Vistas de página en total

viernes, 14 de julio de 2023

COLUMNISTAS OPINIÓN POLÍTICA “En media hora tomaríamos el palacio de La Moneda, aunque hiciera falta incendiarlo”

    

Mucho se ha hablado sobre los intentos de la derecha chilena, apoyada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, de evitar que Allende asumiera la primera magistratura de la nación. Lo más conocido, es el asesinato del comandante en jefe del ejército, general René Schneider. (1)

Sin embargo, la conspiración se iniciaba un año antes de la elección de 1970 en la que Salvador Allende obtuvo la primera mayoría.

“A fines de 1969 tres generales del Pentágono cenaron con cuatro militares chilenos en las afueras de Washington. El anfitrión era Gerardo López Angulo, entonces coronel de aviación y agregado a la misión militar de Chile en los Estados Unidos; dos de los invitados chilenos eran sus colegas de las otras armas. La cena se realizaba en honor del general Carlos Toro Mazote, director de la Escuela de Aviación de Chile, llegado la víspera en viaje de estudios. Los siete militares comieron ensalada de frutas y asado de res con arvejas, bebieron vinos que evocaban cálidamente la lejana patria del sur con sus playas llenas de pájaros luminosos, mientras Washington se hundía bajo la nieve, y conversaron (en inglés) de la única cosa que entonces parecía interesar a los chilenos: la elección presidencial del próximo septiembre. A los postres, uno de los generales del Pentágono preguntó qué haría el ejército chileno si el candidato de la izquierda, Salvador Allende, ganaba la elección.

El general Toro Mazote respondió: “En media hora tomaríamos el palacio de la Moneda, aunque hiciera falta incendiarlo” (negritas en el original). (2)

Pero la eventual elección de Allende no era sólo preocupación del Departamento de Estado, sino también de la tristemente famosa ITT (International Telephone and Telegraph Corporation), pues como consta en la correspondencia entre sus ejecutivos de Chile y de los Estados Unidos, se sostenían conversaciones tanto con los altos personeros de la Casa Blanca, como con representantes de la derecha chilena y, a través de ellos, con militares de alto rango, e incluso con el entonces Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva. Todas ellas, con el único objetivo de impedir que Allende llegara a La Moneda.

“En una reunión con Arturo Matte en su casa, el domingo 13 de septiembre parecía él estar de ánimo más tranquilo que en la última visita; hizo algunos comentarios: la ‘Fórmula Alessandri’ que abriría el camino a nuevas elecciones tenía la aprobación personal de Frei. Una vez elegido por el Congreso, Alessandri renunciaría cumpliendo así su promesa hecha antes de la elección de que lo haría, salvo que hubiera recibido la mayoría relativa de los votos en la elección general”.

Y más adelante Matte prosigue: “Una solución constitucional, que no excluye la violencia, espontánea o provocada: por ejemplo, podría resultar de desórdenes internos masivos, huelgas, guerrilla urbana y rural. Esto justificaría moralmente una intervención de las fuerzas armadas por un período indefinido”. (3)

Nota: Estos párrafos corresponden a un artículo de mi autoría, publicado en Clarín el 19 de septiembre de 2013, con el título “A reconocimiento de parte, relevo de pruebas. Y así empezó la conspiración”. La nota en comento, es bastante más extensa, sin embargo, para el objetivo de este artículo he tomado sólo lo medular.

Estimado lector, ¿alguien me puede explicar qué tiene que ver toda esta ignominia con el gobierno de la Unidad Popular, mismo que inició su período Constitucional el 3 de noviembre de 1970?

Conmemoración de los 50 años del Golpe

“Estimado Patricio Fernández: Como dice un viejo dicho: No aclare, que oscurece… No son rencores e intolerancias los motivos que nos mueve a las víctimas de la dictadura, sino solo la exigencia de Justicia por los actos cometidos por quienes se sienten dueños de nuestras vidas, del futuro de nuestros hijos y del futuro de nuestro país. El rencor y la intolerancia fueron las motivaciones de quienes organizaron, planificaron, financiaron y ejecutaron los crímenes contra el pueblo de Chile y su Democracia con el fin de apropiarse de años de desarrollo y lucha social por construir una sociedad más justa.

Muchos de quienes dijeron ser parte de esta lucha se convirtieron en tolerantes a sus crímenes hablando de reconciliación, pero escabullendo la justicia y metiendo bajo la alfombra de la ignominia los hechos, a los criminales y a sus cómplices de ayer y de hoy bajo la amenaza latente de «esto u otra dictadura». No es Democracia la que impone a un pueblo un modo de vivir miserable e indigno mediante la mentira y el chantaje permanente”. (Rodolfo Matus)

(CARTA ABIERTA a propósito del texto de la renuncia (con ventilador) del señor Patricio Fernández a su cargo de relativizador de los hechos que culminaron con el bombardeo a La Moneda, la muerte del presidente Allende y el inicio de la oscura noche que cubrió nuestro país, y que aún nos mantiene en la penumbra de esta seudodemocracia que evita la Justicia, esconde a los criminales y se desespera por entregar nuestra soberanía y recursos naturales a manos extranjeras.) La carta completa en:

https://www.elciudadano.com/chile/carta-a-abierta-a-patricio-fernandez-chadwick-no-aclare-que-oscurece/07/06/

Justamente, a raíz de la renuncia de Patricio Fernández, los que más la lamentaron, fueron personeros del oficialismo, puesto que “Fernández jamás tuvo la intención de justificar el golpe”. Veamos sólo dos comentarios que ayudan a ejemplificar lo que explica Rodolfo Matus en su carta:

“En el comité socialista del Senado también hubo cierta disconformidad. El senador Fidel Espinoza (1970) expresó que considera ‘muy lamentable que haya un sector político radicalizado que no entienda que las historias pueden tener dos visiones, visiones que generen en algún momento elementos de discusión’, y que eso es parte de la democracia, porque ‘no permitirle a nadie ver si todo lo hicimos perfecto, en los años anteriores a esa irrupción dictatorial, quiere decir que hemos avanzado muy poco’.

