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sábado, 3 de abril de 2010

Socialismo Revolucionario ,

por un Partido de los Trabajadores

La Reconstrucción nacional debe estar bajo control de los trabajadores:


En Chile existen los recursos para la reconstrucción.

El gobierno ha indicado que para la reconstrucción son necesarios 30 mil millones de dólares, los ahorros del estado son 11 mil millones de dólares. No da lo mismo de donde provengan los 19 mil millones restantes, proponemos un impuesto a las grandes fortunas. Creemos que es impresentable que con tanto dolor, desempleo y miseria tras la catástrofe, con un país que tiene altos índices de pobreza y necesidades básicas sin satisfacer, encontremos a varios chilenos en las listas de las 500 personas más ricas del mundo, entre ellas al propio presidente Piñera. También es necesario pasar a propiedad social a la banca, a la gran minería y a las grandes empresas, bajo control democrático de los trabajadores. Las AFP también deben ser expropiadas, para acabar con un sistema fracasado y en su lugar instalar una seguridad social solidaria que sirva para la construcción nacional. Nos oponemos a una nueva alza del IVA, un impuesto regresivo que castiga a los trabajadores y los pobres

.Reconstruir y poner fin a la desigualdad.

Estamos viviendo una emergencia de gran magnitud que requiere ser enfrentada con decisión y con fuerza. La reconstrucción debe empezar ahora y su costo no puede recaer nuevamente en el encarecimiento de las condiciones de vida de los trabajadores. Las víctimas de este terremoto han sido los trabajadores, sus viviendas, sus puestos de trabajo, sus pequeños negocios, sus escuelas, sus hospitales, en general toda su vida ha sido afectada.

La reconstrucción del país es un tremendo desafío que podría permitir no solamente reconstruir si no construir un Chile mejor, pero también está lleno de amenazas. Una reconstrucción que beneficie a la Banca, y las grandes empresas nos dará como resultado un país más desigual, y con más concentración empresarial en pocos grupos oligopólicos.

Los empresarios no pueden enriquecerse más con la reconstrucción

El terremoto y el Tsunami dejaron al descubierto las condiciones precarias de vida y vivienda de gran parte de la población en las zonas afectadas. La otra cara del tremendo enriquecimiento de las elites de nuestro país. No podemos permitir que los empresarios privados que son responsables en gran medida de la destrucción que hubo por el terremoto, por la mala calidad de muchas construcciones de viviendas e infraestructura que colapsaron, conviertan la desgracia de cientos de miles de trabajadores y sus familias en un nuevo gran negocio para ellos, aumentando la concentración de la riqueza y la desigualdad.

Muchas empresas constructoras son las responsables de la destrucción de miles de casas, de algunos edificios, puentes, carreteras y escuelas públicas.

El costo promedio para construir una mediagua antes del terremoto era de 300 mil pesos, pero el gobierno está pagando 600 mil pesos por ellas.

Los empresarios de la electricidad, el agua potable, las telefónicas, demostraron ser totalmente ineficientes e incapaces de entregar un servicio eficiente cuando realmente se necesitaba, todos ellos son responsables de la inseguridad y abuso que vivimos los usuarios durante días y en el caso de Talcahuano hasta hoy.

Las viviendas pueden ser reconstruidas por los trabajadores.

Según los datos del gobierno hasta el momento hay 300 mil viviendas seriamente dañadas, pero solo se están construyendo 30 mil mediaguas, que como máximo podrían llegar a 60 mil, lo demás son carpas o tiendas de campaña, donde están viviendo miles de personas de las viviendas dañadas Los trabajadores y pobladores de todas las ciudades tenemos que exigir ahora que se levanten industrias para construir casas prefabricadas, para comenzar con la reconstrucción. Estas empresas deben estar ubicadas en cada ciudad, para garantizar el empleo a los trabajadores que lo han perdido y su control debe estar compuesta por arquitectos, técnicos, trabajadores de la construcción y representantes del municipio y de los pobladores. Para asegurar la construcción hay que nacionalizar la industria forestal, del acero y del cemento ( Forestal Arauco, cementos Melón y Bio Bio, CAP) para que estas provean de materiales para dicho plan, así como también intervenir las grandes empresas de materiales de construcción como HOMECENTER, SODIMAC O EASY, no podemos permitir que sigan lucrando con la pobreza y la destrucción.

