La abanderada del Partido Socialista, la ex ministra vocera de Bachelet, Paula Narváez, hizo un crudo y tajante análisis de lo que ocurrió el miércoles pasado, donde fue llevada por los pre candidatos Gabriel Boric (Frente Amplio) y Daniel Jadue (Partido Comunista) para que se integrara a una primaria entre los tres.

Previa renuncia de las candidaturas del presidente del PPD Heraldo Muñoz y del diputado del Nuevo Trato, Pablo Vidal a favor de ella misma.

Cuando estaba a punto de firmar el acuerdo de primarias, Narváez acusó que Jadue y Boric y los dirigentes de sus conglomerados, decidieron vetar al PPD, al partido Liberal y fundamentalmente a Heraldo Muñoz. 

En el diario La Tercera, Narváez dejó sentir la profunda desilusión con Jadue y Boric por "esta jugarreta" política. Estas son algunas de sus respuestas... 

Viví una profunda desilusión. Cuando deposito confianza en otros y eso se traiciona, me moviliza un legítimo enojo frente a ese engaño. A nadie le gusta sentirse engañado, ni que le mientan. Hubo una traición a la palabra que son elementos vitales en la construcción de cualquier relación. Si lo llevamos a la relación política, sobre todo en momentos de fragilidad institucional en el que estamos, si no honras tu palabra, ¿qué te queda? Lo que sucedió el miércoles es muy grave, porque habíamos hecho una apuesta a que todos los actores concurrieran con su máximo esfuerzo a construir esa unidad, porque el país no puede seguir siendo gobernado por la derecha, tenemos una responsabilidad mucho mayor de ponernos de acuerdo. Aparecer con argumentos de última hora, acomodaticios, es simplemente indignante para la responsabilidad que tenemos como actores políticos. Si no se entiende la política desde ahí y más bien unos se atrincheran en la idea de fortalecerse en su propia identidad, no es posible hacerse cargo del país. Ellos no dan garantías para hacerse cargo del país, porque tienen una visión estrecha, de crecer ellos mismos, no tienen la vocación sincera de gobernar el país con generosidad. No la tienen y lo demostraron ese día.

Cuando dice que se sintió personalmente engañada, ¿a qué se refiere?

Yo tenía dos fuentes de información fundamentales. Una directa, como fue mi conversación con Gabriel (Boric) ese mismo día en la mañana (miércoles), donde le comenté de los apoyos que yo podía recibir como parte del panorama que íbamos a enfrentar y él me planteó su postura respecto a que no podía haber vetos. Y en la tarde me encuentro con que su partido es el que notifica a mi partido que hay veto al Partido Liberal y al PPD. Yo entiendo que ese partido (Convergencia Social) es muy influenciado por el PC. Para descifrar qué estaba pasando, mi jefa de campaña tiene una conversación con Daniel Jadue y él confirma que hay un veto directo al PPD. Aquí no se estaba vetando a Heraldo Muñoz, ni al PL, se estaba vetando a la militancia, y ese es un ejercicio profundamente antidemocrático. Son los mismos electores, los mismos militantes que en el pasado han incluso trabajado por militantes comunistas y del Frente Amplio. De repente al PC se le olvida que fueron parte del gobierno de la Nueva Mayoría y que gobernó junto con el PPD, y de repente era un sacrilegio tener que ir juntos en un esfuerzo de unidad por el país, donde las controversias se pueden conversar para ir a primarias que nos permitan dejar la fragmentación para enfrentar a la derecha y ganar. Con esta actitud demostraron que no están a la altura.

Ellos argumentan que el acuerdo no era sólo presidencial, sino que implicaba un pacto parlamentario. ¿Eso estuvo sobre la mesa?

Era un acuerdo parlamentario general, no era cerrar una lista, ni establecer un número limitado de listas; era tener un compromiso para avanzar en un acuerdo parlamentario que tiene todo el sentido, porque las transformaciones hay que hacerlas viables. Así que esa es una excusa de última hora para justificar lo injustificable. Aquí lo que hicieron fue la utilización histórica de una métrica de la antigua política, de decir cuántos votos yo podía tener en función de los apoyos recibidos y decir “esto no nos conviene”. Política chica, no edificante, de la que no quiero formar parte. Lo que me carga es la inconsecuencia, porque yo tengo la valentía de estar en un espacio político sin ninguna plataforma, con desventajas, porque se constata que no tengo conocimiento en las encuestas, no soy diputada ni alcaldesa, y a pesar de eso, estaba dispuesta a ser una más en una primaria. Y te enfrentas a dos señores que lo que hacen es calcular.

Es decir, el tema era que usted podía ganar esa primaria...

Era un llamado a la unidad falso, fingido, inconsistente. Esta gente avanza y retrocede en función de sus propias conveniencias, por eso digo que no dan garantías de gobernabilidad, porque depende de cómo les vaya a ellos. Y no pues, tenemos que levantar y dar esperanza al país, tenemos que recuperar la economía, dar garantías al proceso constituyente, escribir una nueva Constitución. Todas tareas de una envergadura gigantesca que no son consistentes con liderazgos pequeños, mezquinos, que sólo piensan en sí mismos, que además se llenan la boca de conceptos que no manejan y que no son capaces de sostener hasta el final. Hablan de feminismo, de paridad, unidad, pero a la hora de los quiubos, a quién excluyeron: a la mujer. ¿Le habrían hecho esto a un hombre? Vale la pena preguntárselo.