Y añadió: “Nadie va a desconocer que Pinochet fue un asesino, un ladrón, un dictador, que violó los derechos humanos, eso está patentado en la historia. Pero también se puede decir que no todo lo hicimos bien, que también probablemente cometimos errores que ayudaron en parte a generar un clima difícil. ¿Por qué no se puede decir eso? ¿Por qué somos de izquierda? Yo creo que la objetividad es parte importante de la vida. Y tengo la altura moral de plantearlo de esa misma manera. Porque soy hijo de víctimas de violación de los derechos humanos. ¿O también me van a condenar el PC y el Frente Amplio, porque pretenda ser objetivo con la vida y con nuestra historia?”.

Sería harto bueno que alguien le dijera al senador Espinoza que lo que se va a conmemorar es “el Golpe de Estado”, no el gobierno de la Unidad Popular. Además, nunca he escuchado a nadie del gobierno de la UP que dijera que lo hicimos perfecto (me incluyo porque fui parte de ese gobierno). Sin embargo, se contradice, pues él sería el único objetivo; la altura moral, señor senador, no la da por ser hijo de víctimas de violación de derechos humanos: la verdad, es que eso se parece más a un Síndrome de Estocolmo. Y aquí surge una pregunta: ¿Qué piensa de la altura moral de Javiera Parada (hija de uno de los degollados), que usufructuó del gobierno de Michelle Bachelet y ahora labora en un centro de estudios de la extrema derecha? ¿Y qué piensa de la altura moral de la expresidenta Michelle Bachelet, quien nunca condenó el asesinato de su padre, el general Alberto Bachelet, para no incomodar a la “familia militar”?

El segundo comentario:

“Por su parte, el jefe de bancada del PS, el diputado Daniel Manouchehri, (1984) señaló que Patricio Fernández hizo lo correcto al dar un paso al costado y que ‘fue una acción noble frente a una crítica injusta’.

“Era complejo llevar su trabajo a cabo con las agrupaciones de DD.HH. en contra. Los 50 años del golpe son una oportunidad para construir un consenso nacional de que nada justifica ni el término de la democracia ni menos las brutales violaciones a los DDHH de la dictadura. Y en la izquierda debemos hacer una revisión crítica del rol jugado durante el Gobierno de Salvador Allende, algo como lo que aconteció con la renovación socialista a inicios de la década de los 80”.

Estimado diputado, la “renovación socialista” es el acto de mayor traición al ideario del compañero Salvador Allende: “Todo lo que soy se lo debo a mi partido”. Pero no sólo eso, justamente esa renovación, es la que permitió que los ex mapus como Enrique Correa, Oscar Guillermo Garretón, Jaime Estévez y otros, se apoderaran del Partido Socialista (Correa fue miembro de la Comisión Política), lo utilizaran en su propio beneficio para alcanzar altos cargos en los sucesivos gobiernos de la Concertación y, luego, llegar a los más codiciados directorios de las grandes empresas privadas.  Además, el PS nunca ha reivindicado la gran obra del gobierno del presidente Allende en beneficio de los más necesitados. Aunque usted no lo crea, el gobierno de la UP, a pesar de todas las adversidades que tuvo que sortear, incluso antes de asumir, también hizo cosas muy buenas. (Las dos citas están tomadas de): https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2023/07/05/oficialismo-se-divide-por-renuncia-de-patricio-fernandez/

He incluido entre paréntesis junto al nombre de los dos personajes, para demostrar que el senador Espinoza tenía sólo 3 años en el momento del golpe y el diputado Manouchehri, nació 6 años antes del término de la dictadura.

Por último, además de lo expuesto, es necesario insistir en que la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado no podemos dejarla en manos del oficialismo, pues entregarán una “historia oficial” que nada tiene que ver con la realidad:

“Difícil para mí poder pararme acá, mirar la estatua de don Patricio y pensar en el tremendo desafío que significa estar a la altura de su sobriedad y dignidad republicanas”, de lo cual trato todos los días de aprender” (el subrayado es nuestro). Palabras del presidente Gabriel Boric al inaugurar la estatua del golpista Patricio Aylwin. La demagogia y el servilismo es sus máximas expresiones. ¿Es de extrañarse, entonces, que se haya nombrado a Patricio Fernández como coordinador de la conmemoración de los 50 años del Golpe?

Como esta nota se ha extendido en demasía, les dejo sólo un enlace que contiene una interesante entrevista a Carmen Hertz:

https://radio.uchile.cl/2023/07/12/carmen-hertz-no-vamos-a-aceptar-que-se-pretenda-debatir-sobre-el-golpe-de-estado-que-fue-un-crimen-de-lesa-humanidad/

Notas:

(1). Para más información, ver “El Congreso de EEUU ordenó informar sobre la conspiración contra el presidente Allende. El de Chile aun no. I y II. Artículos publicados en Clarín hace dos días.

(2). Gabriel García Márquez, “Chile, autopsia de un asesinato”, Le nouvel observateur, reproducido por El día, de México. 10 de marzo 1974.

  1. Documentos secretos de la ITT, Quimantú, Santiago, 1972, pp. 13-14.

 

Hugo Murialdo es periodista, escritor, máster en Ciencias de la Comunicación, máster en Filosofía Política, con cursos de postgrado en Estudios Latinoamericanos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores