La huelga de hambre de los ex presos políticos
- Rodrigo Larraín
- Sociólogo. Académico de la Universidad Central
-
-
- Ha aparecido muy poco en los medios y eso que se lleva a cabo en varias
ciudades del país. Sin embargo, estas huelgas muestran lo peor de las
élites políticas que nos han gobernado, tanto en sus criterios morales
como en los ideales que decían profesar y defender. La ex ministra
Secretaria General de la Presidencia acordó impulsar una comisión
tripartita entre parlamentarios, la misma ministra y el Secretariado
Nacional de los Ex PP, con el fin de estudiar un proyecto de ley que se
enviará al Parlamento.
-
- Las peticiones de los huelguistas son moderadas y justas: una
indemnización para reparar las secuelas de la prisión y tortura, subir
el monto de la pensión (US$8/día actualmente). Los huelguistas reclaman
que el Gobierno se ha negado a instalar la mesa tripartita, en sus
palabras “se han negado a responder nuestras peticiones de retomar las
conversaciones. Sólo nos han enviado emisarios irrelevantes que no
pueden asumir la representación del Gobierno. Nunca ha existido la
voluntad política para hacerlo, las razones siempre han sido buenas para
postergarnos. Nos consideramos chilenos de segunda clase y nos sentimos
doblemente maltratados: la primera vez por la dictadura militar y la
segunda vez como parias de la sociedad democrática”, aseguran.
-
- La actual huelga es la continuación de otra anterior, la de diciembre
de 2014, la que se ha retomado. La sordera del Ejecutivo puede causar
la muerte de hombres mayores de 70 años en promedio, algunos de ellos
enfermos, ya que es de carácter indefinido.
¿Qué explica la conducta del Gobierno? La respuesta está en el
mandato de Ricardo Lagos, quien recortó a la baja la propuesta de la
Comisión Valech, que él mismo creó. También el sabio gobernante entendió
que la prisión y la tortura eran lo mismo que la exoneración laboral e
hizo incompatible la pensión Valech con cualquier otra. Lo
incomprensible y macabro: la demora en comenzar a entregar las
pensiones, desde que salió la lista. Aproximadamente el 10% falleció sin
que les llegara el vale vista, por una suma casi irrisoria. Ni siquiera
se generó montepío para ningún pariente o descendiente de la víctima.
Los gobernantes posteriores a Lagos siguieron a firme su doctrina en el
tema, el tiempo juega a su favor, los ex presos políticos morirán
inexorablemente. Para el Gobierno mientras más pronto mueran, mejor.
Las bancadas de los partidos, con una honorable excepción, han
cerrado la boca. No es raro, los políticos hace mucho rato que dejaron
de considerar a la sociedad civil. La descomposición moral en el caso
SQM muestra a personas que hace rato cruzaron no sólo la frontera
ideológica, sino que también la moral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario