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domingo, 14 de septiembre de 2014

La revelación del director del Servicio Médico Legal Patricio Bustos: "Fui torturado junto a mi mujer"


Por Mario López Moya
Patricio Bustos cuenta a Cambio21 como sufrió el flagelo de la tortura, pero fue un sufrimiento doble, pues la experimentó en carne propia y la sintió en su mujer, torturada frente a él. Sin embargo, con serenidad asume que él no es lo importante.
-Usted fue torturado, ¿cómo recuerda ese dolor?

-El dolor más grande que tengo yo como torturado, son los compañeros que me faltan. Yo fui torturado junto con mi esposa, ella abortó, a mí me operaron y debí deambular en 7 centros clandestinos de detención.
"Ese dolor también se llama Ignacio Ossa Galdámez, cuyo juicio recientemente arrojó resultados (asesinado el 25 de octubre de 1975, en Villa Grimaldi durante el proceso de torturas, al habérsele administrado agua luego de aplicarle tormento con corriente). Para mí fue emocionante ver a jóvenes desfilando en las calles con la foto de Ignacio, tras la condena de sus asesinos".


-No debe haber sido fácil soportar la tortura de su mujer


-La tortura de mi mujer me dolió más a mí que a ella, seguro, pero ella lo vivió, por lo tanto no estoy en condiciones de cuantificar el dolor.


"Además del desprecio a los torturadores, a (Miguel) Krassnoff en particular, que era el que movía la maquinita de electricidad, de electrodos; además de eso, es el dolor que tiene el que una persona querida sufra lo que yo ya sabía lo que era. Eso no es posible describirlo porque no es posible imaginarlo, porque nadie puede concebir en una sociedad democrática, como la que tenemos ahora, algo así"...


-¿Patricio, siente odio?


-No se trata de transmitir el odio y la venganza, sino que la esperanza y la ratificación de que quienes nos jugamos en ese tiempo y especialmente de quienes entregaron sus vidas, luchaban por causas justas, hasta hoy pendientes. También tengo la esperanza que se avance en el proceso de Jorge Fuentes Alarcón, hoy desaparecido.


"Es una situación aberrante haber pasado por lo que pasé. Que nadie se puede imaginar. Lo bueno, es que como conversaba con otros estudiantes de último año de Medicina en Tres Álamos con más de 200 presos, ninguno de nosotros le haría a los torturadores lo que ellos nos hicieron a nosotros".


-¿Cuáles fueron las secuelas de la tortura?


-Como ex preso, los achaques propios que quedan tras las torturas. Moren Brito y Krassnoff me dieron golpes en ambos oídos, lo que me dejó con una lesión en el tímpano.


"Recuerdo que en diciembre de 1976, desde Tres Álamos partí al exilio. Fui expulsado del país en contra de mi voluntad, como dejé establecido por escrito a modo de protesta junto a Gladys Díaz, también expulsada en esa oportunidad.
"Allí decíamos: en treinta o 40 años vamos a tener muchos achaques traumatológicos, de sordera y muchas otras cosas que comienzan a aparecer, pero lo físico es bastante menor del dolor que nos queda por los que faltan".


-¿Lo doblegó la tortura?


-No, lo que me hicieron me fortaleció respecto a mis convicciones y también fortalece el mecanismo de defensa que teníamos ante la tortura, que es el desprecio al torturador, a quien realiza esas acciones en nombre de "la Patria", de salvarnos del marxismo...


"Uno intenta, porque no siempre se logra pues todos tenemos momentos de debilidad, lo que es parte de la vida, uno intenta comprender, racionalizar, diría un siquiatra, en qué contexto ocurrieron estos hechos.


"Es importante defender la conquista que significa no quebrarse -lo que no implica no tener debilidades, -aclara-, hasta el punto de abdicar de las convicciones, porque la tortura es para obtener información, pero también para quebrar las convicciones de una persona. E incluso para castigar.


"Esos son los mecanismos de defensa que uno tiene frente a la tortura y los recuerdos, eso que los sicólogos llaman "resiliencia", lo que en todo caso es bastante relativa, pues creo que tiene que ver mucho con lo social y uno luego lo expresa en el ámbito familiar o lo expresa en los dos lados... o se lo come solo".


-Usted participaba del MIR, ¿esperaba lo que sucedió?


-Yo no me sorprendí de caer preso y de ser torturado. Sí me pude sorprender de la brutalidad de lo que era vivirlo. No me sorprendí de que hubiesen crímenes y desapariciones, sabíamos que era parte de los riesgos.


-¿Cómo se enfrenta eso hoy día?


-Intentando racionalizarlo de acuerdo a la proyección de la muerte de quienes nos dejaron. Las causas nobles por las cuales ellos dieron sus vidas y que significan temas pendientes. Con mi cuñado, un mirista igual que yo, desfilamos junto con los estudiantes un día sábado, el año 2011 y estoy orgulloso de haberlo hecho. Durante el gobierno de derecha me preguntaron ¿qué piensa de la lucha de los estudiantes? Y contesté, estoy de acuerdo, como más del 80% de la población chilena.


-¿Cómo fue enfrentar a sus torturadores en los careos?


-Cara a cara enfrenté a quienes fueron mis torturadores. El guatón Romo dijo ¡Pato Bustos! Yo te detuve, pero nunca te torturé. Le dije inmediatamente a la jueza que estaba tomando el careo, ‘¡es un mentiroso!'. Distinto fue el caso de Basclay Zapata, el que se entrenaba con mujeres y hombres jugando al kárate, quien dijo que era casi un ‘mocito'. Krassnoff sostenía que él era un ‘analista', que nunca nos torturó, decía, pero era él quien movía la maquinita con electrodos cuando estaba torturando a mi mujer, entre otras personas... Moren Brito comenzó a gritar y yo le recordé que no estaba ni vendado ni encadenado como cuando me tenía en la parrilla.


-No debe ser fácil para ellos mantener esas mentiras


-Cuando vamos a los tribunales quienes fuimos víctimas de los atropellos a nuestros derechos, lo hacemos sin ponernos de acuerdo, pues la verdad es una. No sucede lo mismo con los torturadores, por eso siempre entran en contradicciones entre ellos.


"Se enojan y se retan, están divididos en Punta Peuco. Nosotros, quienes luchamos en la resistencia, tenemos una sola versión, porque la verdad es una, no tenemos que inventar nada, pues todo fue tan terrible, tan salvaje, tan inhumano, que no tenemos que agregar nada a lo que ocurrió".

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