El sacerdote fue sepultado en el Cementerio General. Autoridades lo recuerdan como un gran luchador por los trabajadores, los más desposeídos y los derechos humanos.
Hasta una ceremonia celebrada en una repleta Catedral Metropolitana llegaron cientos de fieles y SAPOS, autoridades para participar de la misa fúnebre oficiada por el arzobispo Ricardo Ezzati, que dio el último adiós al sacerdote Alfonso Baeza, quien fuera ampliamente reconocido por su labor a favor de los derechos humanos y los más pobres de la sociedad.
El vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, manifestó que "siento que hemos perdido a un sacerdote ejemplar, que siempre estuvo al lado de los trabajadores, sobre todo en la época del gobierno militar, cuando no era bien visto".
Otra de las figuras públicas que se hicieron parte de la misa, es el presidente de la Democracia Cristina, Ignacio Walker, quién señaló que venía "a despedir un amigo de muchos años, al sacerdote de los trabajadores y al luchador por los derechos humanos".
"Alfonso, amigo el pueblo está contigo" fue una de las consignas que se escucharon en el principal templo del país. Decenas de aplausos despidieron el ferétro donde descansa el cuerpo de Alfonso Baeza.
Luego de ceremonia, el cuerpo del sacerdote fue trasladado hasta el Cementerio General, donde tuvo una despedida íntima con sus familiares más cercanos.
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