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martes, 12 de agosto de 2014

El presidente gobierna hace 35 años y su hija es la mujer más millonaria de África

La corrupta y violenta dictadura de Angola, el país que visita hoy Bachelet

Han tenido tres elecciones desde 1979 y en todas ganó José Eduardo Dos Santos. Angola es, según Transparencia Internacional, uno de los países más corruptos del mundo y distintas oenegés han denunciado violaciones a los derechos humanos. Según el ranking Forbes, su hija es la mujer que amasa la mayor fortuna del continente. Sus intereses se concentran en los pilares de la economía angoleña: diamantes, cemento, bancos y petróleo. La semana pasada el Canciller Heraldo Muñoz dijo que en el futuro Chile podría “importar desde Angola hasta el 30% del petróleo que consumimos”.
Hoy termina la gira que realiza Michelle Bachelet por África. Su última estación antes de volver a Chile es Angola. La ex colonia portuguesa es gobernada hace 35 años por la misma persona y el mismo partido: Juan Eduardo Dos Santos, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Angola (FAA) y presidente del partido Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA).
El presidente está en el poder desde 1979 con sólo tres elecciones a cuestas (1979, 1992 y 2012). Hoy, a las 6.15 de la mañana, Bachelet sostendrá una reunión privada con Dos Santos. Además, tendrá una cena con el mandatario (8 a. m.) y una visita al Museo Nacional de Historia Militar de Angola (9.30 a. m.).
En la comitiva presidencial viajan también el ministro de Energía, Máximo Pacheco y el de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz. La razón por la que visitan el país africano es –según comentó el canciller hace una semana en Las Últimas Noticias– para explorar la posibilidad de importar petróleo angoleño. “En el futuro podríamos importar desde Angola hasta el 30% del petróleo que consumimos”, dijo Muñoz a ese medio.
El ‘oro negro’ es uno de los principales recursos naturales que explota y exporta Angola. Pero, en los rankings internacionales, el país africano cosecha una serie de índices negativos.
Según Transparencia Internacional, Angola está en el puesto 153 de 177 en el índice de percepción de la corrupción (2013), donde obtuvo sólo 23 puntos de 100. Además, está en el ‘top ten’ de los peores países (179 de 189) para hacer negocios, según el índice que elabora el Banco Mundial (BM).

El Producto Interno Bruto (PIB) es de 121,7 mil millones de dólares, según el BM, mientras que el PIB per cápita es de 5 dólares por persona. El 54,8% de la población está en situación de extrema pobreza, el Índice de Desarrollo Humano lo sitúa en el puesto 149 de 187 y la esperanza de vida al nacer es de 51 años. En un artículo de mayo de 2013, el diario inglés The Guardian estimó que cerca de dos tercios de las personas que viven en Luanda, capital del país, lo hacen con dos dólares diarios. Pero en el poder estatal Dos Santos se mantiene hace tres décadas, mientras que su hija es la mujer con el mayor patrimonio en el continente.

