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viernes, 30 de abril de 2010

PULSO SINDICAL DEL 25 DE ABRIL AL 01 DE MAYO DE 2010



Estamos a las puertas de la conmemoración de un nuevo Primero de Mayo, el día Internacional de los Trabajadores. Un día en que en el mundo entero se rinde homenaje a la primera y gran movilización obrera en demanda de 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de recreación.

Nada fue igual para los asalariados desde el primero de mayo de 1886. No solo se había hecho realidad el llamado a paro al que adherían millares de obreros, sino que también quedaba en claro que esta multitudinaria manifestación de rechazo a la explotación del capital, era el resultado de la perseverancia en la formación, en la educación de los trabajadores respecto de su pertenencia a una clase, la clase de los abusados en sus derechos mas mínimos. El grito de Chicago nos mostró que para una nueva sociedad, para una vida más justa y digna, para dirimir la pugna trabajador – patrón, los trabajadores deben educarse, organizarse y luchar por ella.


Avances y retrocesos a tenido esté anhelo en los distintos países del mundo en 124 años. Cuando vivimos ya el primer decenio del siglo XXI se hace imperioso hacer un estudio profundo, amplio y serio para intentar contestarnos la pregunta vital, fundamental de la hora presente ¿Estamos haciendo lo que se debe para que la clase trabajadora recupere su sitial en la sociedad?.

El consumismo y el individualismo han causado grandes daños a la organización de las personas. La desesperanza, el miedo, la desconfianza se han instalado en lugares donde se concentran grandes grupos humanos y se hace difícil, y en ocasiones imposible, constituir instrumentos para anteponerse al deseo expuesto del capital, hacer de quienes venden su fuerza de trabajo un objeto moldeable que satisfaga sus necesidades.

Difícil resulta no compartir este diagnostico, mas allá de donde se quiera poner los énfasis. Sin embargo, y ya por decenas de años, hemos sido incapaces de definir un camino claro y concreto, donde lo primordial sea la clase trabajadora, sus intereses y demandas por sobre partidos o movimientos, por muy válidos que sean éstos.

Mientras perdemos precioso tiempo buscando demostrar que tenemos la razón - aunque no siempre esto sea efectivo - los trabajadores son violentados en sus derechos mas insignificantes, como que no les paguen sus remuneraciones cada 30 días, o no se depositen mensualmente los dineros que ellos mismos aportan para su pensión en las AFP.

Algo no está bien y de eso TODOS somos responsables, por acción o por omisión.

¿O es que vamos a asumir como instrumentos validos los encuentros, mesas o la suscripción de protocolos con gobernantes y/ o patrones, mientras a los trabajadores no se les reconoce siquiera el derecho a 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de recreación?.

Por doloroso que pueda resultar, deberemos reconocer que en nuestros empeños más de una vez hemos puesto la carreta delante de los bueyes.

Es desde esta constatación que debemos, que podemos, intentar abrir puertas y ventanas para que el aire de cambio que los trabajadores reclaman, llegue a las organizaciones.

¿Que estamos en distintas orgánicas, que unos con otros no podemos mirarnos ni conversar, porque las desconfianzas mutuas cerraron toda posibilidad de dialogo? .

Seguir pensando que solo lo que nosotros hacemos es correcto, provocará aún mas daño del que ya hemos causado a la clase. ¿Estamos dispuestos a pagar esa cuenta?


Es hora de hacernos cargo de la necesidad de poner en el sitial que corresponde a la clase trabajadora y asumir que es ella y solo ella, el factor fundamental en cualquier proceso de cambios.

Debemos hacernos cargo de las demandas históricas de los trabajadores, demandas que no pueden ser minimizadas ni negociadas a espaldas de ellos.

¿Estamos dispuestos a postergar legitimas aspiraciones personales en el entendido que ante todo, por sobre todo, están los explotados y sus familias, están nuestros representados y los millones de compatriotas que no se deciden a luchar contra tanta desigualdad, por que no ven un instrumento que de verdad llegue a representarles?.

Todos tenemos visiones diferentes, por eso la falta de unidad. Pero no se debe seguir creyendo que hablamos de esa unidad de panfleto o aquella que cada tanto tiempo invocan muchos de los que poco o nada hacen por ella.

Si hablamos de la UNIDAD, asumimos que en ese empeño nadie puede quedar afuera, salvo aquel que se reste por su propia voluntad. Debemos avanzar a la concreción del instrumento único de la clase. Instrumento que no vendrá a reemplazar a quienes lo compongan, pero si fijará las pautas básicas de la acción a desarrollar.

Si vemos en la participación y el aporte de los trabajadores el éxito de la organización, no podemos seguir con instrumentos que les privan de opinión. Elección universal, un trabajador un voto, es el único instrumento que asegura la participación.

Si reclamamos por la carencia de recursos para la gestión, debemos poner todo el esfuerzo para lograr el autofinanciamiento. Cotización mensual y obligatoria de cada uno de los afiliados.

Si estamos cansados de la ingerencia de los instrumentos que actúan fuera de la orbita del movimiento sindical, asumamos que la forma de resolver sobre cuestiones vitales será la consulta a los trabajadores, por la vía del plebiscito o instrumento similar.

Si los trabajadores necesitan una guía clara y contundente para su accionar, concordemos en un Pliego Básico, con demandas que sean el sentir de la gran mayoría de los abusados en sus derechos. Pago regular de los sueldos, no descuento del aporte patronal en el seguro de cesantía cuando se despide por el articulo 161, pago y no declaración de las imposiciones, son elementos a considerar.

En definitiva, se trata de ponerse a trabajar para volver a ganarnos la confianza de los explotados, de los abusados en sus derechos que poco o nada creen en la organización sindical. Hay que ganarse el corazón de la clase educándola en sus derechos, hay que mostrarle que no está todo perdido, que entienda que nadie más puede volver a hablar por ella sin consultarla antes.

Nosotros como CGT estamos dispuestos a buscar la unidad, creemos que esta se encuentra en el trabajo conjunto y nos jugaremos por ello.
El trabajo fructificará y mostrara lo correcto de su orientación, cuando seamos capaces de llenar las calles con trabajadores organizados que hagan flamear sus banderas sindicales, que levanten con fuerzas las pancartas con las demandas. Los que explotan volverán a tenernos respeto cuando organizadamente iniciemos la lucha.

Este es nuestro compromiso en el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores y nos jugaremos por él.





MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T.

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