/ Agencia Uno
El Ministerio Público comprobó, mediante la revisión de cámaras de vigilancia en el lugar, que el entonces subteniente Diego Benavides y los cabos 1° Omar Torres y Víctor Saavedra falsificaron sus informes policiales luego que Benavides baleara a dos menores de edad y a un joven de 18 años en el marco de una detención. Aún así, los tres funcionarios policiales siguen siendo parte de la institución. “Carabineros finalmente los protege más que sancionarlos”, sostienen los abogados persecutores.
Este lunes se reveló que los tres carabineros que dispararon a un vehículo con niños en su interior, que luego falsearon su reporte para hacer parecer que habían sido atacados, aún permanecen en servicio activo.
Según lo informado por el medio Interferencia, se trata del entonces subteniente Diego Benavides y los cabos 1° Omar Torres y Víctor Saavedra, quienes según pudo comprobar el Ministerio Público, mediante la revisión de cámaras de vigilancia en el lugar, falsificaron sus informes policiales luego de que Benavides baleara a dos menores de edad y a un joven de 18 años en el marco de una detención.
Los hechos
La investigación dirigida por el fiscal Marcelo Soto, asegura que la detención tuvo lugar cuando los menores Máximo y Kimberly –10 y 9 años, respectivamente– se encontraban junto a cinco familiares al interior de un auto, al frente de un outlet que estaba siendo saqueado, con numerosas personas alrededor, en la comuna de Pudahuel.
En ese contexto, el subteniente Diego Benavides les ordenó que se bajaran. Sin embargo, Michael; el conductor de 18 años, además de llevar a seis pasajeros en el auto, no contaba con licencia de conducir, por lo que decidió cruzar el bandejón central y eludir la detención de Benavides.
Entonces, y tras bajarse de su motocicleta, el subteniente que iba acompañado de los cabos 1° Omar Torres y Víctor Saavedra, abrió fuego contra el vehículo, impactando a los dos menores de edad y al conductor.
Por estos disparos, Máximo (10) resultó con una herida toráxico abdominal por proyectil balístico, neumotórax con drenaje pleural, fractura costal, laceración pulmonar con sospecha de trombosis y rabdomiolisis postrauma. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
Kimberly (9) en tanto, recibió el balazo en el brazo, quedando el proyectil alojado en el lugar. Michael por su parte, fue impactado en el hombro, donde la bala le fracturó la escapula izquierda. Luego, cuando salió del auto, uno de los carabineros lo pateó en la cara mientras otro pisaba sus piernas.
La versión policial
Los uniformados en tanto, afirmaron en sus informes policiales y declaraciones que fueron atacados por personas en el vehículo, incluso recibiendo disparos por parte de Michael. Declararon que el conductor del auto intentó atropellar a Benavides, destruyendo su motocicleta, además de haber estado robando en el lugar.
“Aparecían elementos del parte policial que eran dudosos. Se pudo verificar que en el parte no aparecía la supuesta agresión a los funcionarios policiales. Procedimos a recabar videos que revelan que todo lo señalado en el parte policial, o al menos la mayoría de ellos, era falso”, sostuvo sobre estas declaraciones el fiscal Marcelo Soto durante la audiencia del caso el 16 de noviembre pasado.
Asimismo, al revisar las cámaras de vigilancia, el Ministerio Público corroboró la versión de quienes viajaban en el auto, dando cuenta el registro que jamás intentaron atropellar a Benavides y que tampoco dispararon a los funcionarios policiales. Así, la fiscalía estableció que además de “confeccionar actas mendaces, generar un parte policial ideológicamente falso” y destruir a propósito la motocicleta del subteniente Benavides, los funcionarios golpearon a los detenidos y amenazaron a algunos de muerte.
Los funcionarios hoy
Es importante aclarar, que si bien los tres carabineros aún son parte de la institución, estos no se encuentran desempeñando sus funciones normales, precisamente a causa de esta investigación.
Por un lado Benavides –que desde ocurridos los hechos ascendió a teniente– se encuentra en prisión preventiva y por el otro, los cabos Torres y Saavedra están con la cautelar de arresto domiciliario total.
Esto luego de que tras conocerse los hechos, los tres efectivos policiales quedaran en prisión preventiva durante la investigación de 60 días que prosiguió a la audiencia de formalización. Cumplido el plazo, Torres y Saavedra, acusados de falsificación de instrumento público, apremios ilegítimos y encubrimiento de homicidio frustrado, vieron rebajadas sus medidas cautelares de prisión preventiva a arresto domiciliario total.
Además, a estos tres funcionarios se suman otros dos, quienes llegaron al lugar posteriormente a que Benavides disparara. Se trata del mayor de Carabineros Juan José del Río Soubelet y el cabo 2° Ariel Leonel Araya González, ambos acusados de apremios ilegítimos luego de que golpearan a las víctimas durante su detención. El mayor Del Río, además, fue formalizado por falsificación de instrumento público, obstrucción a la investigación y daño a motocicleta fiscal; y como encubridor de tres delitos de homicidio frustrado.
“Esperamos que estos imputados tengan las máximas condenas y que sean ejemplificadoras para los funcionarios corruptos, que deben estar fuera de cualquier servicio policial”, explica Ramón Sepúlveda, abogado de la Fiscalía Popular de Cerro Navia, agregando además que la permanencia de los carabineros en la entidad policial “debe ser porque aún no son condenados, con lo que no estamos de acuerdo, ya que con la magnitud de las pruebas que hoy tiene la investigación es claro que la institución debiera haber instruido un sumario lo más rápido posible que los apartara”.
“Carabineros finalmente los protege más que sancionarlos”, cerró Sepúlveda.
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