Juan Ignacio Piña, el presidente del Consejo de Defensa del Estado (CDE) que designó Sebastián Piñera antes de dejar su mandato, es un abogado -con doctorado incluido- que en el trato personal no tiene problemas con nadie en el organismo. Sus colegas lo consideran un tipo simpático, trabajador y “que sabe”. También aseguran que hizo “bien” su trabajo como subsecretario y luego como ministro de Justicia.
Sin embargo, hay algunas cosas que, en sordina, generan comentarios internos sobre su trabajo como abogado litigante. Y tienen que ver nada menos que con sus nexos con la familia Pinochet.
Piña fue abogado de Marco Antonio Pinochet y su esposa María Soledad Olave, en el marco del caso Riggs, las platas truchas del dictador en los paraísos fiscales, pero en la arista tributaria.
Hasta ahí nadie cuestiona que realizara su trabajo como un profesional más de la plaza, incluso con los familiares del fallecido dictador. Y aunque reconocen que en algunos casos ello podría derivar en conflictos de interés, nadie duda que llegado el momento se inhabilitará.
Sin embargo, una fotografía donde aparece tomando “once” con Soledad Olave y el mismísimo Pinochet -que sonríe a la cámara con esa socarronería macabra- ha generado más de un comentario sobre el verdadero alcance de su relación con la familia del ex militar… y lo que ello representa.
“No es de lo mejor que un presidente del Consejo aparezca en compañía con la figura principal de las violaciones de derechos humanos. No es ilegal, pero afecta la imagen del Consejo ya que perseguimos los crímenes del régimen de Pinochet”, reconoce un consejero consultado por este diario.
La imagen aparece en el libro “La nuera del general” (Soledad Olave) publicado por la periodista Paula Afani. Se trata de la misma profesional que publicó “Las redes del poder”, donde vinculaba a Bachelet con los envíos de ántrax que llegaron a Chile -y a distintos países del mundo- después de los atentados del 11-S en Estados Unidos. También apareció vinculada a Rómulo Aitken un ex detective estrella de la PDI -entonces su pareja- que se vio ligado a una red de corrupción con narcos, mientras Afani trabajaba en el comando presidencial de Lavín a mediados de la década 2000.
Y sobre la foto, otro consejero comentó: “Tenemos que trabajar con él. Fue designado dentro de las atribuciones del ex Presidente Piñera, pero la imagen pública claramente no es buena para el Consejo”.
Distintos abogados del CDE de Santiago y regiones consultados por The Clinic Online, reconocen la capacidad intelectual de Piña, pero se cuestionan si eventualmente deberá inhibirse cada vez que se analicen causas de violaciones de derechos humanos. También si ocurrirá lo mismo cuando el pleno del organismo deba resolver sobre la presentación de una querella criminal contra ex funcionarios del gobierno de Piñera. “Esa es la prueba de fuego”, comentó un profesional.
“Las dudas hasta ahora no han tenido una refrendación concreta, así que es mejor esperar a ver cómo se desarrollan las cosas antes de emitir una opinión, pero la foto es un episodio poco feliz”, dijo otro consejero.
“Es la única foto”
Consultado sobre la imagen, el presidente del CDE aseguró que es la única vez que ha estado con Pinochet; que fue a Los Boldos porque su clienta María Soledad Olave , tenía una casa en Santo Domingo que estaba cerca.
“Para hacerlo súper transparente. Conozco esa foto, que efectivamente está publicada en un libro que publicó Paula Afani respecto de Soledad Olave que fue cliente mía y de hecho es la foto de la única vez en mi vida que yo tuve con Augusto Pinochet. Ni antes ni después nunca estuve con él, porque era abogado de Soledad y Marco Antonio y en el marco de ese proceso (caso Riggs) nos juntamos esa vez”, apuntó en entrevista con este diario.
Consultado sobre una eventual inhabilidad respecto de las causas de derechos humanos –en el caso Riggs debe hacerlo- Piña explicó que su vida como abogado siempre ha sido pública y ligadas a casos de la misma especie y que en ese sentido no tiene nada que esconder.
