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jueves, 2 de febrero de 2023

OPINIÓN POLÍTICA Esta carta es para ti Diego Ibáñez

     

Suele en política afirmarse que se ha visto todo, pero en esta ocasión el asombro nos deja instalados en cualquier esquina peregrina.

Se reconoce que la llegada del Frente Amplio (FA) significó un aire nuevo al ya azumagado olor de la vieja política, esa que desde 1990 fue negociando escaños, granjeas, beneficios, aceptando coimas, aportes ilegales a la política contra el cambio de boletas y facturas falsas.

Evidentemente intentar dar los primeros pasos post dictadura para volver a reinstalar la democracia robada, fue tarea enorme. Pero deben reconocer que mucho fue el aporte de la solidaridad democrática mundial, aún así no se logró dar inicio a una transición política. Los acuerdos alcanzados por la dictadura y la concertación cercenaron aquella alternativa tan fundamental en todo proceso parecido al chileno.

La llegada de rebeldes sin corbata y con el peluquero ya habitando el olvido significó para millones un ventarrón de esperanza. Se volvía a pensar que si era posible hacer de este país algo más justo. Nunca se estuvo en la antesala del Palacio de Invierno o del Cuartel Moncada y nos hubiera gustado; sencillamente se fueron juntando voluntades desde los barrios y poblaciones. Se debe incluir a las universidades y a todos esos dignos que saltaron los torniquetes. Diego, tú no estuviste en esos lados ni en esas horas. No lo viste llegar.

Los tiempos han ido dejando sus marcas muchas con evidente dolor. Posiblemente una prisión para militares justamente encarcelados por el tipo de delitos cometidos, todos abominables y que la concertación les entregó una prisión para que en cómodas condiciones pasen sus años de cárcel manteniendo sus grados militares, sueldos y bonos  por delitos de Lesa Humanidad.

Gabriel manifestó el día que se levantó un recordatorio para el único detenido desaparecido, Francisco Betancourt, militante del Mapu en Punta Arenas que aquello era sencillamente inaceptable.

Hoy un senador socialista, del mismo partido de Salvador Allende siendo ministro de la concertación salió a buscar a Pinochet para defenderlo de lo que hubiera sido el mejor juicio de la historia, un poco más alto que el de Nuremberg. Un dictador sentado ante la civilización era sencillamente la respuesta que millones esperaban, donde todos los maltratados, golpeados, con sus huérfanos y viudas hayan sido resarcidos por la criminalidad cometida en contra de ellos por los militares.

Diego, ¿tú eres socialista como esos?

El Congreso 2020 de Convergencia Social se definió como socialista, feminista, libertaria y profundamente democrática. Reconoce que su alianza fundamental está en el FA y que la izquierda será siempre con su sentido y razón del cual debe surgir para intentar resolver esas enormes falencias que genera el capitalismo en su cara más perversa como lo es el neoliberalismo.

Suele decirse que los acuerdos de los congresos son casi escritos en piedra, aunque siempre la izquierda estará dando señales para avanzar en el camino que deberá llevar inevitablemente a la derrota de la derecha y a un nuevo modelo de producción. Sin lugar a dudas si aquello sucede los cambios en la sociedad serán incontables, los pobres del campo y la ciudad cantarán alegres y satisfechos.

La izquierda viene desde hace muchos años Diego. Tú no llegaste con el agua caliente. Nuestra memoria se arrastra desde antes de la Masacre de la Escuela Santa María, viene posiblemente desde la Sociedad de la Igualdad o de los escritos de Francisco Bilbao, Santiago Arcos y los Lillo sin duda. No eres ni son los indicados para que en estos momentos delicados y que también están más allá de las fronteras, se les ocurra hacer un traspaso a la socialdemocracia en la conducción del proceso presidencial que aún no cumple un año.

Hasta hace poco el gobierno tenía dos almas para gobernar y es justamente en el punto más delicado luego de la derrota del apruebo, que aparece una tercera, la lista de SQM como lo recordara el viejo Tellier. Hay que volver a la calle, eso se lo dicen a Gabriel de manera insistente. Fue la calle la que sentó a esos el día 15 de noviembre. Allí está el más profundo sentido que la democracia necesita para transitar digna.

