verá en Comisión y Sala, con el debido tiempo y respeto a la opinión de los diputados. Incluso, para quienes apoyamos este acuerdo, las declaraciones son absolutamente inaceptables”, planteó ese día el jefe parlamentario de la falange, Matías Walker.

Arenas se disculpó, llamó a Walker, le explicó que nunca se había referido con esa frase a los diputados, sino que a Juan Andrés Fointaine –ex ministro de Sebastián Piñera–, quien aseguró que el ministro de Hacienda y su subsecretario, Alejandro Micco, tomaron té y comieron galletas en el living de su casa mientras afinaban el protocolo tributario.
Pero las explicaciones no han sido suficientes ni tampoco convincentes. En la DC dicen que el ministro se dio un “gusto personal” con esas declaraciones y que la autoexplicación de sus dichos, apuntando a Fointane, fue una “salida rápida”, porque en el fondo todos entendieron que la ironía iba dirigida a las críticas en la Nueva Mayoría.
Así, la molestia en la bancada DC sigue en curso y apuntan a la falta de “delicadeza política” que ha mostrado Arenas en todo el episodio que ha rodeado al polémico protocolo tributario, la forma en que hizo las cosas, su falta de manejo político, críticas que se suman a las del resto de la Nueva Mayoría, donde hace semanas reclaman que el ministro se ha movido como “elefante en la cristalería”, en vez de ser un actor central en mantener los conflictos a raya.
La idea de la bancada DC es citar a Arenas a una sesión especial a la Cámara de Diputados, precisamente para que “explique los alcances del protocolo” que se selló en el Senado y lo ideal es hacer dicha sesión cuanto antes y previo al plazo del 7 de agosto, en que se han de presentar las indicaciones al proyecto de reforma que deberían aterrizar y concretar el acuerdo.
“Aquí se rompieron las confianzas con el ministro. Se le pidió que se separara el corazón de la reforma de los temas sectoriales y no escuchó”, explicó un diputado DC, mientras otro precisó que siempre se supo que iba a haber un tercer trámite constitucional de la reforma, porque se iban a introducir modificaciones en el Senado, pero que el error más grave del ministro estuvo en dejar al margen a los diputados.
En La Moneda, los ministros del Interior, Rodrigo Peñailillo, y la titular de la Segpres, Ximena Rincón, han tomado cartas en el asunto y mantenido conversaciones con distintos diputados DC para contener la molestia imperante. Es que una sesión especial para Arenas, convocada por parlamentarios del propio oficialismo, es un tema no menor para el gobierno y, por parte baja, constituye un revés político.
En Palacio reconocen que el tema preocupa, que la tensión entre la DC y Arenas es una bomba de tiempo y grafican, en una escala del 1 al 10, que el conflicto en estos momentos está peligrosamente en un nivel 8.
En la bancada DC precisan que tanto Peñailillo como Rincón han dado señales de entender la molestia parlamentaria y tratar de aplacarla, apuntando a que no es necesario llevar las cosas a un problema político de primer orden.
Hasta ahora las gestiones no han llegado a buen puerto, porque en la falange son categóricos en señalar que esta semana se discutirá la opción de la sesión especial. “Es mejor que el ministro y el propio gobierno se allanen a la idea de que será convocado a una sesión especial, porque de lo contrario incluso lo vamos a interpelar”, advirtió un diputado DC.
Lo de la interpelación a Arenas no es una idea al voleo, sino que es un tema que se trató efectivamente en el seno de la bancada, al extremo que entre los diputados reconocen que tienen las firmas listas de ser necesario llegar a ese punto.
En La Moneda aseguran que lo que queda es que Arenas, “aunque le cueste, haga un gesto de humildad” con los parlamentarios y que, por lo mismo, “se ganó la ida al Congreso a explicar” lo que sea necesario para que no se desborde la tensión interna.
Los diputados quieren que, cuando la reforma vuelva a la Cámara de Diputados, lo haga primero a la Comisión de Hacienda, porque “le haremos cambios y nos tomaremos el tiempo que sea necesario”, pues para ellos la forma en que se negoció el protocolo en el Senado y el hecho de que hasta el momento no se entienda bien en qué consiste, demuestra que “los objetivos son tan importantes como las formas”.
Formas que, a ojos de los diputados DC, el ministro de Hacienda ha dado muestras reiteradas de no entender.

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