Este fin de semana, la madre del compañero de ruta me entregó un tesoro de esos que nos hablan de la historia de este país y como las historias se repiten, entre la emoción, la alegría y porque no la tristeza de tiempos de lucha que me formaron con ideales claros e intransables, compañera de calle.
Esta arpillera realizada por compañeras de Melipilla años 80, la misma historia los mismos tiempos, las cosas en este país siguen siendo iguales en términos de justicia, desigualdad, dignidad, atropello al pueblo, ese pueblo que se levanta del sufrimiento y tiende la mano cuando se necesita, si seguimos obedeciendo a la justicia en la medida de lo posible nunca llegaremos a cambiar esta historia, ellas se repiten si olvidamos los procesos, por eso hoy más que nunca los famosos acuerdos vengan de donde vengan no sirven, hoy las miradas no pueden olvidar lo que los partidos de todos los frentes de izquierda (si es que existe) han dejado de hacer, aquellos que siguen sintiéndose ofendidos y usando a la gente deben ser honestos y criticar sus actuaciones mediáticas, hoy ya llegaron atrasados, hoy la cuenta se les pasa a ustedes y quienes digan lo contrario miren esta arpillera miren como habla, miren como grita la verdad que ustedes desconocen.
Agradecida de este regalo, me permitió decir y sentir que no estoy equivocada en mis convicciones.
Arriba las y los que luchan sin banderas pero siempre mirando el horizonte de la clase trabajadora.
Libertad al compañero Ramiro.
Libertad sin condiciones a los presxs políticos.
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