Los desafíos del próximo proceso constituyente
por Thomas Villaseca Arroyo 15 septiembre, 2022
La postura de rechazar la propuesta constitucional del 2022 se impuso en las urnas y dejó un espacio abierto para el análisis crítico de lo sucedido en el último proceso constituyente: polémicas, noticias falsas y errores comunicacionales, anticipando algunos de los principales desafíos para el periodo que se inicia post 4 de septiembre. La experiencia anterior debe servir como antecedente para no caer nuevamente en los errores cometidos, pues estos consiguieron opacar los puntos buenos logrados por el Gobierno, como: los intentos de hacer parte, a la ciudadanía, del proceso de revisión y crítica del documento, la provisión de copias de la propuesta y guías prácticas a la población, así como avisos en medios de comunicación promoviendo la participación en las votaciones.
En ese sentido, las copias y guías prácticas eran recibidas por un público que buscaba informarse respecto al proceso, pero hubo otra gran parte que, sin buscar necesariamente participar de manera directa, prefirió información más digerible y de rápido acceso: redes sociales y medios tradicionales eran los predilectos para buscar aclarar su posición. Es en redes sociales donde se comienzan a instaurar cientos de noticias, muchas falsas o inciertas, que se instalaron en el discurso ciudadano.
Y es ahí donde se presenta uno de los desafíos del próximo proceso: poder llegar de manera transversal a una información verídica que sea replicada por las personas. Pero el desafío es mayúsculo cuando se sabe que las redes sociales están llenas de anonimato y cuentas automatizadas que logran instalar en las tendencias cualquier tema sin importar su veracidad. En este punto, cumplen un rol protagónico los medios tradicionales, especialmente la televisión, y es que en el próximo proceso constitucional debe imperar un sentido de información independiente a las opciones y que sea capaz de llegar de forma fácil y entendible con el contenido constitucional de forma directa al votante.
Cabe destacar que el voto obligatorio moviliza personas que no necesariamente buscan informarse, y que solo cumplen con la obligación para no recibir sanciones. Otro desafío es despertar el interés en ese sector, y en este punto será esencial la información que se entregue durante la redacción de la futura propuesta y no únicamente ad portas del próximo plebiscito de salida.
Es relevante también el desempeño que tengan durante el proceso los convencionales electos, y es que si la ciudadanía logra conectar con la escritura de la Constitución, también logrará discernir la información que reciba los días previos a las votaciones. El trabajo futuro de la Convención debe estar mucho más presente en las calles, pero al mismo tiempo, también, centrado en responder con habilidad y conocimiento al debate técnico-jurídico que se entable.
Son varios los desafíos que como sociedad tenemos, y es que vivimos uno de los procesos históricos más importantes que ha tenido Chile: poder participar de la escritura del pacto social chileno. La experiencia pasada nos deja varios puntos de análisis que se deben rescatar y perfeccionar en un futuro proceso, pero está claro que la ciudadanía merece información transparente, fácil de entender, imparcial y, por sobre todo, que le haga sentir parte del proceso democrático que vivimos todas y todos.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario