Delegación de madres y abuelas de la Plaza de Mayo se unió a concentración en favor del juez que logró fama internacional por detener a Augusto Pinochet en Londres.
Foto: EFE
En un acto celebrado en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), miles de personas -entre ellos sindicalistas, intelectuales, actores y políticos de izquierdas- manifestaron su apoyo a Garzón.
El juez tiene muchas posibilidades de sentarse en el banquillo por haberse declarado competente para investigar los crímenes y desapariciones durante la Guerra Civil española (1936-1939) y la posterior dictadura del general Francisco Franco (1939-1975).
Un magistrado del Tribunal Supremo de España, Luciano Varela, instruye las querellas que el sindicato Manos Limpias y Falange Española de las JONS, ambos de extrema derecha, presentaron contra Garzón por intentar abrir la citada investigación.
Garzón, juez de la Audiencia Nacional española, ha recurrido ante el Tribunal Supremo el auto que adelanta que se le abrirá juicio oral por declararse competente para investigar esos crímenes.
Si prospera el auto judicial, el juez, que logró fama internacional al procesar en 1998 al dictador chileno Augusto Pinochet, tendrá que sentarse en el banquillo por un presunto delito de prevaricación.
En el homenaje celebrado en la UCM, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, calificó la apertura de la investigación contra Garzón como una auténtica "vergüenza histórica" instigada por los "hijos de la dictadura", que pretenden que ese régimen "siga impune" y que el juez se convierta en otra víctima del franquismo.
Por su parte, el secretario general de CCOO, Fernández Toxo, subrayó que ambos sindicatos no cuestionan la Transición de la dictadura a la democracia en España, pero sí pretenden "restablecer y recuperar" la memoria de las víctimas.
De esta forma, Toxo aludió a las declaraciones de la secretaria secretaria general del conservador Partido Popular (PP, principal fuerza de la oposición), María Dolores de Cospedal, que calificó el acto de UGT y CCOO como un "atentado" contra la democracia, y dijo que es "una barbaridad" poner "en tela de juicio" la Transición.
Se da la circunstancia de que Garzón participó en la instrucción del "caso Gürtel", uno de los mayores escándalos de corrupción política de la historia democrática española, que implica a dirigentes del PP.
Otro de los asistentes al homenaje fue el ex fiscal español Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, que se llevó los mayores aplausos del numeroso auditorio tras un discurso en el que denunció "el atropello impropio de un Estado democrático".
Además, el ex fiscal acusó a los magistrados del Tribunal Supremo de ser un instrumento de la "actual expresión del fascismo español", por admitir las querellas de Falange Española y Manos Limpias.
Un grupo de madres y abuelas de la Plaza de Mayo, que lucharon por los desaparecidos en la dictadura militar argentina (1976-1983), y representantes de las asociaciones españolas que defienden la recuperación de la Memoria Histórica también asistieron al acto.
Los hechos por los que el Garzón está encausado se remontan a 2008, cuando se declaró competente para juzgar las desapariciones ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, para lo que ordenó la apertura de algunas fosas donde se sospecha que pueden haber sido enterradas personas desaparecidas en esa época.
El juez Luciano Varela le acusa de haber ignorado la existencia de la Ley de Amnistía promulgada en España en 1977.
Garzón tiene dos causas más abiertas en su contra: una por ordenar intervenir las comunicaciones en prisión entre varios imputados en el "caso Gürtel", y otra por el dinero que presuntamente percibió del Banco Santander durante su estancia en la Universidad de Nueva York entre 2005 y 2006.
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