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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ex miembro del aparato militar del PS, estuvo entre quienes resistieron al Golpe

Robinson Pérez: el asesor clave de Bachelet que combatió a mano armada el 11 de Septiembre

Cientista político, es actualmente uno de los hombres más cercanos a la ex Presidenta, con quien coincidió en el exilio en la RDA. y tiene un pasado vinculado al brazo armado del Partido Socialista. El día del Golpe estuvo junto a Miguel Enríquez (MIR) y Arnoldo Camú –alias Agustín y jefe del aparato militar del PS–, en Indumet, desde donde intentaron organizar la resistencia. Sin embargo, el cerco policial que se formó adelantó los enfrentamientos y terminó con la huida de Pérez, junto al grupo armado PS, hacia La Legua. El episodio es narrado en el libro Martes once, la primera resistencia (LOM, 2013), del periodista Ignacio Vidaurrázaga, el cual reproducimos.
Por El Mostrador:

Es uno de los hombres del círculo más estrecho de la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, ese donde sólo se entra con incondicionalidad absoluta a la líder, bajo o nulo perfil público y hermetismo a toda prueba. Por esas y otras razones, Pérez ha pasado a ser parte del anillo más estrecho en torno a Bachelet, junto a Rodrigo Peñailillo, Paula Walker y la “Jupi” Álvarez.
Pérez, quien durante la primera administración bacheletista trabajó junto a Juan Carvajal en la Secom,  fue parte del diseño de la estrategia con la que Bachelet enfrentó la primera vuelta del 17 de Noviembre. Una que contemplaba restricciones a la prensa, férreo control de las vocerías, reducción de errores y manejo de expectativas, entre otras cosas.
Robinson Pérez es cientista político de la U. de Chile y conoció a Bachelet en Alemania Oriental, durante su exilio tras la Cortina de Hierro. Durante el gobierno de Allende, Pérez renunció al PC y se integró al aparato militar del PS, partido que lo expulsó en 1984 por sus posturas radicales.
A continuación, el extracto del libro de Ignacio Vidaurrázaga Martes once, la primera resistencia, donde Pérez es parte de quienes decidieron hacer frente al Golpe tomando las armas:
Cerca de las once de la mañana, desde diversos puntos de Santiago, se movilizan representaciones partidarias del PS, el MIR y el PC hacia la industria Indumet. El Golpe ya estaba en desarrollo y esa reunión era un último y desesperado intento por actuar unidos. Según Enérico García (MIR), en la industria había mucha gente y armamento. Además de todos los que tenían fusiles, estaban disponibles sesenta AK con sesenta tiros cada uno. En esos momentos, desde la dirección del MIR hubo una comunicación telefónica con Carlos Altamirano y acordaron juntarse a las 10:00 en la industria Indumet.
 Miguel, junto a un grupo, irá a ese primer encuentro con Altamirano, pero este no llegará. Ahí esperaran muy poco y partirán a una casa de enlace cercana, para hacer hora y retornar a las 11:00 al mismo sitio. Sería en esa casa donde estará León, Eduardo Ojeda Disselkoen, y será Miguel quien le dirá que lo acompañe, dando por seguro que sería un aporte por su preparación. León viajará en otro auto, un Fiat 125 de color amarillo, y llegarán en caravana a la industria.

