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jueves, 11 de septiembre de 2014

Sergio Bitar, Mireya García, Jorge Lavandero, Fernando Alarcón (Pepito TV), Pablo Huneeus: Cinco personajes. Cinco historias del día del Golpe

Por Verónica Romero
Comenzó el ataque a La Moneda y la vida de los chilenos se vio interrumpida en diversas áreas, como estudios, trabajo y familia, lo que provocó un vuelco en las expectativas de proyectos que dejó a las personas viviendo una vida distinta a la que estaba planificada.
La consecuencia inmediata en la vida de los chilenos tras el golpe militar fue la interrupción de las actividades que se tenían programadas para ese día, ya que se trató de una acción con la que el país quedó paralizado.

Todos quienes estaban en Chile el 11 de septiembre de 1973 vieron cómo sus planes fueron interrumpidos. Es así que ir al trabajo o a la universidad, un paseo o tal vez casarse, fueron proyectos que se tenían programados que quedaron postergados, algunos de manera indefinida, por el alzamiento militar comandado por Augusto Pinochet en la búsqueda del poder y el derrocamiento de Salvador Allende.

Algunas de las personas que vivieron ese día, comentaron a Cambio21 qué fue lo que quedó pendiente en sus vidas con el golpe militar.

Pablo Huneeus, sociólogo: "yo salí a ver algo entretenido con mi mujer y llegué hasta la calle Moneda y vi pasar los Hawker Hunter, yo nunca había visto un avión cazabombardero en acción y menos un avión chileno contra un blanco chileno, contra un edificio histórico, indefenso. El plan que tenía era hacer una cosa divertida y me encontré con una enorme tontera. No puede haber algo más idiota que usar los propios aviones para destruir los propios edificios históricos".

Jorge Lavandero, entonces diputado, comentó a Cambio21 que "me pidieron convocar una marcha para el 11 de septiembre, a lo que accedí. Mis planes, en realidad, eran los mismos que tuve para el tanquetazo en que fui el  único parlamentario que llegó a cerrar las puertas del Congreso para impedir que los militares se lo tomaran, pero el 11 de septiembre sólo pude llegar hasta Plaza Italia, porque de ahí no pude pasar".

Fernando Alarcón, (Pepito TV) periodista y actor: "salí temprano de mi casa para ir a trabajar y me encuentro con un militar que me dice éntrese, a lo que respondí pero si tengo que ir a trabajar y me volvió a decir éntrese, así que me devuelvo a mi casa, pongo la tele y me entero de que había un golpe de Estado. A través de la televisión me enteré de que se suspendían las transmisiones de Televisión Nacional de Chile, donde yo trabajaba, hasta nuevo aviso. Mis planes era ir a los programas que estaba haciendo, que era Escape Libre (la semilla del Jáppening) donde estaban Francisco Soto y Eduardo Ravani, pues teníamos grabación con el director de TV Enrique Motto".

Mireya García, actual vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), comentó que "en términos puntuales se interrumpieron mis estudios y provocó un alejamiento de mi familia. Con el golpe sentí cómo se perdía la libertad, ya que un par de días después del 11 de septiembre me transformé en prisionera de guerra".

Sergio Bitar, exministro de Minería de Salvador Allende, recordó que "el 10 de septiembre el Presidente Allende me invitó a almorzar a la Moneda, con un pequeño grupo de ministros y asesores. La discusión fue cómo superar esos días y evitar un golpe. A las 15:30 horas se levantó para preparar su discurso en que llamaría a plebiscito por el área de propiedad social al día siguiente en la mañana en la Universidad  Técnica del Estado. Me quedé con la esperanza de que en pocas horas podíamos generar otro contexto político y reducir la verosimilitud de un golpe. El 11 de septiembre, con las primeras informaciones, hice lo que nos pidió que hiciéramos: protegernos. Partí a una población a un lugar donde pensé que estaría más seguro. Sentí los aviones bombardeando La Moneda y supe que el Presidente, como nos había dicho, defendería con su vida la democracia.  Pocas horas más tarde escuché un bando con mi nombre conminándonos a presentarnos. Hablé con mi esposa y decidí presentarme. ¿Porque no hacerlo si representaba al gobierno democrático y legítimo y mi vida era transparente?, no tenía nada que esconder... Entonces comenzó mi duro periodo de la isla Dawson... y el exilio".

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