Acusaciones constitucionales, derechas e izquierdas… circo permanente
por Juan de Murcia 16 septiembre, 2020
“Y partimos de nuevo”, este debería ser el título de la película que se repite y se repite con las acusaciones constitucionales, que la izquierda, sí, la izquierda, acaba de presentar contra el exministro Jaime Mañalich. Porque aquí y en redes sociales me han hecho pebre, diciendo que esta división ya no existe, cosa que no comparto y explicaré por qué.
¿Sirve de algo esta acusación, aparte de incendiar los ánimos? ¡De nada! Porque, seamos claros, el ministro, difícilmente puede ser culpable de lo que se le acusa: "Infringir gravemente la Constitución y las leyes, y haber dejado estas sin ejecución". Y, ¡oh! notable cuestión, aquellos que le quitan toda validez a la actual Constitución, la quieren usar ahora, solo con fines político-electoralistas. ¿Cómo es la cosa? Volvemos a la inconsecuencia de la izquierda, tal como expresé en mi anterior columna, una muestra más.
La diputada de Comunes, parte del Frente Amplio, de izquierda, Claudia Mix, impulsora del libelo, la misma que presentó la acusación constitucional contra el Presidente, argumenta que consideran que el exministro de Salud infringió gravemente la Constitución y las leyes, colocando en riesgo la vida y la salud de la población. Además, según señala, "ocultó datos de forma deliberada y cometió faltas a la probidad".
Todo esto huele a tongo. El ministro hizo una tremenda pega, trabajó incansablemente 24/7, con riesgo para él y su familia. Organizó mesas de trabajo con múltiples organizaciones científicas y la sociedad civil y, sí, no les hizo caso a todos, porque ese era su trabajo: liderar la cartera de Salud y tomar decisiones, y esto no es tarea fácil. Y, claro, algunos no fueron escuchados, quedaron picados y donde pudieron, especialmente en las amargas redes sociales, lo acusaron de soberbia y sordera, cosa muy fácil en estos tiempos.
Tampoco ocultó información. Existen múltiples plataformas en que esta se halla disponible. En el Ministerio de Salud, varias Sociedades Científicas y Centros de Estudios elaboraron información propia y todos, absolutamente todos, hicieron sus propuestas y proyecciones y, la firme, ninguno le apuntó ni de cerca, porque esta enfermedad era y es imposible de predecir. Cada país ha tomado decisiones distintas y todos, salvo contadas excepciones –en algunos países de Asia, los más educados del mundo– han fallado en su contención. Si no, miren para el norte o mejor para el lado, donde tantos alababan las medidas de confinamiento tempranas. Van a terminar con un peor resultado que Chile y con la economía destruida.
Nada más manoseado que las acusaciones constitucionales en este Congreso. Durante el segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet, se presentaron 3 y en el actual ya llevamos 8, ¿no será mucha pérdida de tiempo para un Congreso que debería estar dedicado a legislar, en la época más difícil que ha vivido Chile en muchos años? Esta pandemia necesita un Congreso más activo que nunca, buscando aprobar leyes que vayan en auxilio de los más necesitados y en camino de detener la violencia que impera en muchas zonas. Parece ser que estas no son las prioridades de los legisladores, qué pena, pareciera ser que su principal objetivo es el circo.
Y vamos a esto de derechas e izquierdas. Los que creen que esto no existe, viven una ilusión y es mejor que despierten pronto del sueño. La política y, por lo tanto, los destinos de nuestro querido país, seguirán siendo controlados por los mismos señores, de derecha e izquierda, aunque no les guste. Eso de la mayoría silenciosa, no produce nada, el silencio no sirve y eso de que no estamos ni ahí, menos, la institucionalidad es indispensable, convénzase, es el momento de ir a votar. Yo, por mi parte, preferiría inscripción automática y voto obligatorio, porque este país no tiene la cultura cívica suficiente para el voto voluntario y esto al final les quita representatividad a las instituciones, enorme daño a la convivencia ciudadana.
Muchos creen que la nueva Constitución será la gran panacea, que les resolverá todos los problemas. De nuevo, despierten del sueño. ¿Se les olvida que los constituyentes, se elija el modelo que se elija, serán nominados por los partidos políticos? Se usará el mismo mecanismo que se usó para elegir el actual Parlamento, el famoso sistema proporcional D’Hondt, sin ninguna corrección, por lo que podremos tener constituyentes electos por arrastre, con un 1% de votación. Es decir, los constituyentes serán designados por los partidos políticos, de derecha e izquierda, aunque no le guste al lector.
Repito, escuche el despertador, despabílese y elija. Ojalá a los mejores, ojalá los partidos presenten candidatos dignos, pero, ojo, que como siempre, aquí se van a pagar favores y de los 160, le aseguro, habrá un montón que no tendrá el nivel para estar ahí. Flor de convención, flor de representantes. Le recomiendo que elija lado, sea realista y, repito, vaya a votar si quiere que alguna vez algo cambie.
Y no se olvide, la derecha y la izquierda unidas, jamás serán vencidas…
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