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jueves, 28 de agosto de 2014

Decisión la tomará el Consejo Regional que preside el intendente Claudio Orrego

Chena: el cerro de la muerte que postula a Parque Metropolitano

El ex conscripto A.G.B. declaró que "mataron a mucha gente en Cerro Chena, y después escondieron sus cuerpos en una mina de cal por ahí cerca. Yo conviví con los prisioneros, amarrados de pies y manos todo el día, tirados en el suelo". El ex conscripto fue hecho prisionero en 1973 por pertenecer a las Juventudes Comunistas.
El Consejo Regional Metropolitano que preside el intendente Claudio Orrego, está pronto a decidir cuál de cuatro cerros de Santiago se transformará en un nuevo Parque Metropolitano que secundará al San Cristóbal.
Los cerros que postulan son: Blanco de Recoleta, Cerro Renca, Chena de San Bernardo y Las Cabras de Puente Alto. Todos sus alcaldes hacen el lobby de rigor para llevarse el premio.
El ganador saldrá beneficiado con cuantiosos recursos para instalar miradores, campos deportivos, rutas turísticas, juegos infantiles, restoranes y cafeterías. Pero uno de ellos, el Cerro Chena, tiene una historia siniestra hasta hoy muy poco conocida y que el Ejército ha negado reiteradamente ante los jueces que investigan los crímenes ocurridos en la zona.
El Cerro Chena fue un campo de detención, torturas y exterminio bajo la dictadura cívico-militar, donde se instaló el llamado “Cuartel Dos” de la Escuela de Infantería de San Bernardo. Allí fueron asesinados varios prisioneros y todos sufrieron el rigor de la tortura. Desde ese cerro salieron, por ejemplo, los 15 campesinos asesinados el 2 de octubre de 1973 por un convoy militar en la Cuesta Chada, y otros 22 campesinos masacrados en la Quebrada Los Quillayes en Rapel el 16 de octubre de 1973. Entre el 27 y 28 de septiembre de 1973, al interior de ese mismo cuartel son asesinados once obreros de la Maestranza de San Bernardo, bajo un falso “intento de fuga”.
Varios años demoró en conocerse la dramática historia del “Cuartel Dos” de Cerro Chena. Fue durante la investigación por los crímenes de los 22 campesinos de Paine del ya fallecido ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel, Héctor Solís, donde por primera vez quedó irrebatiblemente establecida la existencia de este centro de tortura y exterminio.

Pero según lo dijo el propio magistrado en varias de sus resoluciones, hasta ahora el Ejército jamás ha reconocido la existencia de este campo de prisioneros, que nada tiene que envidiar a la brutalidad ocurrida en la Escuela de Artillería de Linares, y al mismo Cuartel Simón Bolívar, donde el Grupo Delfín de la Brigada Lautaro de la DINA exterminó en 1976 a las dirigencias clandestinas del Partido Comunista.
El coronel Andrés Magaña Bau, los generales Guillermo Castro Muñoz, Juan Carlos Salgado Brocal, Cristián Le Dantec Gallardo, Eduardo Aldunate Hermann, Julio Baeza von Bohlen, Julio Cerda Carrasco, Juan Carlos Nielsen Stambuck y Luis Cortés Villa; el brigadier Víctor Pinto Pérez; los coroneles Jorge Romero Campos y el ex subdirector de la Escuela de Infantería de San Bernardo, Pedro Montalva Calvo; el ex jefe de la Sección de Inteligencia de la Escuela de Infantería, teniente coronel Alfonso Faúndez Norambuena, todos estos actualmente en calidad de retirados, así como el ex conscripto de iniciales A.G.B., estuvieron en el “Cuartel Dos” de Cerro Chena.
No todos están acusados de asesinar y torturar prisioneros en ese lugar. De estos nombres los principales acusados son Magaña Bau, que condujo los operativos de Cuesta Chada y Quebrada Los Quillayes, y Pinto Pérez, quien está condenado por los once obreros de la Maestranza de San Bernardo.
De los otros, algunos admitieron judicialmente haber estado en este campo de prisioneros, como Castro Muñoz, quien reconoció –en sus declaraciones judiciales de 19 de junio de 2003 y 14 de enero de 2008– que “fui comandante de una compañía de fusileros en Cerro Chena”, después de lo cual integró el Estado Mayor de la CNI. Otros dijeron que sí estuvieron pero que sólo se enteraron “por la prensa” que ese fue un centro de prisión, tortura y exterminio.
Magaña fue uno de los más explícitos en reconocer lo que sucedió en Cerro Chena.
En la investigación judicial en el caso Paine dijo que fue desde el “Cuartel Dos” de Cerro Chena desde donde sacaron tanto a los 15 campesinos asesinados en la Cuesta Chada, como a los 22 ejecutados en la Quebrada Los Quillayes. “Siempre fuimos los mismos que integramos esas caravanas porque ya teníamos experiencia”, declaró. Él estuvo al mando cada vez.
Quien tampoco ocultó la siniestra función del “Cuartel Dos” fue el subdirector de la Escuela de Infantería, Pedro Montalva Calvo, quien ya en 1979 declaró al juez Humberto Espejo que “los detenidos que eran internados en el campo de Cerro Chena se hacían por orden del coronel Leonel König Altermann, director de la Escuela de Infantería de San Bernardo”.
El ex conscripto A.G.B. declaró que “mataron a mucha gente en Cerro Chena, y después escondieron sus cuerpos en una mina de cal por ahí cerca. Yo conviví con los prisioneros, amarrados de pies y manos todo el día, tirados en el suelo”. El ex conscripto fue hecho prisionero en 1973 por pertenecer a las Juventudes Comunistas. Su nombre quedó en reserva cuando el 17 de febrero de 2008 concedió una entrevista a la desaparecida La Nación Domingo.
Mientras el Cerro Chena ocultó al “Cuartel Dos” de la Escuela de Infantería de San Bernardo, fue visitado por los integrantes de la Caravana de la Muerte.
“Un día que estaba de guardia antes de mi detención, debió ser en noviembre de 1973, llegaron el general Sergio Arellano Stark, el mayor Pedro Espinoza y el teniente Armando Fernández Larios. Se metieron donde estaban los prisioneros. Después de su visita se intensificaron la tortura y asesinatos. No sé si habrá sido el último episodio de la Caravana de la Muerte”, dijo en la mencionada entrevista el ex conscripto comunista.
Cerro Chena ha pasado a integrar la larga lista de centros del infierno en el país, donde la dictadura de Augusto Pinochet cometió los crímenes de lesa humanidad durante los 17 años del Terrorismo de Estado tras el golpe militar de 1973.

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