No podemos aceptar la perpetuación de la miseria.

Es vital que los trabajadores organizados de la industria forestal y de la construcción solidaricen con la estatización de estas empresas porque miles de sus hermanos están hoy en la calle y para terminar con la crítica situación que tenemos.

El techo para chile no puede convertirse en miles de mediaguas sin agua ni alcantarillado, ni calles con barro, ni enfermedades. Hay recursos para construir mejores viviendas y si el gobierno y las autoridades no lo quieren hacer es porque no representan los intereses de los trabajadores y ven en esta situación futuros negocios inmobiliarios a realizar.

Un plan de reconstrucción que contemple la creación de empleo.

Ya son miles los trabajadores que han perdido sus empleos, cientos de empresas grandes, medianas y pequeñas fueron destruidas. Sus dueños no perdieron tanto, a ellos les queda lo que han ganado, sus buenas casas, sus ahorros y el pago de los seguros. Pero son los trabajadores, portuarios, pequeños pescadores artesanales y trabajadores del campo y sus familias los más golpeados, de la noche a la mañana se han quedado sin sustento y sin casa.

Las empresas que se han visto afectadas por el terremoto y tsunami tienen que garantizar el trabajo y los sueldos, no hay que permitir que se aprovechen y despidan o bajen los salarios. Donde las empresas no quieran seguir funcionando deben ser los propios trabajadores organizados en sindicatos los que tomen el control de la producción.

Trabajo y salario mínimo de $350.000 pesos mensuales.

La reconstrucción necesitará de mucho trabajo y son miles los que hoy se han quedado sin su fuente de ingreso. En todas las ciudades del país los trabajadores deben levantar empresas estatales de construcción, dirigidas por los sindicatos del rubro, para construir viviendas, hospitales y escuelas de calidad. Donde se garantice el trabajo y un ingreso mínimo de 350 mil pesos a cada trabajador.

Las bases para la reconstrucción existen. El país cuenta con enormes riquezas naturales, en la minería, la pesca, las forestales, etc., pero estos recursos deben recuperarse y ponerse en manos de la mayoría de los chilenos. Hay que exigir también que todos los recursos económicos que los bancos y las AFPs se han apropiado, con intereses desmedidos y leyes a su medida, con los créditos y nuestra previsión sean invertidos en el país y directamente en la reconstrucción.

La reconstrucción debe ir de la mano del cambio de sociedad.

Hay que sobreponerse a este terremoto y luchar para que la sociedad que logremos reconstruir sea mucho mejor que esta y que sobre todo que sea más justa. No es justo que mientras los propietarios de los Bancos se embolsan millones cada día con los créditos usureros que entregan, miles de familias se estén preguntando cómo van a poder vivir sin casa y como lo van hacer para pagar un arriendo y como podrían pagar un dividendo. No es justo que mientras las grandes empresas mineras privadas siguen llevándose más del 70% de la venta del cobre, CODELCO que sólo produce el 28% aporta la mayor parte de los ingresos del Estado para gastos sociales.

Piñera es el presidente de los empresarios.

Tenemos medio país en el suelo y el gobierno de Piñera, todos sus voceros y economistas nos dicen que el país no tiene recursos suficientes para la reconstrucción. Pero sabemos que todo eso es mentira porque sí hay recursos y más que suficientes, no sólo para atender las necesidades inmediatas sino que para elevar rápidamente la calidad de vida de toda la población del país. Hay recursos para reconstruir y también para dar un salto cualitativo hacia un verdadero desarrollo.

Hay que terminar con el saqueo a nuestras riquezas naturales.

