La
ley antiterrorista se viene reforzada, según se puede leer en el
proyecto de ley, mensaje Nº755-362, rubricado por Michelle, Peñailillo y
Gómez, el cual contiene el concepto de estado policial y la forma de
control de la disidencia.
Vivimos
momentos especialmente complejos, todo ello, con motivo del “clima”
creado a propósito de la detonación de numerosos artefactos explosivos
en la Región Metropolitana desde el año 2005 a la fecha, que tal cual
cuenta la inteligencia policial, se empinan por sobre los 300, los que
en su gran mayoría, sino todos, fueron instalados en bancos,
instituciones policiales y fiscales, hasta el que tuvo ocasión de
explosar en la estación de metro Los Dominicos, el pasado 13 de Julio,
el de la Escuela Militar, ocurrido el día 08 de Septiembre del año que
corre y el que ocasionó la trágica muerte de SERGIO LANDSKRON, el posado
25 de Septiembre.
Estos últimos, claramente diferenciables de TODOS los anteriores, por
decir lo menos, son eventos extraños, sospechosos y cuestionados en
cuanto a sus motivaciones, autorías y demases.
Así, hasta en las páginas de contrainformación (así llamadas por la
inteligencia policial) queda sembrada la duda respecto de quienes serían
sus autores y más aún, cuales podrían ser sus racionales motivaciones. A
cuenta y riesgo, nada justifica tales demenciales explosiones.
Dichas acciones, generaron un terrorífico despliegue de los poderosos,
particularmente a través de los medios de desinformación de los cuales
son casi en su totalidad dueños, dentro de los que destaca el que parece
ser su estandarte, cual es, uno de los diarios de agustín, el
vespertino La Segunda, el cual a poco andar tituló el día 09 de Septiembre, El RETORNO DEL TERROR. Si
La Segunda lo dice, por supuesto que hay que preocuparse, dado que su
dueño si conoce, en primera persona, de TERRORISMO, otro tanto, es la
impunidad que campea respecto del octogenario Edwards y los demás
autores, cómplices y encubridores del aún pendiente y reciente genocidio
cometido en Chile a partir de 1973, por supuesto, debidamente
“ocultado” por los actuales malos gobiernos, todos los cuales, por
razones de estado aparentemente, han sido silenciados, más allá de los
falsos discursos y homenajes, que de tanto en tanto los otroras
compañeros le realizan a “sus muertos”.
Lo cierto, es que entre bombas, gallos y medianoche no solo se
consolida el actual modelo de exclusión y miseria, por medio de la
trucha aprobación de las mal llamadas reformas, sino que, paralelamente,
se consolida una agenda criminalizadora por parte del Estado hacia la disidencia y los movimientos sociales, ya
por medio de la instalación de dicho discurso a través de los medios de
comunicación, como punta de lanza, ya por medio de las adecuaciones al
derecho penal, general y especial, el cual bien sabido, es la más
poderosa herramienta de control social.
Así, se “instala” el fenómeno del terrorismo como el principal problema
que atraviesa la sociedad chilena, haciendo pasar piola las estafas de
los dueños de las AFP, de las ISAPRES, de los comerciantes de POLLOS, de
las FARMACIAS; el develamiento de los “polituchos” financiados por los
ricos y estafadores y tantos y tantos otras evidencias que bien pudiesen
ser tratados en un capítulo especial.
Por otro lado, los poderosos, a través de sus duopólicos
representantes, bien vestidos y alimentados, se alistan para presentar
al país nuevas y poderosas herramientas de control social, importadas
quizás por Peñailillo a través de su reciente viaje a la madre patria,
las cuales le llevan el reforzamiento de la Ley Antiterrorista, la inyección de importantes y peligrosos recursos a la inteligencia policial, el chipe libre eimpunidad de la brutalidad policial, la persecución penal infundada a la luchadores sociales, los montajes policiales y
otras, todas las cuales apuntan a mismo objetivo, cual es, la
criminalización de la disidencia, la crítica y los movimientos sociales.
En síntesis, la ley antiterrorista, aquella que por ilegítima no se iba
aplicar ( palabras de los gobernantes durante la pasada campaña
presidencial ), se viene reforzada, en su versión 2.0., según se puede
leer en el proyecto de ley, mensaje Nº755-362, de fecha 03 de Noviembre
de 2014, rubricado por Michelle, Peñailillo y Gómez, el cual en lo
fundamental contiene el concepto de estado policial y en definitiva, la
forma de control de la disidencia.
Así, estamos en la fase final de instalación del terrorismo
bacheletiano, el cual es conveniente señalar, que en los aspectos
relativos al fundamento ideológico, se parece bastante, sino se
confunde, con el fenecido proyecto de ley Hinzpeter.
De muestra un botón, Harboe y Espina, junto al empaquetado ministro del
interior, brazos arriba, anunciaron hace un par de semanas el
nacimiento de una moderna criatura criminalizadora, la cual bajo el
argumento del terrorismo, aspira dotarse de más y más potentes
herramientas penales para enfrentar a la disidencia y la protesta
social.
Habrá que estar atento a lo que se viene, de nuestros politicuchos legisladores, se puede esperar cualquier cosa.
Rodrigo Román Andoñe
Defensor Popular
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