Gabriel inició su periplo con menos personas de los que están hoy en el segundo piso de La Moneda. Se juntaron las cenizas de la Bea/Mayol y se conversó con el partido comunista. El socialismo democrático estaba en otra, con viejos bueyes insistía en que el partido del orden y los consensos era posible seguir sosteniendo a Chile por el sendero más pedregoso, el más malo y sin agua.

Y más de tres millones creyeron, posiblemente sean esos nuestro capital.

Apagadas quedaron las palabras de Provoste, Marco Enríquez. Los chilenos conocían los discursos de la derecha pero esta vez estaba Kast, la extrema derecha, el hijo de un oficial de la Gestapo en el sentido literal del término. Con un programa de gobierno que no era un ofertón se encantó a millones y se alzó la victoria. El socialismo democrático pidió garantías e hizo la fila para colocarse en los altos cargos, y el camión con ministerios y subsecretarias fue vaciado por los mismos de siempre.

Allí estaban los hijos de Contesse, los de Ponce Lerou, los de Ripley, los de Aguas Andinas, los de las empresas pesqueras. Como olvidar que era SQM quien pagaba el arriendo de la sede del PPD más el agua, la luz y el teléfono. El fondo de un sombrero de mago evidentemente sin los ojos vendados. Nunca en la política chilena se había sido testigo de tanta miseria. Tantos políticos transitando hacia los tribunales de justicia para responder por sus delitos, porque recibir dinero a costa de documentos falsos es un delito.

Diego, nadie te ungió rey ni emperador.

Convergencia Social es un partido que es sostenido por chilenos de muchos sectores. Pobres y desamparados, fracasados y vilipendiados. Hombres y mujeres vestidos de clase, con sus historias y leyendas. Maestros y profesionales, cantores y alfareros, también diplomados en dos idiomas

¿Quien te cantó al oído que el pacto Acuerdo- Dignidad está agotado?

¿Es que Chile ha cambiado? ¿Es que tenemos un nuevo sistema de pensiones? ¿Es que hemos logrado alterar las bases de un modelo educativo excluyente y clasista? ¿Es que hemos logrado dar los primeros pasos para un nuevo modelo de desarrollo? ¿Es que estamos convencidos que es posible un sistema sostenible en el trato con nuestros recursos naturales?

Eso está en el programa que posibilitó la victoria. La derecha y la social democracia no comparten la nueva alternativa. Les acomoda y le conviene mantener esa cuota de poder chiquita con la cual de tarde en tarde les gusta asustar diciendo que viene el lobo.

Diego, tú no eres dueño del partido ni el vocero de los esperanzados. Estamos en veredas distintas y pensando en procesos diferentes. CS no es un emprendimiento ni una Pyme, somos un partido que trabaja para incidir en la historia, y no pasar como los viejos calendarios que marcan sus días pisando despacio para no despertar a los dueños del país.

No hay varias izquierdas, o eres un revisionista o un socialdemócrata. Aunque suene a naftalina para ustedes, hemos transitado estos últimos cincuenta años haciendo sonar la memoria y la alegría cuando fuimos dueños del cobre y los luchínes tomaron leche por primera vez en su vida. Que tu verborrea no se haga insulto.

Pasó la hora de los Elizalde y Vodanovic. No es posible entregar el esfuerzo y esperanzas a los Villalobos y Durresti, a los tantos desmemoriados que por años fueron borrando sus propios pasos.

Diego, sabes bien que no todos somos todos iguales en CS.

Tenemos diferencias y contradicciones, pero aquello no te autoriza a entregarnos como si de corderos para el sacrificio se tratara. Existe la fuerte creencia que podemos mantenernos unidos por largos tiempos convencidos que nuestras propuestas no son devaneos ni menos asuntos baladí para el país. No negamos la posibilidad de dar dos pasos con algunos, pero rechazamos la entrega a bajo precio de principios y convicciones que irían más allá que algunas semanas calendarios.

Por Pablo Varas.

Militante CS.

 

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