Dentro de los principales obstáculos que hoy tienen los millones de pobres y trabajadores chilenos para mejorar sus condiciones de vida y para vivir en una sociedad más justa y prospera, es la propiedad privada de las principales riquezas naturales, especialmente la explotación del cobre.

Hoy Codelco sólo extrae el 28% de la explotación total del cobre de Chile. El otro 70% esta en manos de empresas privadas que además de apropiarse de nuestros recursos naturales pagan bajos impuestos. Durante las últimas décadas la cantidad de cobre extraído y por ende las millonarias ganancias obtenidas por parte de las empresas mineras -de capitales nacionales y extranjeros- llegan a cifras siderales. Este saqueo es peor que el hombre que entra a una tienda y se lleva todo lo que puede, las empresas mineras lo realizan todos los días, pero a ellos los medios de comunicación no los graban ni les piden explicaciones. Este es el verdadero saqueo que sufre nuestro país.

El cobre debe estar bajo control de los trabajadores.

La gran minería del cobre nos puede dar los recursos necesarios para reconstruir y mejorar la calidad de vida de las personas. Pero pocos son concientes que actualmente apenas un 28% del cobre que se produce en Chile, es extraído por Codelco – la única empresa estatal – el resto está en manos de empresas privadas, en su mayor parte multinacionales extranjeras, que apenas pagan un royalty del 5%. Necesitamos que toda la explotación del cobre vuelva a manos de la sociedad chilena, y que la empresa esté bajo control de sus trabajadores y la ciudadanía.

No basta con pedir que las empresas mineras paguen un poco mas de impuestos, hay que hacerlo tal y como se hizo con los saqueadores. Tienen que devolver lo que han saqueado, tan simple como eso, no pueden llevarse lo que no les pertenece. La legalidad en la que se amparan para no pagar impuestos es la misma que han defendido los anteriores y el actual gobierno para garantizar este robo. Este terremoto y sus consecuencias dejan toda esta legalidad que beneficia a unos pocos y su legitimidad por el suelo, junto a los adobes.

Sólo los trabajadores pueden ayudar a los trabajadores.

Nuestra solidaridad no tiene nada que ver con las migajas que los empresarios le entregan a Don Francisco. Esas platas son solo parte insignificante de las ganancias que día a día obtienen los grandes empresarios robando nuestros recursos naturales y asaltando nuestros bolsillos. Esa solidaridad tiene más de remordimiento que de justicia y lo que se necesita es justicia. Solo con la solidaridad de los trabajadores se puede asegurar que la reconstrucción sea realmente una tarea para que la mayoría logre vivir en mejores condiciones. Los socialistas somos solidarios no porque tenemos millones de pesos para regalar sino porque somos parte de las millones de personas que todos los días seguimos aguantando el sistema capitalista que sólo beneficia a una minoría rica.

Los trabajadores debemos organizarnos para que los grandes empresarios, su gobierno, sus funcionarios y sus fuerzas represivas no conviertan la reconstrucción de Chile en un país aun más miserable. Sólo los trabajadores pueden hablar de porvenir y una mejor sociedad, ya que a la actual la naturaleza se encargo de desenmascararla.

Solidaridad y unidad de la clase trabajadora es el primer paso para que bajo una planificación socialista y democrática se logre reconstruir verdaderamente el país con mejores casas, hospitales, escuelas y caminos. El país se va a levantar sólo cuando sus trabajadores se levanten por su propio futuro y dejen de esperar la caridad que puedan ofrecer por un tiempo los ricos y su gobierno.

Medidas inmediatas:

Recontratación de todos los trabajadores que se quedaron sin trabajo, en labores de reconstrucción.Fijación de los precios de los productos y servicios básicos.

Poner urgencia a un Plan de reconstrucción de las viviendas de los trabajadores.Recursos y personal de la FF.AA. deben ser destinados a labores de reconstrucción y NO POLICIALES. Los jóvenes reclutas deben recibir un salario justo por esta labor.Nacionalización del cobre, la banca, las AFP y la industria de la construcción, bajo control de los trabajadores.

SOCIALISMO REVOLUCIONARIO.

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