El exdirector de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) del primer Gobierno de Sebastián Piñera es fanático de la literatura rusa, boxeador y pudo ser un gran ajedrecista. Esa perspicacia, quizás, fue la que sus amigos Francisco Chahuán y Rodrigo Hinzpeter consideraron para, el primero, darle un espacio para ir en la papeleta por Valparaíso el próximo domingo como candidato a consejero constitucional, aunque terminó siendo derivado a usar un cupo de Evópoli; y el segundo, para ofrecerle en su tiempo encabezar la ANI. Pero su paso por el ámbito de la inteligencia fue poco destacado. Más bien, le valió críticas tanto de adversarios políticos como desde su propio sector, lo que demostró que un look de larga barba tipo Tolstoi no sirve para generar la necesaria contundencia de un equipo, como la requerida para enfrentar desafíos de seguridad enormes para el Estado.
Pasaron los años en que un barbudo circulaba silencioso por La Moneda y las calles del centro político nacional. Corría 2010 y el abogado y exfiscal Gonzalo Yuseff Quirós hacía gala de su cargo como director nacional de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), nombrado por el entonces Presidente Sebastián Piñera. Y se dejó crecer la barba cuando ingresó a ocupar dicho cargo, “para dar una imagen de mayor respeto y edad”, se comentaba. En diversas ocasiones declaró que su mayor pasión es la literatura, preferiblemente clásicos rusos, y entre sus actividades también está el deporte: hasta hace unos años decía jugar semanalmente fútbol playa con sus excompañeros del colegio Mackay de Viña del Mar, y practicaba boxeo. Haciendo gala de estos, hoy corre como candidato independiente por un cupo de Evópoli en la Circunscripción Senatorial 6 de Valparaíso, y espera dar un gancho de derecha que lo instale entre los consejeros constitucionales.
A noviembre de 2012, se habían hecho varios perfiles en medios que mostraban interés en la labor que desarrollaba la ANI respecto de varios temas considerados de relevancia en materia de seguridad en el país. Pero él pasaba horas leyendo y sentado en el café Bombay de calle Moneda, a media cuadra del Palacio de Gobierno, uno de esos lugares del centro con atractivas jóvenes. “No hay día que no esté en dicho local, al fondo siempre y a distintas horas. Tanto así que en el seno de la administración de Sebastián Piñera se comenta que es más fácil ubicarlo ahí que en sus oficinas de la ANI de calle Tenderini”, se comentaba en una nota de El Mostrador en esa época.
Pero su paso por la Agencia Nacional de Inteligencia no fue nada fácil y renunció voluntariamente el 6 de marzo de 2014. Si bien Yuseff llegó a dicho cargo gracias a la recomendación de su amigo, el entonces flamante ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, su labor enfrentó críticas incluso desde su mismo sector político, y una vez producido el enroque en el gabinete de Hinzpeter desde Interior a Defensa, quedó desprotegido políticamente ante el nuevo jefe de la cartera del Interior, Andrés Chadwick.
Cuando recién asumió, Yuseff despidió al 30% del personal anterior y eliminó los departamentos de análisis político y económico. Tendió puentes con Argentina, Rusia y China, pero privilegió el intercambio de información con Estados Unidos, Israel, Inglaterra, Francia y España.
Entre los casos más emblemáticos que le tocó ver como director de la ANI, estuvieron: el caso bombas, que fracasó cuando fueron absueltos los acusados; el caso del paquistaní acusado en su momento de tener trazas de explosivos en sus manos cuando fue a la embajada de Estados Unidos; las implicancias que tendría para Chile la divulgación de los cables publicitados por WikiLeaks; y los atentados en La Araucanía, incluido el ataque en el que murió el matrimonio Luchsinger-Mackay, ocurrido la madrugada del 4 de enero de 2013 en Vilcún.
No solo parlamentarios de la Concertación criticaron su gestión, en especial los entonces diputados Jorge Burgos y Felipe Harboe. El primero decía que “profesionalmente, no me da la impresión que sepa de seguridad ni que transmita manejo”. Rodrigo Ubilla, en aquel momento ministro del Interior subrogante, manifestó –a comienzos de 2012 en Radio Bío-Bío– que el “Ministerio del Interior NO tiene aparato de inteligencia, puesto que las investigaciones son propias de la Fiscalía, negando que su cartera trabaje con la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI)”.
