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martes, 28 de junio de 2016

Opinión


El PS neoliberal o el abandono de Carlos Lorca

por  28 junio 2016
El PS neoliberal o el abandono de Carlos Lorca
Gracias al compromiso del PS con el actual modelo, nuestro país ha entrado en una etapa de neoliberalismo avanzado que no existe en ninguna otra parte del mundo. Y para que en este contexto no estalle violentamente el conflicto capital-trabajo que este modelo genera, el Partido Socialista de Chile ha jugado un papel crucial desmovilizando a los trabajadores.

¿Cuándo un partido socialista deja de ser socialista? La respuesta es relativamente fácil: cuando abandona el objetivo de establecer el socialismo. ¿Cuándo un partido traiciona definitivamente aquello que le dio origen? La respuesta tampoco es tan difícil: cuando con indolencia olvida a sus muertos.
Ambas cosas ha hecho el Partido Socialista de Chile.
En cuanto a la primera, es evidente que como organización renunciaron hace rato a todo proyecto de cambio del sistema actual. Por el contrario, el rol del PS ha sido fundamental para consolidar una transición democrática marcada por la continuidad pinochetista en lo económico y lo institucional.
Como dice uno de sus propios intelectuales, el socialista Manuel A. Garretón, un rasgo diferenciador de esta transición es que “se ha mantenido atada la sociedad chilena a la dictadura, tanto por su modelo socioeconómico como por su modelo político-institucional”. Otro importante dirigente socialista y ex presidente del PS, Gonzalo Martner, coincide afirmando que el resultado político y económico de esta transición ha sido “la mantención del modelo neoliberal”.
En el siglo XXI el PS ha sido un actor crucial para consolidar un modelo económico que arrasó con todo aquello que el propio socialismo chileno ayudó a conquistar durante el siglo XX, en beneficio de los trabajadores.
No es casual que durante los gobiernos de dos de sus militantes jefes de Estado, Lagos y Bachelet, haya sido cuando mayores beneficios han obtenido los grandes grupos económicos –recordemos el “amamos a Lagos” de los empresarios–. Durante estos gobiernos liderados por “socialistas”, no solo aumentó como nunca la desigualdad en Chile, sino que la expansión capitalista llegó a un extremo que perfeccionó la mercantilización de todos los servicios prestados por el Estado, además de un desembolso estatal directo a los grupos económicos.
Esta escalada de abandono de principios ético-políticos culmina con la reciente marginación del Partido Socialista del proceso judicial que investiga la detención y desaparición, el 25 de junio de 1975, del ex diputado, ex secretario general de la JS y miembro de la Comisión Política del PS en la clandestinidad, Dr. Carlos Lorca, mentor político de la Presidenta Bachelet, visto por última vez en estado vegetal en Colonia Dignidad.
Gracias al compromiso del PS con el actual modelo, nuestro país ha entrado en una etapa de neoliberalismo avanzado que no existe en ninguna otra parte del mundo. Y para que en este contexto no estalle violentamente el conflicto capital-trabajo que este modelo genera, el Partido Socialista de Chile ha jugado un papel crucial desmovilizando a los trabajadores.
Esa maquinaria de desmovilización en la que se transformó el Partido Socialista lo convirtió en un verdadero Aparato Ideológico del Estado, que ha permitido la aparición en Chile de un “neoliberalismo progre”, monetarista en lo económico, liberal en lo valórico y mudo respecto del conflicto de clases.
Esa mudez se torna escalofriante cuando proyecta su silencio sobre los militantes socialistas asesinados y detenidos desaparecidos, o sea, sobre aquellos que con su resistencia y muerte hicieron posible la existencia actual del PS.
Una temprana señal fue la del primer Presidente “socialista” postgolpe, Ricardo Lagos, cuando en su discurso de asunción (enero de 2000) se negó a mencionar a Allende de modo explícito ante la multitud que lo aclamaba.
La mudez se tornó indiferencia cuando vemos que, al día de hoy, pervive en la legislación la Ley de Amnistía de 1978, y se vuelve puro marketing cuando observamos a la Presidenta Bachelet anunciar, el día 11 de septiembre de 2014, durante una televisada ceremonia en el Patio de Los Naranjos, el envío al Congreso, “con suma urgencia”, de un proyecto que derogaría dicha Ley de Amnistía y hoy sabemos que el Ejecutivo le ha quitado tres veces la urgencia a este proyecto.
Esta escalada de abandono de principios ético-políticos culmina con la reciente marginación del Partido Socialista del proceso judicial que investiga la detención y desaparición, el 25 de junio de 1975, del ex diputado, ex secretario general de la JS y miembro de la Comisión Política del PS en la clandestinidad, Dr. Carlos Lorca, mentor político de la Presidenta Bachelet, visto por última vez en estado vegetal en Colonia Dignidad.
Junto con la utopía socialista, ahora se suman también los detenidos desaparecidos a la bruma amnésica del PS.
Hoy, más presentes en el alma del Partido Socialista de Chile están los muy bien contactados en el poder económico Jaime Estévez y Óscar Guillermo Garretón que Carlos Lorca, Exequiel Ponce y Michelle Peña, detenidos desaparecidos en junio de 1975.

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