SIN DERECHOS HUMANOS

Existen varios reportes sobre la precaria situación de los Derechos Humanos en el país africano. Amnistía Internacional informó, en su reporte de 2013, que durante las elecciones angoleñas de 2012 los partidos políticos opositores sufrieron una severa represión policial. Además, alertó sobre la escasa libertad de expresión y reunión.
Por su parte, Human Rights Watch señaló, en 2012, que durante los operativos para expulsar del país a los migrantes en situación irregular las fuerzas de seguridad de Angola cometían “abusos como actos de violencia sexual y otros tratos degradantes e inhumanos”.
El informe sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado de EE.UU. dice que existe evidencia sobre los “castigos crueles, degradantes y excesivos, así como de casos de tortura y golpes, de homicidios ilegítimos cometidos por la policía y otros cuerpos de seguridad; límites a las libertades de reunión, de asociación, de expresión y de prensa; la corrupción oficial y la impunidad”.
Entrevistado por el canal alemán Deutsche Welle (DW), el periodista Pedro Rosa Mendes se refirió a la escasa libertad de expresión en Angola. “Ninguno de los PALOP (Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa) cuenta con los medios de presión que tiene Angola”, señaló Mendes luego de que uno de sus programas fuera censurado el 2012 por criticar al gobierno de Dos Santos.
Hace tres años, otro periodista angoleño y activista por los derechos humanos, Rafael Marques, publicó su libro Diamantes de Sangre: tortura y corrupción en Angola. El trabajo de Marques narra una serie de casos de tortura, asesinatos, desplazamiento e intimidación en contra de las personas que buscan diamantes en los distritos de Cuango y Xá-Muteba, que son parte de Lunda Norte, una de las 18 provincias del país.
Las denuncias no se quedan en el campo periodístico. El 2003, la guardia presidencial de Dos Santos asesinó en Luanda a un joven de 27 años por cantar una canción del rapero MCK crítica hacia el gobierno. El trabajo de MCK fue destacado por la revista The Economist, que calificó a su álbum Prohibido escuchar esto como un asalto a “una serie de enfermedades nacionales, desde la corrupción de la élite de Angola a la miseria de sus barrios marginales”. Uno de los temas más ilustrativos de MCK es El padre del país bananero (“O país do pai Banana”).
Hasta a la música pop han llegado las polémicas. La cantante Mariah Carey fue duramente criticada por oenegés pro derechos humanos, luego de que esta diera un concierto para el presidente angoleño. Se estima que recibió cerca de un millón de dólares en esa ocasión.
Finalmente, Angola es uno de los seis países que no ha firmado la Convención sobre las Armas Químicas de 1997 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), junto a Egipto, Israel, Myanmar, Corea del Norte y Sudán del Sur.
El Mostrador consultó al Ministerio de Relaciones Exteriores sobre cuál era la postura del gobierno ante las violaciones a los derechos humanos de la nación africana, particularmente en la región de Cabinda, donde se han registrado más casos. También se preguntó si el gobierno consideraba que Angola era un país confiable para explorar asociaciones comerciales. Desde la Cancillería se excusaron de responder, debido a problemas de tiempo.

LA ‘PRINCESA’ DE ANGOLA

Isabel Dos Santos es la hija mayor de José Eduardo. Su patrimonio está avaluado en más de mil millones de dólares y es la primera mujer africana que entra al listado Forbes de las mayores fortunas del mundo. El patrimonio de Isabel se construyó de forma ‘dudosa’, según la investigación de diversos medios. Hoy tiene participación en la mayor cantidad de rubros claves del mercado angoleño, como diamantes, petróleo, banca, telecomunicaciones y cemento.
Una investigación realizada por Forbes, en agosto del año pasado, estableció que fue el propio presidente de Angola quien operó para transferirle a su hija participación en la mayoría de las empresas que controla hoy. Algunas de estas son Unitel, la mayor operadora de telefonía móvil del país, donde Isabel tiene un 25% de participación. También está el Banco BIC de Angola, donde también suma el 25% de participación.
Además, Isabel posee el 7% de participación en la empresa de petróleo y gas Galp Energia, junto al multimillonario portugués Américo Amorim.
Sus inversiones no se quedan sólo en Angola. Con el 50%, es la mayor accionista de Zon Optimus, una de las principales empresas de TV por cable en Portugal.
En el mismo artículo de Forbes se explica la entrada de Isabel al negocio de los diamantes, del cual Angola es uno de los principales productores. En 1999, el gobierno de su padre presionó a Endiama (empresa que tenía la concesión para la explotación de diamantes) a formar una sociedad llamada Ascorp. El gobierno angoleño se quedó con el 51%, Endiama con el 24,5% e Isabel Dos Santos con el otro 24,5%, esto por medio de la sociedad TAIS (Trabs Africa Investment Services). Pero un par de años más tarde Isabel traspasó su participación a su madre y primera mujer del presidente, Tatiana Kukanova.
En otro artículo publicado en Forbes, el profesor de estudios africanos de la Universidad John Hopkins, Peter Lewis, ofreció una explicación sobre cómo Isabel dos Santos logró construir su fortuna. “Está claro, a través del trabajo documentado, que el partido gobernante y el círculo íntimo del Presidente tienen una gran cantidad de intereses comerciales. El origen de los fondos y el gobierno corporativo son muy turbios. En Angola hay una absoluta falta de transparencia, pero si miras quién controla los sectores clave del país, todo se reduce a un ‘quién es quién’ de familiares y amigos del presidente junto a jefes militares”, explicó Lewis a ese medio.
Desde el 2003, Isabel está casada con Sindika Dokolo, un millonario de República Democrática del Congo, país que limita con Angola.

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