Vistas de página en total

jueves, 4 de julio de 2013

Es hora de actuar

Es hora de actuar

NOTA DEL EDITOR: 
JUAN CARLOS C. J.

La aprobación de la jueza Chevesich a un sillón en la Corte Suprema por apoyo de una mayoría del Senado representa una muy mala noticia para la comunidad de los DD.HH. y para el futuro de los casos legales de las víctimas políticas que se encuentran hoy en varios juicios por indemnización ante las Cortes de Chile.

Una vez más queda demostrado que los casos de miles y miles de chilenos víctimas de la dictadura militar no son importantes para los políticos actuales. Sino que muchos de ellos prefieren negociar su apoyo político en un tema moralmente intransable.

La realidad dista mucho de corresponderse con los principios. Prima el irrespeto y el ignorar la aplicación de los derechos humanos, junto a la poca voluntad política, complementan un cuadro de desprecio por las víctimas de la dictadura militar.

La decisión personal que tomaron algunos senadores de la Concertación de apoyar a esta jueza, ante los argumentos que las organizaciones de derechos Humanos esgrimieron de no apoyar a esta juez, los expone hoy a que se les acuse de haber violado precisamente el principio democrático, lo cual parece razonable.

Ha vuelto a suceder. Una violación más del derecho básico a la confianza del pueblo. Otro escándalo público.


“No obstante, Chile se ha constituido en el país, para nuestra vergüenza, en donde los derechos humanos de las víctimas no se respetan.”
“Es una exigencia de justicia el insistir en que las victimas de derechos humanos no solo seamos estadística, sino seamos motivo de acción y de procuración en la Justicia, Verdad y Reparación.”

Chile debe cumplir la promesa de transparencia, rendición de cuentas y el respeto por los derechos humanos deben ser las características esenciales de cualquiera administración de gobierno.

Debemos hacer una reflexión en este día y tener presente siempre que el derecho internacional predomina en cualquier ámbito del planeta y que el compromiso de la clase política es ayudar a crear justicia donde tanta falta hace y que la lealtad de los políticos debiera ser hacia las victimas que esperan una solución hace más de 40 años.

La historia de este último gobierno nos ha dejado dolorosas lecciones sobre la capacidad aparentemente infinita que tienen algunos políticos y no expertos en DD.HH. de engañarse a sí mismos, con consecuencias catastróficas. Lo que está en juego en Chile es muchísimo. Para juzgar cualquier cambio en el comportamiento del país necesitamos acciones concretas. Todo lo que no sea eso puede terminar siendo la peligrosa búsqueda de una quimera.

Los políticos de Chile deben demostrar que han escuchado a las victimas; la confianza se gana, no se regala. Próximamente en las elecciones presidenciales el pueblo debe dejar oír su voz negándole el voto a quien traiciona su confianza. Las victimas, sin embargo, no podemos permitir que los líderes nacionales arruinen nuestras esperanzas de resolver nuestra situación, si no es en Chile se hará ante los organismos internacionales (CIDH). Los cuales garantizaran una indemnización justa, respecto al daño moral sufrido.

Nos asiste el mismo derecho a exigirles que se ocupen de corregir los defectos de apoyar a la gente en sus problemas, con la misma determinación y rigor inmisericorde con la que ellos nos aplican sus recetas de ajuste y engaños. Es un logro a nuestro alcance, pero para ello es preciso dejar de aplazar las decisiones. Ha llegado la hora de actuar. 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores