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sábado, 17 de abril de 2010

TEXTO DE COMPAÑERO JULIO OLIVA: el Honorable Diputado Carmona

Las preocupaciones de un HD

Cuando Don Luis Emilio Recabarren fue elegido Diputado de la República señaló categóricamente que no iría al Parlamento a legitimarlo sino a combatirlo. “Un representante comunista no va al Congreso a hacer política, a cooperar con los burgueses, a pedir empleos, a mendigar sueldos, o a intrigas entre pasillos” es una de las frases que dejó por escrito en abril de 1922.

Por estos días, cuando después de 37 años vuelven algunos militantes del Partido Comunista a integrar el Parlamento, más allá de cómo lo hicieron y cuanto costó en términos morales y éticos la denominada “inclusión”, uno espera que al menos se aboquen a cuestiones urgentes de solucionar para la gente que dicen representar, pero parece no ser la norma.

Claro, Hugo Gutiérrez, como abogado de Derechos Humanos fijó su primer objetivo en sacar del cargo al nuevo Director de Gendarmería designado por Piñera. Como ya es sabido, aunque Andrusco no fue procesado por el triple degollamiento de militantes comunistas, si formaba parte en ese minuto de la organización criminal llamada DICOMCAR, que funcionaba con efectivos y en dependencias de Carabineros, además de la inclusión algunos conocidos agentes como Miguel Estay Reino, el Fanta. Es decir, era parte del aparato represivo y oficial en el momento en que Manuel, Santiago y José Manuel fueron secuestrados y asesinados. Bien por la iniciativa de este nuevo Honorable Diputado, aunque me quedó un gusto amargo el viernes en el bandejón central de la Alameda pues solamente había un lienzo del Partido Socialista, ninguna bandera ni autoridad conocida del partido al que pertenecieron por años estos compañeros.

Por otro lado, podrá ser criticable como lo ha sido, pero el HD Guillermo Teillier, como presidente además de este novísimo PCCH, se instaló como parte de la gira del nuevo Presidente de la República, ese mismo que según la campaña de la segunda vuelta del sector al que representa Teillier traería de retorno la dictadura fascista. “A Piñera el pueblo chileno lo recuerda como un defensor entusiasta de Pinochet bajo cuya dictadura hizo su fortuna en base a la especulación y el desfalco”, señalaba el texto de la convocatoria a votar por Frei R-T. Bueno, al final parece que tampoco es tanta la diferencia con la Concertación y tampoco es de todos los días ser parte de una comitiva presidencial que visita América Latina, así es que puede pasar.

Sin embargo, del otro HD, el señor Lautaro Carmona Soto, no habíamos tenido noticias. Tal vez los días de readaptación a su Valparaíso de infancia lo sumergieron en la nostalgia o quien sabe en qué otras ocupaciones andaría tan alto dirigente del PCCH. Lo que nos llama profundamente la atención es que una de las primeras medidas tomadas por el HD Carmona Soto haya sido la de solicitar a la Guía Silver que se borrara de sus publicaciones al Sindicato de la Editorial Siglo XXI (El Siglo), señalando textualmente que: “El Sindicato del periódico El Siglo no existe, puesto que su conformación no fue legal”. Grave atentado a los derechos de los empresarios, por supuesto, el que se conformen sindicatos, peor aún si la empresa pertenece a un partido que dice defender los derechos de los trabajadores.

Lo que no le cuenta a los editores de la Guía Silver el HD Carmona, es que el Sindicato de Trabajadores de la Editorial Siglo XXI (El Siglo) fue constituido legalmente, ante presencia de autoridades de la Inspección del Trabajo, con la cantidad requerida de socios y sus estatutos. Tampoco que fueron ellos, los dueños del periódico y la empresa, los que intentaron desconocer a la organización señalando que su presidente no era trabajador dependiente, que iba solamente una vez a la semana a entregar artículos y no tenía horario fijo de permanencia. Extraño, para los que saben de medios de comunicación, que el editor general no deba tener permanencia continua en sus oficinas. Más extraño aún, para cientos de militantes y simpatizantes que conocían al equipo de El Siglo por muchos años, que se dijera que no eran trabajadores del periódico.

En sus maniobras llegaron hasta la Corte Suprema, con la conducción del abogado laboralista Pedro Aravena, para impedir que el Sindicato funcionara, señalando que la Dirección del Trabajo no tenía facultad de decidir quienes eran o no trabajadores dependientes de una empresa, el mismo argumento utilizado por CODELCO para desconocer a los trabajadores subcontratados. La Corte Suprema les dio la razón, no otra cosa puede esperarse de una justicia con sesgo de clase, suponemos. Pero solamente planteó que tal cosa debían resolverla los tribunales competentes, es decir la justicia laboral, por lo que los trabajadores de El Siglo tuvimos que acudir al Sexto Juzgado Laboral para demandar a la empresa. De eso ya hace dos años, con huelga de 11 meses incluida, lo que mantiene al Sindicato de la Editorial Siglo XXI con su vigencia mientras no exista un fallo que diga lo contrario, fallo que debería estar pronto a salir y que, esperamos, debiera dar la razón a quienes presentamos contundentes pruebas y sendos testimonios de nuestra dependencia como trabajadores de dicha empresa. En ese minuto esperamos una respuesta más acorde a los valores que dicen defender de parte de las autoridades del PCCH, dueños de la Editorial Siglo XXI, para terminar con este largo y lamentable proceso que ha obligado algunos de sus aun nobles militantes a dar explicaciones vergonzosas ante sus conocidos.

Por ahora, aunque le moleste al HD Carmona, el Sindicato sigue existiendo, el proceso sigue abierto en espera del primer fallo, y nuestros datos seguirán apareciendo en la Guía Silver.

Julio Oliva García

Presidente Sindicato Editorial Siglo XXI (El Siglo)

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