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martes, 21 de junio de 2016

El ejemplo de Europa al juzgar crímenes contra la humanidad

Claudio Medrano Martes 21 de junio 2016 
Crímenes lesa humanidad
Ante la avanzada de algunos sectores por otorgar beneficios carcelarios a condenados por delitos de lesa humanidad, diversas críticas han surgido respecto de la pertinencia de implementar dichas salvaguardas. En ese sentido, se compara la forma en que países como Alemania han enfrentado este tipo de casos.Diversas críticas ha enfrentado la seguidilla de proyectos y opiniones que consideran pertinente entregar beneficios a condenados por crímenes de lesa humanidad, cometidos durante la dictadura de Pinochet, en una ley que algunos abogados califican de impunidad.
Recordemos que a través de diversas columnas de opinión y algunos proyectos de ley, sectores conservadores han abogado por la entrega de beneficios para este tipo de criminales, considerando la avanzada edad de algunos o enfermedades degenerativas, crónicas o terminales que los estaría afectando.
Esto ha generado el repudio de las víctimas y sus defensores quienes consideran que lo que se busca es consolidar la impunidad que ha existido durante todos los años de la post dictadura en nuestro país.
En este escenario es prudente recordar qué ha pasado en otros países donde se ha enfrentado casos similares, siendo Alemania el más emblemático, considerando lo atroces que fueron los crímenes cometidos y amparados por el régimen Nazi.
A juicio del abogado especialista en Derechos Humanos, Alberto Espinoza, la ley de impunidad que se pretende impulsar es inédita dentro de las legislaciones del mundo “a los criminales de guerra, de la Segunda Guerra Mundial, murieron en la cárcel. En Argentina ocurre lo mismo, los genocidas mueren en la cárcel es el lugar que les corresponde”, afirmó.
En el caso de Alemania, luego de la implementación de los Tribunales de Núremberg luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, se continuaron efectuando juicios contra colaboradores y miembros del régimen que encabezó Adolf Hitler, siendo más frecuentes en la antigua República Democrática Alemana.
Incluso luego de la unificación de ese país vemos que hasta el día de hoy se mantienen abiertos los procesos, registrándose el año pasado uno de los últimos juicios en contra de Oskar Groning, ex contador del campo de concentración de Auschwitz, quien fue condenado a sus 88 años a cuatro años de prisión por complicidad en el asesinato de 300 mil judíos.
Otros casos que demuestran la severidad de la justicia alemana para este tipo de criminales, son los de Heinrich Boere, quien murió en prisión en 2013 a los 92 años cumpliendo una cadena perpetua que le fue dictada solo tres años antes, es decir, cuando tenía 89 años.
También está el caso de Rudolf Hess, quien a los 93 años no aguantó el rigor de la prisión y se suicidó en el año 1987.
Para el diputado del PPD, Tucapel Jimenez, las razones esgrimidas por los promotores de esta idea no son válidas porque dichos criminales ya gozan de una serie de beneficios “los que están presos en Punta Peuco muchas veces tienen mejor acceso a la salud que el resto de las personas, entonces, no es que estén abandonados o sufriendo, siempre se les ha dado lo que necesitan”.
Otros casos que demuestran la severidad de la justicia internacional en contra de genocidas o criminales de lesa humanidad es lo ocurrido con el ex presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, quien fue encontrado culpable por el Tribunal Penal Internacional de crímenes de genocidio durante la guerra civil de ese país. Milosevic murió en su celda el 11 de marzo de 2006.
También está el caso del ex alcalde de la ciudad ruandesa Taba, Jean Paul Akayesu, quien cumple una pena de prisión perpetua, sin beneficios en una cárcel de Mali, luego de ser encontrado culpable del delito de genocidio en contra de diversas tribus de ese país.

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