-Tengo una historia de vida profesional que se encuentra sin más. Si entras a Google aparecen en las causas en las que he estado. No es que mi participación en causas hayan estado ocultas ni nada por el estilo. Es muy fácil encontrarlo y ahí aparece todo. Así que no es algo de la imagen del presidente del consejo que venga a ser sorpresivo, porque mi trayectoria profesional es suficientemente pública para esto.
- Presidente, en términos simbólicos, ¿no existe una suerte de extensión respecto de esa fotografía a la en la eventualidad que usted tuviera que opinar sobre las causas de derechos humanos que lleva el Consejo? Se lo pregunto porque Pinochet es la epítome. Y todo lo que viene después son las consecuencias de él.
- Yo creo que tienes una pequeña confusión. Es decir, lo que a mí me inhabilita es la participación en determinadas causas (caso Riggs). Por lo tanto sería desconocer las reglas que rigen las inhabilidades de los consejeros y del presidente en un órgano colegiado como para sacar ulteriores conclusiones respecto de eso.
- Están claras las inhabilidades formales, legales y materiales. ¿No existe la inhabilidad simbólica?
- Esto no es un problema de opiniones. Es un problema de que las inhabilidades guardan relación con trayectorias que uno ha tenido u opiniones que uno ha dado y no más que eso. No existen otras inhabilidades como las que tú quieres construir.
- En ningún caso quiero construir, presidente. Se trata del estándar que tienen hoy las autoridades. Se lo digo en el marco de lo que significan las redes sociales… La foto donde aparece usted con su clienta y Augusto Pinochet con la sonrisa que él esboza. ¿es un tema para usted? Sé que me insistirá en sus argumentos anteriores, pero…
- Si estás tratando de sacar otros… esa es la forma en que un abogado profesional se enfrenta a estos temas. No caben más consideraciones. Se que te encantaría que pudiera decirte algo más sabroso, pero no sería honesto desde la perspectiva de un abogado que ha tenido una trayectoria profesional pública, salir con una afirmación distinta.
¿Y estuvo bueno el té?
- La verdad, la verdad no me acuerdo. Fue relativamente corto. Fui a una cuestión muy puntual, porque estaba en Santo Domingo, en mi casa, y quedaba muy cerca. No fue más que eso.
El auto y las clases
Piña es socio de dos clubes de golf: La Dehesa y las Brisas de Santo Domingo. También aporta religiosamente a la Fundación Las Rosas y al Hogar de Cristo. Ambos datos aparecen en sus declaraciones de interés y patrimonio que se encuentran en Contraloría.
Piña es cauto y apegado a la ley. Por eso antes de tomar cualquier decisión acerca del servicio, siempre consulta más de una vez. “Es un hombre muy cuidadoso en materias administrativas y de cualquier tipo”, cuenta un cercano.
Las palabras de uno de sus colegas cuadra perfectamente con la reciente consulta que efectuó a la Contraloría.
Piña busca saber si es posible que el auto institucional lo lleve hasta la universidades (hasta ahora la UC y de Los Andes) donde hace clases y después lo conduzca donde sea necesario. La información fue confirmada por el propio Piña a este diario.
Pues bien, entre sus colegas el asunto genera molestia. “El auto oficial es para cosas oficiales y no para las clases particulares donde recibe otro sueldo. El taxi siempre está a la mano”, ironizó otro consejero.
Piña sólo tiene prohibición de litigar en su estudio que compartía con Francisco Cox y Matías Balmaceda, mas no para hacer clases, con un número determinado de horas, como cualquier funcionario público.
Ahora bien, el uso del auto institucional no es algo menor para el criterio del contralor Ramiro Mendoza. Es sabido que la utilización irregular de un automóvil es un hecho grave para el organismo fiscalizador que puede llevar incluso a la destitución.
Hasta ahora la Contraloría no ha emitido pronunciamiento formal sobre el tema requerido por Piña, pero entre los consejeros este asunto es “poco decoroso”.
“Es una señal de prudencia que el presidente del Consejo consulte a Contraloría antes de tomar una decisión que incluye los bienes del fisco, pero el sólo hecho preguntar si puede usar el auto institucional lo pone en una situación complicada con el concepto de probidad”, indicó un consejero.