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lunes, 31 de marzo de 2014

Caso Rinconada de Maipú:

La TV y periodistas: cómplices activos de montajes criminales


Por Mario López Moya
Testigos detenidos en “Villa Grimaldi” declararon que esa fue la peor de todas las noches. Describen un gran movimiento de autos, escucharon a los agentes pidiendo agua y aceite caliente y gritos de lamento de los torturados. Al otro día se observaron en el patio, tirados en el suelo, varios cadáveres. Pero la TV, por encargo de la DINA, informó que habían muerto en “enfrentamientos”.
La verdadera historia de los falsos enfrentamientos está consignada en el expediente que tuviera a su cargo el juez Solís, en relación con el denominado "Caso Rinconada de Maipú", en que fueron asesinadas Catalina Ester Gallardo Moreno, Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, embarazada de tres meses, Luis Andrés Ganga Torres, Manuel Lautaro Reyes Garrido y Pedro Blas Cortes Jelves. Dos días antes había caído abatido otro miembro de la familia, Roberto Gallardo Moreno.

Se trata de uno de los casos más emblemáticos en materia de DD.HH. en nuestro país, por la ferocidad de sus características, por haberse exterminado de manera atroz a casi una familia entera, entre ellos una mujer embarazada y, por último, por haberse montado un montaje grotesco para intentar transformar los asesinatos en un "enfrentamiento", con ayuda de gran parte de la prensa nacional.


Los hechos reales

El 17 de noviembre de 1975 se produjo un ataque armado de miembros del MIR a un grupo de soldados del Ejército en la calle Bío Bío de Santiago, generándose un enfrentamiento a consecuencia del cual falleció el soldado Hernán Salinas Calderón y el militante del MIR Roberto Gallardo Moreno. Ello originó varios operativos de los organismos de seguridad en los días siguientes.

Así, fueron detenidos por Investigaciones los padres de Roberto Gallardo, tres de sus hermanos, su cónyuge, y dos sobrinos menores de edad. Todos ellos fueron conducidos al Cuartel de Investigaciones en calle General Mackenna, donde fueron sometidos a diversos apremios ilegítimos, según se consigna en el expediente de la causa y declaran testigos de los hechos.


En la madrugada del 19 de noviembre fueron liberados algunos de los miembros de la familia, a excepción de Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Catalina Ester Gallardo Moreno y Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, quienes fueron puestos a disposición de la DINA y trasladados hasta el recinto de "Villa Grimaldi".


Los captores informaron a la madre de los liberados, de la muerte de Roberto y agregaron que todos los restantes miembros de su familia, que continuaban detenidos, serían puestos a disposición de la DINA "porque ellos sabrían que hacer."


En esa misma madrugada fue detenida Ester Torres junto a tres de sus hijos, Renato, Mauricio y Francisco Javier Ganga, por agentes de la DINA que buscaban a su hijo mayor Luís Andrés Ganga y fueron llevados a "Villa Grimaldi"; después de ser torturados e interrogados se obtuvo el dato del paradero de Luís Andrés, quien fue aprehendido momentos más tarde y conducido a ese recinto, donde fue torturado. Ester Torres, su madre fue luego liberada, pero se aprovechó de comunicarle que Luis se habría fugado (sic). Los otros hijos permanecieron privados de libertad por largo tiempo.


Según consigna el Poder Judicial, "Testigos que se encontraban detenidos en "Villa Grimaldi" declaran que esa fue la peor de todas las noches, describen un gran movimiento de autos, escucharon a los agentes pidiendo agua y aceite caliente y gritos de lamento de los torturados. Al otro día se observó en el patio, tirados en el suelo, varios cadáveres y en una pieza a dos mujeres, Catalina y Mónica, en muy malas condiciones físicas".


