Julian Assange en exclusiva: "Google y Facebook están en el negocio de ser como una agencia de espionaje"
por HÉCTOR COSSIO, M. FAJARDO Y A. HAMON 7 julio 2015
En estos últimos días, WikiLeaks –el mayor sistema de filtración de información de interés público de alcance global– y Google –el gigante de la industria tecnológica e internáutica– volvieron a hacer noticia de alto impacto por causas muy distintas. Mientras el primero, dio a conocer un nuevo dossier sobre el espionaje económico de Estados Unidos a Francia, todo en medio de la nueva ola de ataques terroristas, el segundo comunicó al mundo los avances de su trabajo más ambicioso, el proyecto Descartes, o el punto de partida de la Inteligencia Artificial, basado en los billones de datos que maneja.
Desde la embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra asilado, Julian Assange, cerebro de WikiLeaks, la entidad que destapó un escándalo mundial al revelar información sobre el espionaje cibernético que realiza Estados Unidos alrededor del globo, aceptó conversar con El Mostrador Cultura+Ciudad –el primer medio chileno al que le concede una entrevista– acerca de los peligros de concentrar gran parte de la información mundial en megacorporaciones tecnológicas, la corrupción y el rol de los medios de comunicación independientes en la llamada era de la "politización de internet".
"Google y Facebook están en el negocio de ser como una agencia de espionaje. Es su modelo de negocios: recolectar toda la información que puedan de la mayor cantidad de gente en todo el mundo, como sea posible, usando servicios libres. Toman esa información de las personas, igual que como se pesca un pez, y la colocan en enormes bases de datos donde ordenan esa información", denuncia Assange como introducción a la tesis que desarrolla en su último libro Cuando Google encontró a WikiLeaks, recientemente publicado en Chile por Editorial Catalonia.
La demoledora crítica a la megacorporación norteamericana se funda en que Google, cuya página de inicio tiene 6 mil millones de visitas diarias, posee "una capacidad de condicionamiento del usuario que no tiene ni ha tenido jamás ninguna empresa actual o del pasado", sostiene en su libro.
"Hacen dossiers de cada persona en relación a sus intereses para hacerla más predecible y vender esos perfiles a los anunciantes. Ese es el negocio”, sostiene.
Este libro es la respuesta de Assange al texto The New Digital Age (Vintage, 2013), escrito por el ex presidente ejecutivo de Google –hasta 2011–, Eric Schmidt, junto a Jared Cohen, hoy director de Google Ideas, la unidad –según Assange– encargada de lobby de la empresa con los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Allí, Assange describe cómo grandes empresas como Google colaboran con el espionaje estadounidense para vigilar a personas de todo el mundo, al estilo del “Gran Hermano” del que escribía el autor inglés George Orwell.
Los metadatos
La demoledora crítica a la megacorporación norteamericana se funda en que Google, cuya página de inicio tiene 6 mil millones de visitas diarias, posee "una capacidad de condicionamiento del usuario que no tiene ni ha tenido jamás ninguna empresa actual o del pasado", sostiene en su libro.
En conversación telefónica, Assange explica a El Mostrador que la relación de las empresas globales, que registran información en todo el mundo, con las agencias de inteligencia, radica principalmente en su estructura y en la ubicación del negocio.
"Están físicamente dentro de Estados Unidos, por lo cual están bajo su jurisdicción judicial, con leyes coercitivas usadas en su contra para obligarlas a entregar la información que están recogiendo", señala.
Como ejemplo de esta intervención en las comunicaciones, Julian Assange cita los documentos del informe Warrant (wikileaks.org/google-warrant) publicados por WikiLeaks en enero de este año, donde se revela que la editora Sarah Harrison, el editor Joseph Farrell y el periodista y portavoz Kristinn Hrafnsson recibieron el aviso de que Google había entregado todos sus correos electrónicos y metadatos al gobierno de los Estados Unidos.
América Latina
Esta situación para el editor en jefe de WikiLeaks no es exclusiva de sus periodistas, sino de todas las personas que utilizan estas megacorporaciones para comunicarse. "Un 98% de las comunicaciones de América Latina son interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) al pasar a través de Estados Unidos al resto del mundo", sostiene enfático.
