Una vez no es costumbre. Un lector de POLITIKA, chileno, que vive en Lima, nos hizo llegar esta carta dirigida a Giorgio Jackson. No conocemos la dirección de Jackson, ni tampoco a él mismo. De modo que aquí va. De vez en cuando la palabra la deben tomar los ciudadanos. Aunque duela. |
Lima, 30 de junio de 2023 Señor Distinguido Sr. Jackson No tuve oportunidad de conocerlo cuando me apunté con muchas esperanzas -hace unos 20 años- a Revolución Democrática, que por ese entonces existía como una idea en Internet. Me gustó mucho, porque una revolución democrática era el sueño y el ideario del compañero presidente Dr. Salvador Allende y sigue siendo el sueño de chilenos que no están a favor de la violencia, pero si lo estamos a favor de grandes cambios. A pocas semanas de participar tuve la malhadada idea de ofrecerme para captar el apoyo de muchos “viejos allendistas”. Conseguí como respuesta una carcajada general y muchas pullas, como por ejemplo: | ¿Viejos allendistas, pero todavía existen? ¡Claro que sí, todavía existen los plesiosaurios! Y un largo etcétera de ofensas y menosprecio que a mis 65 años, en esa época, me dolieron y no contesté. Uno de los miembros, cuyo nombre no recuerdo, se apiadó de mi ingenuidad y me escribió aclarándome la situación. Me dijo, si recuerdo bien, que eran jóvenes muy bien preparados, con ganas de participar en política para conseguir oportunidades de trabajo y disfrutar -como los senadores y diputados de esa época y de siempre- de los sueldos y granjerías inherentes al cargo político. Entendí que el nombre del futuro (y actual) partido era puro marketing, pero en ningún momento se estaban refiriendo al ideario político del Dr. Allende y por eso presenté mi renuncia. No es extraño que haya corruptos y corrupción en un partido creado con el fin de ‘chupar del bote’ y se lo digo en chilensis, para que quede más claro. Por eso le envío esta carta, para que haga lo imposible por lograr que el caso Democracia Viva, sea el primero y el último, aunque estoy seguro de que esos malandrines que se mofaron de la expresión “viejos allendistas” piensan más en sus bolsillos que en el país. Le saludo con el respeto que usted (no) merece y con mis mejores deseos de que sea capaz de enmendar los rumbos de su partido. Máximo Kinast Avilés |
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