El montaje

En la tarde del fatídico 19 de noviembre, un escueto comunicado de prensa de la dictadura a través de la Dirección Nacional de Comunicación Social (DINACOS), informó acerca de "un enfrentamiento" en los cerros de la Rinconada de Maipú, en el que habrían muerto Alberto Recaredo Gallardo Pacheco, Catalina Ester Gallardo Moreno, Mónica del Carmen Pacheco Sánchez, Luís Andrés Ganga y otros dos hombres.

La "información" daba cuenta de los hechos de la calle Bío Bío e indicaba que "Hoy 19 de noviembre (1975), a las 12:00 horas, en los cerros de Rinconada de Maipú, se registró un violento enfrentamiento a tiros de más de 30 minutos de duración, entre las fuerzas de DINA e Investigaciones, y un grupo de extremistas que se parapetó fuertemente armado en esos cerros. Resultaron muertos seis extremistas, huyendo uno de ellos".


El texto continuó, expresando que "al mismo tiempo, fueron heridos dos funcionarios de los servicios de Inteligencia y Seguridad, con diagnóstico grave uno, y el otro menos grave". Nunca se conoció quiénes fueron los dos heridos, ni tampoco lo registró la filmación de televisión.


No era otra cosa que una puesta en escena para impedir el descubrimiento de los crímenes, mediante el ocultamiento "de los hechos efectivamente ocurridos, torturas y muertes de víctimas desvalidas y los efectos utilizados para la comisión de los mismos, existiendo, además, favorecimiento personal (N°3 del precepto penal citado) por existir conocimiento de las circunstancias de los ilícitos, para lograr la impunidad de los autores de los mismos, miembros de la DINA", consigna en el Poder Judicial el hoy jubilado Juez Solís acerca de los hechos.


La prensa "cómplice" avala

"Se ve un pastizal, el cordón del micrófono de TVN. El periodista está de terno, es día de sol. El periodista recoge vainillas del suelo. Dice: aquí en el suelo están los testimonios del violento enfrentamiento. El periodista señala: la exterminación de grupúsculos cercados por agentes de la DINA. Luego pide un contacto con el móvil 2 del canal, lee los nombres de los muertos y dice que dentro de los próximos días caerán otros grupúsculos". Así se consigna en el expediente acerca del contenido de la filmación que el periodista, -a quien el juez identifica como Julio López, hace de los supuestos hechos.

El "móvil 2" a que se refería Julio López Blanco, estaba a cargo del "periodista" Carlos Roberto Araya Silva, quien fuera encausado en su calidad de encubridor de la matanza de 6 persones en Rinconada de Maipú. Además Araya Silva fue expulsado del Colegio de Periodistas el año 2007. López Blanco y otros periodistas y personas ligadas a las comunicaciones y a la DINA, fueron amonestados y suspendidos de la colegiatura.


La puesta en escena daba cuenta del enfrentamiento en que habrían perecido los peligrosos "extremistas", de cómo fueron obligados mediante granadas a salir de su "escondite" donde habrían estado parapetados y, que las fuerzas del "orden", habrían logrado acabar con ellos valientemente, no sin antes sufrir dos bajas por heridas causadas por este "grupúsculo violentista". Los "periodistas" presentes, mostraban vainillas y áreas quemadas por la metralla de las explosiones, incluso mostraron el "lugar donde cayó abatido un extremista".


Lo que se pudo determinar, es que los seis cuerpos fueron llevados a Rinconada de Maipú estando ya muertos y provenientes de Villa Grimaldi. Fueron acribillados, incluida la profesora Mónica Pacheco, quien se encontraba embarazada de tres meses, según la autopsia.


