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martes, 21 de julio de 2015

Chile cierra otra herida: memorial en Lonquén recordará a las primeras víctimas reconocidas por la dictadura

Por Nicolás Borcoski
Pasaron 42 años desde los crímenes de los hornos de Lonquén. Recién en 2015 el Estado toma iniciativa y construirá un memorial en donde estuvieron las estructuras en que se escondieron los restos de 15 campesinos asesinados a manos de la dictadura. Este fue el primer hallazgo de osamentas humanas, la primera evidencia de los asesinatos cometidos por el régimen y que significó el inicio del fin para Pinochet.
No se trata de cualquier caso, sino que el primero. La tragedia de los denominados Hornos de Lonquén se convirtió en el inicio de un camino para demostrar los crímenes de lesa humanidad que la dictadura militar realizó durante su estadía en el poder.

Fue un 30 de noviembre de 1978 cuando se descubrió y denunció el hallazgo de osamentas humanas en dos hornos de la localidad. Era lo que quedaba de 15 hombres detenidos por Carabineros en octubre de 1973. Campesinos de Isla de Maipo cuyo rastro se perdió hasta ese día, en que la Vicaría de la Solidaridad y la prensa hicieron público el hallazgo que agitó al país. El régimen militar ya no podía decir que "los presuntos desaparecidos no tienen existencia legal", como dijo el delegado de Chile ante las Naciones Unidas, el recién fallecido embajador Sergio Diez.

Desde ahí la historia es conocida. Se detectaron decenas de centros de tortura, mientras que la lista de detenidos desaparecidos se seguía engrosando. El caso de los quince varones -entre 17 y 51 años- marcó un hito en la historia que aún prevalece.

El horno fue dinamitado en 1980 por su dueño. No quería que el lugar se convirtiera en un centro de devoción o peregrinaje. Aún así, familiares se hicieron presentes en el lugar varias veces, arriesgando ser detenidos. El lugar está ahora en posesión del ministerio de Bienes Nacionales desde 2005. Sin embargo, recién en octubre de 2015 (42 años desde que ocurrieron los crímenes) se hará justicia por las víctimas y se construirá un acceso público al lugar. Es el primer paso de lo que será un monumento.

Una deuda estatal

El mismo ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, reconoció que existe una deuda por saldar con Lonquén. "El proyecto es un acto reparatorio fundamental para los familiares y la memoria del país, porque fue el primer hallazgo, en plena dictadura, que comprobó que la práctica de la desaparición forzada sí era una realidad", aseguró.

En lo práctico, el monumento (hasta ahora a cargo de los arquitectos Claudio di Girólamo y Borja Huidobro), incluye además, un anfiteatro, un museo interactivo y un parque abierto a la comunidad en las seis hectáreas pertenecientes al ministerio.


Siempre se pudo, faltó voluntad de los gobiernos

Emilio Astudillo, presidente de la Corporación para la Memoria de Lonquén
Emilio Astudillo, concejal de Isla de Maipo e hijo de una de las víctimas, preside la Corporación para la Memoria de Lonquén y ha sido pieza fundamental para concretar el memorial. En conversación conCambio21 no ocultó su satisfacción por la meta cumplida, aunque genera una mezcla de sentimientos. Por un lado, se logra la reavivación por las familiares asesinados por la dictadura, por otro, han pasado más de 40 años.

Eso tiene una explicación, dice. "Siempre se ha podido, querer es poder. Faltó voluntad política. Siempre ha habido recursos para hacer lo que se quiere hacer. Hoy sí hay voluntad. El sentimiento de los detenidos desaparecidos de Lonquén siempre ha tenido esta demanda, porque marca un hito histórico. El primer hallazgo de detenidos desaparecidos. Hasta ahí, esperábamos encontrar vivos a nuestros familiares, Lonquén truncó nuestras esperanzas, y de muchas otras familias de encontrar a sus seres queridos".

"Ha sido una demanda de las familias. No es algo que le nació al gobierno, hemos demandado que el Estado tiene una deuda con las familias de Lonquén, pero que también es con todo el país. No pertenece solo a la memoria de los familiares afectados directamente. Pertenece a la memoria colectiva de un país, que sufrió la aberración de una dictadura, la muerte, la desaparición, la tortura, el exilio y mucho más", dijo Astudillo.

Más allá de la larga espera, el dirigente valoró que el sueño se cumpla y destacó que hay varios actores comprometidos para que la obra se concrete durante este gobierno.

Asumir nuestra historia

La deuda es innegable. El senador democratacristiano, Manuel Antonio Matta, miembro de la comisión de Derechos Humanos, reconoce que no hay explicación para tal tardanza, pero destacó que finalmente, el monumento se concrete.

"No tiene ninguna explicación y lo mejor es que cuanto antes y aunque sea este año, se logre algo histórico que merecen las víctimas de los hornos de Lonquén", dijo a Cambio21, agregando que "es bueno para mantener la memoria histórica. Fueron hechos condenables que causaron un impacto profundo, sobre todo para el mundo de la familia campesina, víctimas de la represión de la zona sur de la antigua provincia de Santiago. Mi solidaridad porque se ejecutan las obras que permitan demarcar este hecho histórico lamentable que ocurrió, pero que forma parte de la historia de nuestra patria".

Los restos de los 15 campesinos fueron hallados en las chimeneas de los hornos. (Foto: archivo Vicaría de la Solidaridad)

No es todo

Desde la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, su presidenta, Lorena Pizarro, lamentó el tiempo que tomó para que el país tuviera esta acción. Después de todo, de aquí partió todo lo referente a la reivindicación con los derechos humanos.

"Para los familiares y nosotros, significó un dolor tremendo. Para un número importante de familiares significó enfrentar el asesinato de los desaparecidos. Existe una deuda sobre lo que significa Lonquén. (...) quiero ser justa, es una deuda con Lonquén, pero también con todos los lugares en que han encontrado victimas. Siempre se ha intentado apuntar a algunos lugares como más emblemáticos como otros, y eso es una falta de respeto. Si uno piensa en Chihuio, en Calama, en el cementerio de La Serena... todos tienen la misma importancia para las familias y deudos", dijo Pizarro a nuestro medio.

La dirigente también hizo una dura advertencia: "el memorial no resuelve los temas de fondo. Esto tiene que ver con una transición que partió con la impunidad, lo transó todo, incluso la memoria de lo que ocurrió. Recién a los 40 años de conmemoración del golpe se habló del impacto del terrorismo de Estado".

Lo anterior se refiere a que, según Pizarro, con el regreso de la democracia, se intentó minimizar lo ocurrido. "La memoria en la sociedad de lo que significó la desaparición de detenidos, ha sido invisibilizada. Lo de Lonquén es una interesante resolución judicial que no solo apunta a lo penal, respecto a lo que ocurrió, sino que también el Poder Judicial se hace cargo de la construcción de memoria, y eso siempre es positivo".

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