Hace siete años se escapó del país. Era 2011 y Harmut Hopp, doctor y ayudante de Paul Schäfer en Colonia Dignidad, enfrentaba cargos por 16 delitos de abusos sexuales a menores de edad.
Pero se fue a su Alemania natal. El año pasado, el tribunal regional de Krefeld, la pequeña localidad en el oeste de Alemania donde reside Hopp, lo condenó a 5 años y un día, sentencia que continúa sin ejecutoriar debido a un recurso presentado por el ex colono. Por eso, reside en su casa.
Ahí se le vio el pasado sábado. Abrió la cortina del segundo piso y sacó su celular para grabar lo que ocurría afuera. 70 personas, familiares de detenidos desaparecidos de Colonia Dignidad, llegaron hasta Krefeld para encarar al doctor Hopp por su rol en el enclave.
“El dolor más grande que llevamos es no encontrar los restos, no saber la verdad. Sin restos no podemos saber cómo ni dónde murieron”, dijo a la televisión alemana Myrna Troncoso, coordinadora de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de la Región del Maule. Su hermano Ricardo, militante del MIR, sigue desaparecido.
La agrupación dejó una carta en la casa de Hopp, donde le pedían “un gesto de humanidad” para cerrar el duelo.
“Sabemos que usted, como mano derecha de Paul Schäfer -responsable del enclave- y uno de los principales líderes de la Colonia Dignidad, cuenta con información clave para esclarecer los atroces crímenes cometidos contra nuestros amados familiares”, dice la carta.
Hopp fue un personaje clave en Colonia Dignidad, pese a su juventud en la época. Si bien la condena del año pasado en Alemania es por el encubrimiento de los delitos de Paul Schäfer, las investigaciones judiciales en Chile apuntaban mucho más allá: al ex colono se le vincula con el uso de electroskock y medicamentos psicotrópicos como método de tortura a quienes intentaban escapar del enclave. Los aplicaba en su calidad de director del Hospital El Lavadero, de propiedad de la Colonia.