El único que parecía admirarlo en esa época era Vladimiro Montesinos, el exmandamás de la inteligencia peruana en los tiempos de Alberto Fujimori, quien lo denominó en 2011 como “el zar de la inteligencia en Chile”.
Sus redes, carrera y vinculación política
Gonzalo Yuseff Quirós es viñamarino, nacido el 2 de octubre de 1970, hijo del exdiputado Gonzalo Yuseff Sotomayor. Divorciado. Sus estudios secundarios los realizó en The Mackay School de Viña del Mar, donde junto a su hermano Ignacio “eran de los más talentosos ajedrecistas juveniles” de la ciudad, como recordó en una entrevista el Gran Maestro de ajedrez Iván Morovic.
Estudió Derecho en la Universidad de Valparaíso, titulándose en 1997. Fue allí donde se hizo parte de la Juventud Renovación Nacional y donde forjó amistad con el actual senador y presidente de RN Francisco Chahuán, quien fue la persona que ahora lo propuso para ser candidato a consejero constitucional.
“En un principio, el senador Francisco Chahuán me propuso ser candidato por Renovación Nacional. Yo le dije que sí, y luego me desentendí de las negociaciones, y luego me entero que voy a ser candidato, pero por el cupo de Evópoli. Yo soy independiente, soy de centroderecha, así que me pareció una muy buena opción. Le tengo gran simpatía a ese partido, me siento identificado con muchas de sus propuestas, así que cuando me plantearon a última hora esa opción, la acepté sin mayores dudas, porque creo que, para efectos de redactar una Constitución, lo importante es el sector político que uno representa y las ideas que uno tiene, más que en particular el partido político”, aclaró en entrevista con el medio regional Puranoticia.cl.
Yuseff también es Magíster en Lógicas y Filosofías de las Ciencias, y a sus 21 años asumió como concejal por Valparaíso, desde 1992 a 1996. En el año 2000 trabajó en el estudio jurídico Yuseff, Reyes, López y Cía., dedicándose principalmente al área aduanera. A partir de mediados de 2004, y luego de renunciar a Renovación Nacional, postuló como fiscal de Viña del Mar. Ya como persecutor, le tocó dirigir el caso contra el llamado “violador de Reñaca” en 2005. Luego fue fiscal adjunto en Quillota, hasta el 11 de marzo de 2010, cuando fue nombrado como director de la ANI. En 2020 fue candidato a gobernador regional, elección que ganó un dirigente medioambientalista.
Hoy trabaja en un estudio jurídico con su padre en Viña del Mar, y en la página del bufete destaca su especialización en delitos sexuales y contra el patrimonio. El 21 de septiembre de 2021, medios nacionales informaron que “Gonzalo Yuseff, exdirector de la Agencia Nacional de Inteligencia y el exfiscal adjunto de Valparaíso, Claudio Uribe, asumieron este mes la defensa de la exalcaldesa de Viña del Mar Virginia Reginato”. Y tuvieron un inicio positivo para su estrategia, ya que lograron sacarla de la arista llamada “horas extras”.
Su Declaración de Intereses
En su Declaración de Patrimonio e Intereses indica tener una renta mensual de 2 millones de pesos; una deuda hipotecaria de poco más de 31 millones, y no hace referencia alguna a propiedades ni vehículos. Sin embargo, en el Informe Comercial aparece con un vehículo del año 2009.
Tampoco ingresó datos de sus participaciones societarias, que en el informe comercial se indica que son seis, entre 1989 y 2003, de las cuales siguen vigentes cuatro:
YUSEFF Y COMPAÑÍA LIMITADA, registrada en el Diario Oficial el 23/02/1989, en la que aparecen como socios sus padres y un tío, pero en 2003 se retira de dicha sociedad; la SOCIEDAD INMOBILIARIA Y DE INVERSIONES MARINA REAL LIMITADA, creada en el 2000, donde es socio con su madre; también del año 2000 es la SOCIEDAD INMOBILIARIA Y URBANIZADORA LIMACHE LIMITADA, en que figura con su padre; y una cuarta es G YUSEFF Y COMPAÑÍA LIMITADA, con escritura de 1994, también familiar y de la cual se retiró en 2003, cuando postuló a Fiscalía.
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