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lunes, 18 de noviembre de 2013

Un 18 de noviembre de 1974 Diana Arón desapareció

El 18 de noviembre de 1974, alrededor de las tres de la tarde, Diana Frida Arón Svigilisky –`Juana´ y, después, `Alba´, en la clandestinidad– fue reconocida en Avenida Ossa, Santiago, por una delatora [Marcia Gómez, conocida en el MIR –antes que traicionara– como ´Carola´; actualmente jubilada del Ejército] al servicio de la siniestra DINA (Dirección de Inteligencia Nacional).

Cuando se percató de la trampa, intentó huir y el agente Osvaldo Romo1`El Troglo´– le disparó, cuatro tiros, por la espalda. Diana Arón, embarazada y malherida, en los pulmones y en los riñones, fue conducida al Cuartel Terranova (Villa Grimaldi) donde, pese a su gravísimo estado, fue cruelmente torturada por Miguel Krassnoff Martchenko. Muchos años después, el propio Romo declararía: “Diana fue ultimada por el capitán Krassnoff, cuando ya no podía sacarle ninguna declaración. Krassnoff la agredió con tal brutalidad que le produjo una hemorragia [y] todo el suelo quedó con un charco de sangre, que debe haber sido parte del feto que perdió por culpa de los apremios… Lo que más me impactó fue que Krassnoff salió de la sala de tortura con las manos ensangrentadas gritando: `¡¡¡Además de marxista, la conch‘e su madre es judía!!!… ¡¡¡Hay que matarla!!!´ Nosotros la asesinamos”. Esa misma noche, Diana fue trasladada a una clínica de la DINA, ubicada en Calle Santa Lucía2, desde donde desapareció.

1 El 16 de noviembre de 1992, fue detenido: había estado en Brasil, durante más de 17 años, oculto, evadiéndose de sus gravísimas responsabilidades en violaciones a los derechos humanos. En diciembre de 1992 –confirmando haber reconocido, a un detenido en Villa Grimaldi, el asesinato de Diana Aron–, declaró en varios procesos por detenidos desaparecidos, en seis de los cuales fue encargado reo.
                                              
2 La DINA tenía una clínica propia, ubicada frente al Cerro Santa Lucía, en calle Santa Lucia 162. Este recinto –identificado, por los presos políticos que allí permanecieron, por el característico sonido del cañonazo de las 12– fue utilizado como centro de recuperación de las víctimas heridas y como centro de tortura, al igual que como clínica privada para los miembros de la DINA y sus familiares. Personas detenidas en otros recintos de la DINA y se encontraban graves a causas de las torturas, fueron trasladadas a esta clínica, donde –sin embargo– continuaban los interrogatorios. Declaraciones de una detenida revela que, después de ser llevada a esta clínica, desde Villa Grimaldi, fue subida a los pisos inferiores del inmueble, donde, no obstante su estado de salud, se le aplicó corriente eléctrica. Más aún: su declaración señala que tanto el personal médico como paramédico la presionaban, continuamente, para que hablara.

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