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martes, 19 de agosto de 2014

Organizaciones de derechos humanos coinciden en que jefe del Ejército fallecido fue parte de un pacto de silencio

Por Equipo Cambio21
Diferentes organismos de defensa de los derechos humanos criticaron la labor del general Ricardo Izurieta cuando estuvo al mando del Ejército de Chile y que contribuyó con la reserva de datos que tienen las Fuerzas Armadas respecto de los abusos ocurridos en la dictadura.
La muerte de Ricardo Izurieta Caffarena (71), general que sucedió a Augusto Pinochet como Comandante en Jefe del Ejército en 1998, dio pie a que las organizaciones de derechos humanos criticaran el trabajo que el jefe de la rama castrense realizó en la mesa de diálogo que debía permitir esclarecer los crímenes cometidos durante la dictadura.

Una de las principales acusaciones que se han hecho a los militares involucrados es que mantienen en secreto los antecedentes de detenidos desaparecidos y de los crímenes de lesa humanidad que se vivieron durante el régimen militar, entre los acusados de entrar en esta dinámica está Ricardo Izurieta Caffarena.


Con la noticia del deceso del general, Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), manifestó que "pudo haber contribuido a cambiar la historia, pero sin embargo ayudó a mantener el pacto de silencio que hasta hoy existe".


En esta misma línea, Erika Hennings, presidenta del colectivo Londres 38, espacio de memoria, en entrevista con Cambio21, declaró que "yo creo que Izurieta sí era parte del pacto de silencio, que es efectivo y real y que pudo ser levantado explícitamente por el Comandante en Jefe. Por otro lado, con respecto de lo que fue la mesa de diálogo, él fue más parte de este pacto de ocultación en tanto que la información entregada fue no verdadera, manipulada. Dijeron no tener archivos y nosotros como Londres 38 no creemos eso".


Sobre la responsabilidad que le cupo a  Izurieta en cuanto a este ocultamiento de información, el abogado de derechos humanos, Héctor Salazar, en conversación con Cambio21, expresó que "en la mesa de diálogo que propuso el Ejército se produjo un reconocimiento y se define una estrategia para solucionar los problemas pendientes y donde las Fuerzas Armadas se comprometen a colaborar en las investigaciones judiciales. En ese cambio de estrategia, de asumir que se habían violado los derechos humanos, tratando de pagar el menor costo institucional posible, operó Izurieta".


En respuesta a las críticas emanadas de las agrupaciones de derechos humanos sobre las acciones de Izurieta Caffarena, el actual Comandante en Jefe del Ejército, Humberto Oviedo, declaró que "a él le tocó un momento muy difícil de la historia y tuvo el coraje y la voluntad para llevar adelante tareas que han sido importantes, a lo mejor no todo lo satisfactoria como todos quisiéramos, porque en la parte humana no siempre se le puede dejar contento a todos, y estamos luchando para que ese perfeccionamiento del reencuentro entre todos sea lo más efectivo posible, y creo que todos los chilenos reconocen en él una voluntad de haber dado un paso importante".


Con respecto a esto, el abogado Salazar explicó que "la justicia ha operado muy bien en términos de establecer responsabilidades penales de los involucrados directamente en los hechos, pero en el campo de las responsabilidades intelectuales se ha avanzado menos. Las conductas institucionales funcionan sobre la idea de proteger al máximo la integridad de la institución y en esa lógica han operado todos los comandantes en jefe, pero en un contexto distinto, donde ya no niegan sino que asumen y reconocen que algo pasó".


En cambio, Erika Hennings, comentó que "creo que el ejercito sí debe tener información y que tienen archivos que no han sido entregados y que incluso han dificultado a los jueces su trabajo. Si no tienen la información debieran decir por qué no la tienen y qué pasó con esos archivos y creo que el Ejército y las distintas ramas de las Fuerzas Armadas debieran hacer un llamado explícito a aquellas personas que tienen testimonios a que lo entreguen y decirles que el pacto de silencio se levanta y se les libera de él, ya que puede haber mucha gente que tenga miedo de hablar".

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