Por Equipo Cambio21
41 años debieron pasar para que se pudieran reencontrar. Un estadounidense descubrió que su adopción estuvo lejos de ser legal, fue robado desde Chile con horas de vida. Su caso vuelve a poner sobre la mesa lo que tuvieron que vivir decenas de bebés arrebatados desde los brazos de sus madres.
La
historia de Travis Tolliver, de 41 años, parece el guión de una
película, pero es una lamentable realidad. El estadounidense descubrió
que fue robado a las horas de nacido para ser entregado a una familia en
EE.UU. Siempre supo que era adoptado, pero nunca pensó que fue
ultrajado desde su madre, a quien no pudo conocer hasta ahora.
Su madre, Nelly Reyes (61), explicó que ese 15 de noviembre de 1973 dio a luz a su primogénito con solo 19 años en Valparaíso. Como toda madre, quiso que trajeran su bebé a sus brazos, la respuesta, sepulcral. La enfermera le comunicó que había muerto. Tenía problemas cardíacos. Lloró. A pesar de la explicación, nunca tuvo un certificado de defunción. Mientras ella luchaba por conocer el destino de su hijo, Travis viajaba miles de kilometros, hasta una familia en Tacoma, Washington.
Como él, en Chile existen decenas de casos de hijos que "desaparecieron" o "murieron" al nacer. El régimen militar dio espacio a que estas atrocidades ocurrieran y sólo en los últimos años han podido reencontrase con sus padres biológicos.
Uno de los casos recientes es el de Ernesto Lejderman, hijo de un matrimonio argentino-mexicano asesinado por una patrulla militar. El entonces teniente Juan Emilio Cheyre tomó al niño de 2 años y lo llevó a una iglesia. Más de 20 años necesitó para reconstruir su historia.
En el mismo período. El cura de la Congregación de los Sagrados Corazones, Gerardo Johannon, fue quien se encargó de la separación de varios recién nacidos para entregarlos en adopción. Dinero habría estado en el medio. Su defensa alegó que fue una maniobra para salvar a los bebés del aborto o del abandono, sin embargo, muchos de esos casos no habrían sido con el conocimiento de sus padres. El cura terminó condenado y enviado fuera de Chile por su orden.
Brazos sin rendirse
No cabe explicación que justifique la acción. Solo desde la especulación se podría llegar a pensar cuáles eran los motivos detrás de la infamia. El abogado relacionado con causas de derechos humanos Héctor Salazar explicó que aún queda mucho que destapar, puesto que "durante la represión de la DINA ha habido al menos 12 mujeres desaparecidas embarazadas. Nunca se supo en definitiva si esos embarazos terminaron o si perdieron sus hijos durante el tiempo que estuvieron bajo cautiverio y tortura. Ahí hay una gran tortura sobre los casos que se pueden documentar. No hay antecedentes que nos permitan decir que nacieron, pero es una hipótesis abierta".
"En general en Chile, con relación a detenidos desaparecidos y niños que quedaron sin sus padres no hay registros de adopciones de ellos, que se hayan producido a través de los agentes de los aparatos de seguridad", agregó.
No todo está perdido, aunque las probabilidades de dar con los responsables es baja, las investigaciones judiciales pueden encontrar a presuntos responsables. "Hay que distinguir si es fruto de una operación delictual donde hubo solamente venta de niños y lo segundo ver qué antecedentes puedan pesquisarse para determinar quiénes son sus padres biológicos y una vez ubicados, establecer el mecanismo usado para ser separados de sus padres".
El negocio...
Por su parte, la dirigenta por los derechos humanos, Alicia Lira, hizo hincapié que no sólo fue su familia la que perdió Tolliver hace 41 años, también fue despojado de su identidad, su nacionalidad y el amor de su madre biológica. Una clara violación a sus derechos básicos. "Es una de las causas más de las impunidades vive este país del daño moral y sicológico que vive la familia chilena y que terminó felizmente en la búsqueda de este hijo encontrar a su madre", acusó en conversación con Cambio21.
"Esto se ve en la génesis de la dictadura cívico-militar, así como el caso de Travis, hay muchas situaciones de niños y mujeres que pasaron por esta situación y que hoy se llegan a conocer. Aún hay muchas interrogantes sobre detenidas desaparecidas que hasta la fecha no hay archivos para saber qué pasó con sus hijos. Esto que no tiene relación directa con la Operación Cóndor en sí, demuestra el apoyo a las políticas de acoso en actitud criminal".
Bajo la idea que hayan sido los militares quienes estuvieron detrás del tráfico de menores, Lira dice que habría ocurrido para autofinanciarse.
