El presidente francés, Emmanuel Macron, concedió la alta distinción de la Legión de Honor a la cineasta chilena, nacionalizada francesa, Carmen Castillo, según la decisión publicada este viernes con motivo de la fiesta nacional.

Castillo, de 78 años y radicada en París, fue nombrada "caballero" de la Legión de Honor, en la serie de decenas de nombramientos publicados en el Diario Oficial.

La cineasta y escritora nació en Santiago en 1945 y, durante la presidencia de Salvador Allende, trabajó en el Palacio de la Moneda, pero en 1974 se exilió a Europa —primero al Reino Unido y luego a Francia— tras el golpe militar de Augusto Pinochet.

Hija del alcalde, político y arquitecto Fernando Castillo Velasco y de la escritora Mónica Echeverría, fue profesora de historia e investigadora en el Centro de Investigaciones de Historia de América Latina de la Universidad Católica.

Trabajó en el Palacio La Moneda durante el gobierno del presidente Salvador Allende (1970-1973). Luego del golpe militar, lucha en la clandestinidad al lado de su compañero Miguel Enríquez, líder del MIR, contra la dictadura de Augusto Pinochet. Miguel Enríquez es el padre biológico del excandidato presidenciial, Marco Enríquez Ominami.

En diciembre de 1973, se instalaron en San Miguel, en calle Santa Fe, con sus hijas pequeñas Camila, hija de Carmen y de Andrés Pascal, y Javiera, hija de Miguel y Alejandra Pizarro.

El 5 de octubre de 1974 la DINA lanza una operación en la calle Santa Fe: Enríquez muere baleado y Carmen Castillo, que estaba embarazada de 6 meses del hijo de ambos Miguel Ángel Enríquez Castillo (nacido bajo el nombre de Miguel Ángel Castillo en Oxford, Inglaterra), resulta gravemente herida. Es trasladada primero al hospital Barros Luco y luego al hospital Militar, donde permanece incomunicada y es interrogada por Marcelo Moren Brito y Miguel Krassnoff, quien había liderado el enfrentamiento en el que mataron a Enríquez.

Poco después es expulsada del país. Viaja a Londres donde se encontraban sus padres exiliados, y da a luz a su hijo Miguel Ángel, que muere unos meses más tarde. Al término de la dictadura optó por permanecer en Francia.

Su obra suele abordar temas políticos, como "Calle Santa Fe, un amor revolucionario" (2007) sobre la muerte a manos de la dictadura de su compañero Miguel Enríquez, un símbolo de la lucha armada contra el régimen de Pinochet.

Al igual que Enríquez, Castillo formaba parte del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

"Considero que la ausencia de política mata. ¿Cómo hacer para no rendirse tras el fin de nuestra 'religión de la Historia'? Desde fines de los años 1980, he vivido con esa pregunta", dijo a la AFP en 2015 con motivo del estreno del largometraje "Aún estamos vivos".