"No me acuerdo, señor juez"

Cuando el Magistrado de Fuero a cargo de la causa interrogó a Julio López Blanco por su filmación, éste le respondió "por el tiempo transcurrido no me acuerdo haber efectuado reportajes en ese lugar (...) al pasar del tiempo uno se olvida". El ex magistrado Lientur Escobar sabía que la filmación en verdad existía, pues la cinta ya había sido ubicada y su existencia la había ratificado el propio director de TVN, Jorge Navarrete. Se trataba de una nota de 2 minutos 50 segundos de duración.
El juez más tarde vio la cinta y transcribió su contenido, incluido el relato que hizo Julio López Blanco "desde el lugar de los hechos". Diría luego López Blanco al juez: "No, yo no me acuerdo de esas cosas, han pasado treinta años, de hecho me han llamado un par de veces a declarar, no, no me acuerdo (...) yo era el conductor del noticiario y casi no salía a reportear, muy poco".


La investigación del juez Alejandro Solís Muñoz estableció que Carlos Roberto Araya y Julio López Blanco fueron convocados por la Dirección Nacional de Informaciones (DINA), para emitir notas en televisión que presentaran como enfrentamiento los asesinatos. Uno (López Blanco) escenificando de rodillas mostrando las huellas del enfrentamiento, el otro (Araya) recorriendo "la escena" entre arbustos quemados por las explosiones de las supuestas granadas.


Pero no fueron los únicos periodistas que intentaron cubrir las huellas del crimen de la DINA. Canal 13 mostró a un "rostro creíble" frente a las cámaras dando cuenta de las mismas falsedades pauteadas por los asesinos: Claudio Sánchez. Este profesional -a quien recientemente la Corte le rechazara el recurso intentado en contra de la sentencia del Colegio de Periodistas-, también escenificó "en el lugar de los hechos".


Fue el único que apeló a la medida de amonestación y suspensión que le impuso el Colegio de la orden. El tribunal de alzada rechazó el recurso y emitió un comunicado en el que señala que "por la unanimidad de todos sus miembros", la sala "rechazó la apelación presentada por el periodista Claudio Sánchez Venegas a la resolución (...) que lo sancionó con una censura pública y un año de suspensión de sus derechos" en el Colegio.


Sánchez también niega su responsabilidad en estos hechos. "Es muy difícil que recuerde con claridad qué se me encomendó" (...) "Tiempo después (...) pude ver la cuestionada nota. Se trataba de la lectura, punto por punto, de dos boletines oficiales (...) tal fue mi participación en el asunto: dar lectura textual a informes de dos instituciones de la República de Chile". Y se pregunta: "¿Por qué esa misma exigencia no se ha hecho a los demás (medios)?", señalando que él no fue el único que entregó esa información pauteada por la DINA.


Marcelo Moren Britto

Jefe del Cuartel Terranova, conocido como Villa Grimaldi, en que se detuvo, torturó y asesinó a las 6 víctimas del denominado Caso Rinconada de Maipú. Coronel en retiro del Ejército posee un extenso y oscuro prontuario. Participó en el interrogatorio de Lumi Videla y cuando la mujer murió producto de la tortura, arrojó, junto a otros agentes, su cuerpo a la embajada de Italia. También fue parte de la comitiva que asesinó al líder del MIR, Miguel Enríquez. También intervino en la ocupación militar después del golpe de la Universidad Técnica en que fue apresado Víctor Jara, siendo posteriormente asesinado de manera vil.

Los dichos de un ex agente

"Les dieron muerte en Villa Grimaldi, utilizando sus cadáveres en una recreación que se hizo para la televisión, que fue transmitida en directo y que consistió en un gran despliegue de personal de la DINA que utilizaban armas de fuego", dijo sobre el crimen un ex agente de Villa Grimaldi -cuyo nombre es necesario reservar, dados sus aportes en ésta y otras causas-, en su declaración judicial.

"Cuando terminó este enfrentamiento televisivo, mostraron las imágenes de las personas muertas, lo que fue un montaje, puesto que, como dije, ellas salieron muertas de Villa Grimaldi. Quien transmitió ese reportaje para la televisión fue el periodista de apellidos López Blanco", indicó el ex agente frente al tribunal.

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