"Hay que recordar que los militares hasta hoy, que tienen un gran desfalco, una mafia, hay que recordar lo que significó la Cutufa (una financiera ilegal montada por uniformados)... así tuvieron que haber tenido distintas formar para hacer dinero, porque con la impunidad que gozaban, eran dueños de nuestro país, del temor de nuestra gente, de nuestra vida", alegó.
Su madre, Nelly Reyes (61), explicó que ese 15 de noviembre de 1973 dio a luz a su primogénito con solo 19 años en Valparaíso. Como toda madre, quiso que trajeran su bebé a sus brazos, la respuesta, sepulcral. La enfermera le comunicó que había muerto. Tenía problemas cardíacos. Lloró. A pesar de la explicación, nunca tuvo un certificado de defunción. Mientras ella luchaba por conocer el destino de su hijo, Travis viajaba miles de kilometros, hasta una familia en Tacoma, Washington.
Como él, en Chile existen decenas de casos de hijos que "desaparecieron" o "murieron" al nacer. El régimen militar dio espacio a que estas atrocidades ocurrieran y sólo en los últimos años han podido reencontrase con sus padres biológicos.
Uno de los casos recientes es el de Ernesto Lejderman, hijo de un matrimonio argentino-mexicano asesinado por una patrulla militar. El entonces teniente Juan Emilio Cheyre tomó al niño de 2 años y lo llevó a una iglesia. Más de 20 años necesitó para reconstruir su historia.
En el mismo período. El cura de la Congregación de los Sagrados Corazones, Gerardo Johannon, fue quien se encargó de la separación de varios recién nacidos para entregarlos en adopción. Dinero habría estado en el medio. Su defensa alegó que fue una maniobra para salvar a los bebés del aborto o del abandono, sin embargo, muchos de esos casos no habrían sido con el conocimiento de sus padres. El cura terminó condenado y enviado fuera de Chile por su orden.
Brazos sin rendirse
No cabe explicación que justifique la acción. Solo desde la especulación se podría llegar a pensar cuáles eran los motivos detrás de la infamia. El abogado relacionado con causas de derechos humanos Héctor Salazar explicó que aún queda mucho que destapar, puesto que "durante la represión de la DINA ha habido al menos 12 mujeres desaparecidas embarazadas. Nunca se supo en definitiva si esos embarazos terminaron o si perdieron sus hijos durante el tiempo que estuvieron bajo cautiverio y tortura. Ahí hay una gran tortura sobre los casos que se pueden documentar. No hay antecedentes que nos permitan decir que nacieron, pero es una hipótesis abierta".
"En general en Chile, con relación a detenidos desaparecidos y niños que quedaron sin sus padres no hay registros de adopciones de ellos, que se hayan producido a través de los agentes de los aparatos de seguridad", agregó.
No todo está perdido, aunque las probabilidades de dar con los responsables es baja, las investigaciones judiciales pueden encontrar a presuntos responsables. "Hay que distinguir si es fruto de una operación delictual donde hubo solamente venta de niños y lo segundo ver qué antecedentes puedan pesquisarse para determinar quiénes son sus padres biológicos y una vez ubicados, establecer el mecanismo usado para ser separados de sus padres".
El negocio...
Por su parte, la dirigenta por los derechos humanos, Alicia Lira, hizo hincapié que no sólo fue su familia la que perdió Tolliver hace 41 años, también fue despojado de su identidad, su nacionalidad y el amor de su madre biológica. Una clara violación a sus derechos básicos. "Es una de las causas más de las impunidades vive este país del daño moral y sicológico que vive la familia chilena y que terminó felizmente en la búsqueda de este hijo encontrar a su madre", acusó en conversación con Cambio21.
"Esto se ve en la génesis de la dictadura cívico-militar, así como el caso de Travis, hay muchas situaciones de niños y mujeres que pasaron por esta situación y que hoy se llegan a conocer. Aún hay muchas interrogantes sobre detenidas desaparecidas que hasta la fecha no hay archivos para saber qué pasó con sus hijos. Esto que no tiene relación directa con la Operación Cóndor en sí, demuestra el apoyo a las políticas de acoso en actitud criminal".
Bajo la idea que hayan sido los militares quienes estuvieron detrás del tráfico de menores, Lira dice que habría ocurrido para autofinanciarse.
"Hay que recordar que los militares hasta hoy, que tienen un gran desfalco, una mafia, hay que recordar lo que significó la Cutufa (una financiera ilegal montada por uniformados)... así tuvieron que haber tenido distintas formar para hacer dinero, porque con la impunidad que gozaban, eran dueños de nuestro país, del temor de nuestra gente, de nuestra vida", alegó.
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