“Deben haber sido como las 10:30 cuando viajábamos la segunda vez hacia el Indumet en dos autos mini Austin. El color mostaza que usaba Miguel y que conducía el Tito Sotomayor y el otro de color blanco donde irían Coño, el Juancho y Pascal. Yo iba junto a Miguel. En ese momento disponíamos sólo de armas personales, de puño. León iba en otro vehículo. Al llegar ya estaban Agustín (Arnoldo Camú) y Rolando Calderón, por el PS, y José Oyarce, miembro de la CP del PC. También había trabajadores y ese era ya el punto de concentración del aparato militar del PS, fundamentalmente los Elenos. En Indumet había armamento, pero en ese momento no estaba a la vista. Miguel habló con Calderón y le pidió que le preguntara a Oyarce si el PC iba a resistir. Entre ellos no se hablaban, supongo que por todos los resquemores que había entre el MIR y el PC. La respuesta del representante del PC fue que esperarían a saber si cerraban o no el Congreso” (Enérico García).
El diálogo en ese momento es tenso, Agustín y Rolando Calderón hacen de coordinadores para establecer mínimos puentes entre el MIR y el PC. El balance de la reunión era magro.
Se contaba con la columna del aparato militar del PS, que se había movilizado desde el estadio de la CORMU. La posición del PC estaba expresada y el MIR, según Miguel, necesitaba de algunas horas más para convocar una fuerza de cuatrocientos combatientes y, de ellos, sólo cincuenta con dotación completa de armamento y municiones.
“Estaba en desarrollo aún la reunión y se sienten fuertes golpes en el portón metálico de la industria, que era de entrada de vehículos y tenía además incluida una puerta pequeña para el ingreso de las personas. Toda la construcción era muy alta, como de tres metros de altura los muros perimetrales. El que abrió fue Rafael Ruiz Moscatelli y se encontró con un carabinero a boca de jarro que le dice que tiene instrucciones de allanar. El Rafa de inmediato cerró la puerta y avisó que eran los pacos  que querían ingresar para allanar. En ese momento las jefaturas estaban reunidas viendo mapas y pronto nos íbamos a separar. Yo estaba cuidando fuera de la reunión y tenía el revólver de Pascal con seis tiros; también estaba León, que había permanecido arriba del auto. En ese momento apareció un helicóptero con una ametralladora punto 30 apuntándonos; era de la FACH. Ese fue el minuto en que Miguel le pidió a Camú que nos pasara armamento y él de inmediato dio la instrucción y un compañero nos pasó unas armas y me pidió el nombre para poder recuperarla. Cada uno de nosotros tomó un AK con dos cargadores. Todos menos León. La idea de Miguel era que tratáramos de sacar los autos hacia fuera para mantener la unidad del grupo y además movilizarnos” (Enérico García).
El tiempo se les acabó antes que acordaran un plan de operaciones en común. En un comienzo, luego de la alerta de allanamiento, la idea fue “salir en un grupo compacto, contar con vehículos para poder movilizarnos, llevar adelante el gran proyecto que era ir al centro a rescatar a Allende a La Moneda, pero se dilataba la toma de decisión” y en ese momento Miguel habría dispuesto que el grupo se retirase con premura.
Entonces comenzaron los enfrentamientos entre los ocupantes de la industria y los destacamentos  de Carabineros que llegan al lugar. Socialistas y miristas buscarán salir en el menor tiempo posible porque saben que, según pasen los minutos, ese cerco tendrá mayores refuerzos por tierra y también por aire. Los planes originales han quedado truncos, ahora lo que se inicia es un desesperado repliegue.

UNA SECCIÓN DE CARABINEROS A INDUMET

En otro lugar de Santiago, en las proximidades de la Estación Central, se encuentra un bus policial vigilando lo que pudiera ocurrir con cerca de medio millar de estudiantes, funcionarios y profesores que se han estado concentrando esa mañana en la Universidad Técnica del Estado, UTE. Este vehículo pertenece a la segunda sección del 1er Escuadrón del Centro de Perfeccionamiento de Suboficiales, al mando del teniente Sergio Jiménez Albornoz, y será este oficial quien reciba la orden para dirigirse a reforzar el enfrentamiento que se iniciaba en Indumet.
Cuando llegan a la industria ya había muerto el carabinero Manuel Cifuentes. En el lugar estaban las tanquetas Mowag que pronto derribarían el portón, allanarán y tomarán prisionero al grupo que había permanecido allí. Al principio, el inesperado cerco policial produjo desconcierto entre los grupos presentes. Para los cercados, lo favorable era que tenían un buen armamento, eran una fuerza significativa, y las industrias en ese lugar estaban todas vecinas. Luego, en el recuento de la balacera en Indumet, la segunda sección resultaría con dos bajas, heridos de gravedad, que después fallecerían: los carabineros Ramón Gutiérrez Romero y Fabriciano González Urzúa.
Rompiendo el cerco a la industria Indumet saldrán arrancando dos grupos diferentes. El más numeroso era el del aparato militar del PS, encabezado por Agustín y que posteriormente quedará fragmentado en La Legua de camino a la industria Sumar. Y el otro, el MIR, sustancialmente más pequeño, que encabezara Miguel Enríquez y que optará por salir por San Joaquín, sin entrar a La Legua, pero que deberá necesariamente pasar frente a un retén ubicado en la esquina de Las Industrias.
En Indumet permanecería Celsa Parrau junto a un compañero que quedará herido de bala, un grupo de trabajadores, además de un puñado de combatientes conteniendo al destacamento de Carabineros para así impedir la persecución a los grupos que ya habían salido.
“Tengo entendido que se separan los grupos y el del PS se va hacia La Legua. Allí estaban Robinson Pérez, Renato Moreau, Aguilera –que le decían milico–, Francisco Cattani, que después morirá en La Legua y que según contaba Arnoldo fue uno de los que disparó contra la micro de Carabineros que volaron de un bazucazo” (Celsa Parrau).





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