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sábado, 21 de diciembre de 2013

Libertarios en el mundo estudiantil: A 10 años del nacimiento del FEL

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Para la opinión pública en general, el FEL puede ser una organización desconocida, lo que alimenta una lectura sesgada o caricaturesca de su historia. Sin embargo, en el seno del movimiento estudiantil, los “libertarios” del FEL se han ganado un espacio en esta última década, teniendo presencia en las federaciones de las principales ciudades del país.

Este año, el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL) cumplió 10 años. Un 21 de mayo del 2003, nació en Valparaíso esta organización político-social estudiantil, que hace algunas semanas conquistó la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
Para la opinión pública en general, el FEL puede ser una organización desconocida, lo que alimenta (con la ayuda de ciertos sectores de la prensa) una lectura sesgada o caricaturesca de su historia. Sin embargo en el seno del movimiento estudiantil, los “libertarios” del FEL, se han ganado un espacio en esta última década, teniendo presencia en las federaciones de las principales ciudades del país. Actualmente, además de la FECH, el FEL participa activamente en la conducción de federaciones y centros de estudiantes a lo largo y ancho del país, destacando por cierto su presencia en Arica, Iquique, Copiapó, Valparaíso, Santiago, Concepción y Valdivia. También tiene una expresión en el mundo secundario y fue un actor relevante en las movilizaciones estudiantiles del 2006 y el 2011.
El FEL se constituye a partir de la confluencia de diversas tradiciones ideológicas e identitarias en el campo de la izquierda. Así, recoge elementos del pensamiento ácrata, como también aspectos del marxismo y del pensamiento latinoamericano, adaptándolos a la realidad presente en pos de intervenir en nuestro tiempo histórico. El ideario del FEL bebe de la fuente de la tradición y de la experiencia histórica del pensamiento social crítico y lo resignifica, tornándose esa simbiosis en una lectura contemporánea y heterodoxa de la política y de lo político-social. Ahí radica la complejidad y riqueza del constituirse como “libertarios”, por cuanto sus ideas y práctica política se construyen a partir de la experiencia de lucha concreta. Desde ahí el FEL fue superando una falsa dicotomía que imperó en el campo estudiantil hasta hace poco, que disociaba y hacía aparecer como antagónicos el campo de “lo político” con la esfera de “lo social”.
El FEL no ha estado exento en su historia a tensiones y conflictos propios a su constitución como organización, sin embargo, ha logrado sortearlos y permanecer como un actor protagónico ya por una década. ¿Cómo se explica aquello? A nuestro juicio hay 3 cuestiones fundamentales que están íntimamente concatenadas:
En primer lugar, en el FEL se expresa la voluntad política de sostener una organización que sea incidente y protagónica en el campo estudiantil, con vocación de mayoría y que aliente la construcción de un movimiento estudiantil masivo y politizado, con prácticas de deliberación y democracia internas muy arraigadas. El FEL se define y apuesta por radicalizar la democracia, por distribuir el protagonismo de los actores a través del fortalecimiento de las bases sociales de manera horizontal, construyendo nuevos esquemas de representación y liderazgo. De un modo u otro, se hace parte de las críticas a los espacios de representación tradicional, apostando por politizarlos y por ampliar los esquemas de participación social. En este sentido, es evidente que su crecimiento cuantitativo y cualitativo ha estado marcado por una voluntad de amplitud e inclusión inédita muchas veces en la izquierda (no solamente universitaria), cual es, la disposición de poner la política al servicio de los desafíos concretos que atraviesan al mundo estudiantil. Esto creemos que resulta sui generis en el espectro de la izquierda.
En segundo lugar, el FEL ha demostrado una alta capacidad de convergencia con otras fuerzas y organizaciones del campo estudiantil. En las distintas universidades donde tiene presencia, el FEL ha apostado por desarrollar una política de alianzas orientada al fortalecimiento del movimiento social estudiantil, renunciando muchas veces a cuotas de poder particular, en beneficio de una articulación mayor. Destaca así la presencia que tiene en la Pontificia Universidad Católica, donde hace 3 años levanta una plataforma de izquierda junto a otras organizaciones y hoy representan al 20% del electorado universitario de esa casa de estudios. Los mismo se puede decir sobre el empeño que han puesto para consolidar la plataforma Luchar en la Universidad de Chile. También la apuesta unitaria en Valdivia, donde acaban de ganar la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral en alianza con la Unión Nacional Estudiantil, la Izquierda Autónoma y otros colectivos de izquierda.
Por último, destaca que el FEL ha fomentado las luchas sociales multisectoriales, es decir busca sintonizar las demandas del mundo estudiantil, con el campo social-popular, principalmente con los trabajadores, pobladores, pueblo mapuche, organizaciones feministas y movimientos de contra-cultura. Permanentemente el FEL se ha hecho parte activa y solidaria de las luchas de otras organizaciones del campo popular, lo que refuerza su apuesta política más allá de los reducidos espacios y burbujas de “lo universitario”. Esto le ha permitido construir una lectura estratégica del período de mayor alcance y profundidad, dado que su praxis política, se va retroalimentando de la experiencia de otros actores y organizaciones del campo social y popular.
El reciente triunfo en la FECH, de la mano de la estudiante de Medicina Melissa Sepúlveda, completando así un tercer período en la mesa directiva de dicha federación (donde antes ya ocuparon la Secretaria General y la Vicepresidencia), consolidó el retorno de los libertarios a la centenaria organización estudiantil de la Universidad de Chile y le impone al FEL nuevos desafíos y tareas. Por eso afirmamos que tras 10 años de vida, la historia del FEL está en pleno movimiento; es todavía una página por escribirse, a la par de un proceso de revitalización de los movimientos sociales, el que sin duda los tendrá como protagonistas.

(Columna escrita en colaboración con Alexis Meza)

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