por José Miguel Carrera (Chile)
En Chile, el Código del Trabajo permite despedir sin indemnizar a los trabajadores por sus años de servicio, apelando a la causal de “Caso fortuito o fuerza mayor”. Gracias a ese precepto legal, un empleador, a su solo juicio, puede decidir que no existen condiciones para seguir funcionando como empresa y eso le permite poner término al contrato de forma unilateral. En este caso, no está obligado a indemnizar de forma alguna al trabajador. Sólo debe avisarle por escrito que ha terminado su contrato.
Es decir, se resguardan fundamentalmente los intereses de los empleadores, olvidándose por completo de los efectos que puede tener en los trabajadores catástrofes como el reciente terremoto y maremoto.
Después del terremoto, la cantidad de compatriotas que han quedado sin trabajo y despedidos sin un mísero peso en los bolsillos, ha sobrepasado el número de los 6.000 en todo Chile, según informaciones de prensa. Con los dolorosos efectos para sus familias.
En la Octava Región del Bío Bío, uno de los lugares más golpeados por la catástrofe del 27 de febrero, se observaron muchos saqueos a supermercados. Lo medios de comunicación condenaban y mostraban a mucha gente robando alimentos. Es precisamente en ese lugar, y esgrimiendo la causal “Caso fortuito o fuerza mayor”, es que se han despedido a más de 3.700 trabajadores, en un nuevo tipo de saqueo, pero esta vez a las indemnizaciones de los trabajadores.
Nada dirá seguramente la ex alcaldesa Van Rysselberghe, hoy flamante Intendenta de Piñera, que en su momento fue intransigente con los saqueadores, incluso con los que se vieron obligados a “recuperar” productos de necesidad básica para sus familias, debido a que pasaban los días y los supermercados no abrían sus locales porque no tenían habilitados los sistemas en línea para cobrar, por la falta de energía eléctrica.
Arturo Martínez, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), ha declarado que han analizado los efectos del terremoto, y que en las áreas rurales hay miles de despidos.
La CUT está solicitando al Congreso que suspenda el nefasto artículo 159 y se adopten medidas de emergencia para la gente, mucha de la cual no sólo se quedó sin sueldo sino que tiene sus casas destruidas. Estiman los despidos en más de 15 mil y de ellos 9 mil no han recibido indemnizaciones.
Este militante del Partido Socialista, después de 20 años en el gobierno, ahora clama justicia para los despedidos y fiscalización por parte de las autoridades competentes. Su partido y gobierno desprotegió a los trabajadores al no prever ni salvaguardar sus intereses ante la eventualidad de casos como este.
Un caso vergonzoso y ejemplo de “ética empresarial” es el masivo despido en la exclusiva Clínica Providencia, de propiedad de la empresa Másvida, o MV Clinical. Según sus propios trabajadores, de un plumazo los dueños de esa institución privada han saqueado las indemnizaciones de cerca de 250 trabajadores. Entre ellos, hay personal con muchos años de servicio y ahora no recibirán ni siquiera una moneda.
Los pacientes fueron trasladados a otra clínica de la empresa. Ellos también son propietarios de la Clínica Las Lilas y de varias más en el resto del país. No es extraño, dicen, que dentro de un tiempo contraten nuevo personal, pero con menores sueldos y sin los derechos adquiridos por los despedidos.
En el lenguaje del presidente de MV Clinical, consultado por el diario empresarial Estrategia sobre qué harán con la Clínica, luego de informar que el 90% de su empresa Másvida ya funciona normalmente, dice técnicamente: “La sociedad pondrá término legal a su funcionamiento y a sus funcionarios”.
En un lenguaje más humano, la decisión está significando para los funcionarios de la Clínica Providencia que se deban ir para su casa sin la indemnización que se merecen.
De no mediar una decidida lucha por parte de los trabajadores despedidos y de la solidaridad de clase, los saqueos a los intereses de los trabajadores seguirán y ya el terremoto se está transformando en la mejor excusa empresarial para incrementar su capital.
Los trabajadores, pobladores, profesores, estudiantes y demás fuerzas sociales deberán unirse para enfrentar estos abusos.
Kume Felen o vivamos bien, en lengua mapuche.
Construyamos un Chile Digno.
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