// Agencia Uno En medio de los cuestionamientos por la fórmula hermética que optó Michelle Bachelet para elegir -y anunciar- a sus futuros ministros y subsecretarios, comienzan a aparecer también nombres que ocuparán un alto cargo en la administración pública de su inminente gobierno. Uno de ellos son los embajadores, labor que fue definida en el área de Política Exterior del extinto comando y que componían más de 100 personas de diferentes áreas, de los que varios son muy cercanos a Bachelet.
Tras la entrega del programa de Gobierno, ocho personas continuaron trabajando en el comando, las que reunían una mayor experiencia académica, profesional y política: como coordinadores los ex ministros y ex embajadores José Goñi y Luis Maira; Carlos Furche, ex director de Relaciones Económicas Internacionales del ministerio de RREE; Edgardo Riveros, ex diputado DC; Juan Somavía, ex secretario ejecutivo de la OIT; Mariano Fernández, ex Canciller de Bachelet; Marcos Robledo, ex asesor internacional de la ex Presidenta; y Juan Gabriel Valdés, también ex ministro de esa cartera. Algunos de ellos ya tendrían destino desde el próximo 11 de marzo.
A estas alturas, Furche ya fue designado como ministro de Agricultura y Riveros como subsecretario de Relaciones Exteriores, y según trascendió desde el interior del desaparecido comando, Somavía y Maira “advirtieron desde un principio que no buscaban posiciones en el Gobierno, porque concordaban en la necesidad de un relevo generacional completo”, por lo que ambos estarían descartados para ser elegidos para encabezar las futuras embajadas.
Sin embargo, los cuatro restantes tendrían “casi seguro” su nombramiento en algunas de las embajadas más importantes y más políticas, de esta forma optando por rostros con amplia trayectoria contra designaciones que podrían tener “un pasado cuestionable”, como sucedió con Claudia Peirano en Educación.
Pese a que las designaciones son materia presidencial, a comienzos de marzo los partidos políticos deberán presentar listas de sugerencias de quiénes recomiendan para representar al país en diversos países. Asimismo, la fuente del otrora comando presidencial explica que se consultarán a varios independientes sobre la mejor decisión en los nombramientos, teniendo en cuenta las polémicas entorno a la designación del gabinete.
De acuerdo a la experiencia, la mayoría de los embajadores en los gobiernos de la Concertación fueron nombrados una vez asumida la nueva administración, sobre la marcha. No obstante, en esos casos el gobierno predecesor era del mismo sector político, por lo que en esta oportunidad varios podrían ser nombrados lo más rápido posible, tal como sucedió con Sebastián Piñera.
Los (repetidos) hombres clave
Sonaba fuerte para encabezar el ministerio de Relaciones Exteriores de Bachelet, pero finalmente su nombre no fue sacado del sombrero. José Goñi, ex embajador en Suecia, Italia, México y Estados Unidos, estaría listo como embajador en Francia, donde hoy ocupa el cargo el escritor Jorge Edwards, designado por la actual administración. La otra alternativa para Goñi es Italia, un país donde ya ejerció esa labor en gobiernos anteriores.Juan Gabriel Valdés también volvería al ruedo de las embajadas, aunque esta vez en Estados Unidos. En Washington es conocido e, incluso, respetado por su implacable postura ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde Chile era miembro, en rechazar la solicitud del ex Presidente George Bush para invadir Irak. Esa gestión le costó la salida. Valdés ya encabezó las embajadas de España y Argentina, además de ser delegado presidencial para Haití tras el terremoto en ese país.
Otro con una amplia carrera internacional es Mariano Fernández. En mayo de 2011, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, lo nombró representante especial para Haití, como jefe de la Misión de Estabilización de la ONU. Fernández ya había encabezado las embajadas de la Comunidad Europea, Italia, España, Reino Unido y Estados Unidos. En esta oportunidad, el también ex ministro podría encabezar la misión ante la ONU.
Otra designación “que se considera obvia”, explican desde el interior del ex comando, es la del ex capitán de la Fuerza Aérea y destacado economista, Raúl Vergara Meneses, quien fue detenido, torturado y exiliado en tiempos de la dictadura. Previo a ese periodo, Vergara fue jefe de gabinete del general Alberto Bachelet, padre de la futura Mandataria, quien como un gesto, lo convocó en su anterior administración a la subsecretaría de Aviación. Para el nuevo gobierno aún no hay determinación de qué embajada podría ocupar pero sí su presencia en alguna.
Un asunto aún no resuelto al interior del equipo que trabaja en “La Moneda chica” en calle Tegualda es si se enviará embajadores de carrera o de “alto nivel político” a Perú y al consulado general de La Paz, en Bolivia. Si se opta por lo segundo, Vergara sería una de las posibilidades para esos cargos.
“La mancha que no se borra”
Hay algo que “es realmente urgente”, explica la misma fuente: reemplazar al actual embajador ante la ONU, Octavio Errázuriz. El diplomático fue embajador del dictador Augusto Pinochet en Ecuador entre 1985 y 1988. Después ocupó el mismo puesto en Estados Unidos (1989-1990).“Es una persona competente, pero fue embajador de Pinochet en la dictadura y eso internacionalmente es una mancha que nunca se borra”, explica. Su pasado pinochetista ya le costó un cargo en el pasado cuando “se cayó” su nombre a la hora de ser propuesto como embajador en Brasil por el Presidente Sebastián Piñera, en 2010, cuando Luiz Inácio Lula Da Silva era el Mandatario de ese país, férreo opositor del legado del fallecido dictador chileno.
Piñera debió desistir de su nombramiento en ese minuto, aunque después lo designó ante las Naciones Unidas. Errázuriz fue también integrante del Consejo de Políticas Públicas del Instituto Libertad y Desarrollo, vinculado a la UDI.
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