Para Assange, desafortunadamente eso sucede sin importar que a algunas personas no les guste que esa información sea entregada al gobierno estadounidense. Por desgracia, ni Google ni Facebook “financieramente están motivados para dejar de recolectar la información mundial”.
Aun en la distancia, Assange considera a América Latina como una región importante no solo porque obtuvo asilo político de parte del presidente de Ecuador Rafael Correa, sino porque también es relevante para WikiLeaks, asegura.
La zona se destaca por varios hechos, entre otros, porque actúa con mayor autonomía que hace algunas décadas. “Lo que ha sucedido en América Latina en los últimos diez años es importante no sólo para sus habitantes, sino también para países en el resto del mundo”, comenta. “Hay ejemplos positivos y negativos, pero es innegable la independencia de América Latina de Estados Unidos.
Assange manifiesta estar al tanto de lo que ocurre en esta parte del planeta, también en lo referente a los últimos escándalos de corrupción que han afectado incluso a países como el nuestro, que se creía casi inmune.
“No somos ciegos frente a todos los problemas que ocurren (en América Latina) en términos de corrupción”, afirma. Pero es una situación a la cual, en su opinión, se le puede sacar provecho.
Los medios independientes
El concepto de la "politización de internet", que Assange ha acuñado en varias conferencias internacionales estos meses, implica "la más importante transición de los últimos cinco años", ya que la sociedad humana e internet se han fusionado, creando una conciencia política más amplia.
En la llamada era digital, internet ha logrado encauzar el poder de la gente, propiciando un notable impacto en la vigorización de los medios independientes de comunicación online, respecto de los medios tradicionales, ganando espacio en credibilidad y con aumento de su influencia.
"Es un buen momento para ser un medio independiente. El momento es extremadamente vibrante. Hay muchas oportunidades, así como muchos problemas y riesgos crecientes", comenta a El Mostrador.
La amenaza a la independencia editorial en este nuevo ciclo de las comunicaciones, según él, no viene de la adaptación de los medios tradicionales a la era digital, sino del poderío de las grandes empresas mediáticas online.
"Actualmente hay una fuerte consolidación de grandes actores mediáticos como Google y Facebook comprando a actores más pequeños, en parte porque a nivel internacional no hay un mecanismo antimonopólico que evite la aparición de monopolios o de empresas individuales tan grandes. Eso ha llevado a una creciente integración vertical", advierte el fundador de WikiLeaks.
"Google –prosigue en su fundamentación– ha colocado fibra óptica en ciudades enteras, junto con ofrecer un motor de búsqueda para anunciantes, mapas, YouTube, correos electrónicos, etcétera. El resultado es que integran toda la información que recolectan", afirma.
Alto costo personal
Tres años asilado en la embajada ecuatoriana en Londres cumplió este mes el hacker-periodista, luego de hacerse mundialmente conocido tras filtrar miles de cables diplomáticos, revelando detalles de operaciones y dejando al descubierto la "vigilancia global" de la primera potencia mundial, que ejerce, incluso, sobre sus aliados. Ha sido un atrevimiento que Assange ha pagado caro. La fiscalía de Suecia lo investiga por una supuesta violación –una maniobra detrás de la cual el australiano ve la mano de Washington– lo que lo obligó a buscar refugio en la citada sede diplomática, mientras Londres intenta expulsarlo.
“He sido objeto de la mayor investigación jamás realizada en la historia del periodismo de Estados Unidos durante ya cinco años”, comenta Assange a Cultura+Ciudad. “Fui detenido sin cargos y llevo tres años ya en la embajada ecuatoriana, que el Reino Unido ha rodeado de policías en un asedio ilegal”, un acoso judicial que –según dice– le ha costado a Londres 15 millones de libras (unos 15 mil millones de pesos).
Pero "ha habido algunas cosas positivas", acota. "Aunque es muy difícil ver a mi familia y no he visto el sol en tres años, todo este tiempo lo he ocupado en trabajar, algo que aprecia mi staff".
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