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lunes, 14 de mayo de 2012

Análisis

Las redes vecinales derrotan a Twitter y a la Concertación en Providencia


La derecha tiene enfrente a una candidata sui generis. Sus apellidos evocan a la más rancia tradición vinosa del siglo XIX, y su historia está más ligada a Providencia que la del propio alcalde Labbé. Pero, por otro lado, sus coqueteos con la izquierda, su estirpe de buena vecina y su carisma la hacen atractiva para otros mundos. Tanto twitteros, concertacionistas, liberales, dirigentes vecinales, comunistas, ciclistas, ecologistas, y derechistas pueden confluir fácilmente, sin remilgos ideológicos, en una unidad para dar un golpe a la cátedra echando al Coronel. Mejor candidata no podría haber surgido de la más refinada ingeniería electoral.

Las más duras críticas a las Primarias de Providencia vinieron de la derecha, que no elegirá ni a uno solo de sus candidatos a alcalde mediante el mecanismo de primarias, diciendo primero que ninguno de los precandidatos tenía peso para enfrentarse al actual alcalde. Y posteriormente, que el bajo número de participantes mostraba la poca fuerza que tenía la oposición a Labbé en el municipio, pese al alto rechazo que generan sus últimas actuaciones. La razón de fondo es que se enfrentan a un fenómeno que no logran leer con el triunfo de Josefa Errazuriz, la “Pepa”, el nuevo ícono de estos tiempos.


Participé en estas primarias no solamente como vecino de Providencia, sino que colaboré con el comando del candidato de la Concertación, Javier Insulza, quien no necesitaba promoverlas, pues era el único que se atrevió a inscribirse en la coalición, ya que la figura del coronel Labbé espantó a muchos rostros que no quisieron apostar su capital político. Las reglas del conglomerado opositor le permitían ser el ungido, pero su audacia al abrir las primarias a otros mundos, incluso de derecha, permitió que ocurriera un fenómeno político, en el que tenía mucho que perder, y aún así se arriesgó.
¿Por qué Insulza, el candidato del sector que la mayor probabilidad de volver a ganar la presidencial del 2013 pierde estas elecciones? ¿Por qué Cristobal Bellolio, uno de los twitteros más influyentes y agudos de la red, pierde con una dirigenta social acerca de la cual muy pocos habían oído hablar?
La razón es que el mundo real existe fuera del binominal y de las redes sociales. Y en esto el atrevimiento de dos canales pequeños de televisión, sin compromisos con el poder, fue clave. Una serie de debates televisivos, en especial el de La Red el miércoles y el de CNN el viernes antes de la primaria, además de su cobertura especial del domingo, permitieron a los ciudadanos conocer a Josefa Errázuriz, que con la experiencia de su larga lucha vecinal en Providencia, que incluyó una candidatura a concejal independiente, construyó un discurso simple, creíble y cercano a los ciudadanos. Eran los vecinos contra Twitter y la Concertación. Pese a sus orígenes aristocráticos, era ella quien representaba la verdadera lucha contra la elite. Y contra los héroes, en estos tiempos no hay coalición o red social que valga.
Como puntales de sus campañas, sus contendores apelaron a las matemáticas políticas. Insulza, a su credo socialdemócrata, y Bellolio a su aparente transversalidad, insinuando que su dualidad de liberal y cercano a la derecha el Teorema del Votante de la Mediana. Y como armas, Insulza utilizó al sentido político de la Concertación y Bellolio, al encantamiento de las redes sociales. Esos argumentos, que probablemente sus comandos estén digiriendo como errores en la campaña, hacen aún más interesante la observación de esta primaria.

Alguien podía retrucar esto contando que el apoyo del ex Presidente de la FEUC, Giorgio Jackson, fue decisivo, en especial al ser manifestado en el campo de batalla de Bellolio, al viejo estilo de Sun Tzu. Pero otro de los referentes del movimiento estudiantil, Camilo Ballesteros (PC), apoyó en esta contienda a Bellolio. No fueron los rostros lo que convirtieron a la “Pepa” en la rockstar de la contienda, sino su desempeño en los debates televisivos que gestionaron sus contendores y sus propias redes de dirigentes vecinales, mucho más disciplinadas que las huestes concertacionistas o las sobrevaloradas estridencias de Twitter.
Se puede criticar que ganó con un universo bajo, pero si hubiesen votado más personas, los resultados habrían sido los mismos y probablemente más amplios. Es probable que la razón que primarias cuenten con porcentaje bajos de participación se deban a que dos décadas de binominal han adormecido la creencia que podemos cambiar el mundo con nuestro voto, como fue en el plebiscito del 88. Pero si hay muchas más elecciones como la de Providencia, abierta a los líderes que buscan su espacio en un sistema político estrecho, las cosas pueden cambiar y aumentar la participación.
¿Puede la “Pepa” y su batallón de dirigentes vecinales derrotar a Labbé? Es posible. En el 2008, en otro bastión de la derecha, la comuna de Vitacura, Rodolfo Terrazas, un candidato similar a Errázuriz, sacó un 32% de los votos, enfrentándose a otro de los alcaldes reconocido en la plaza como exitoso en su gestión. También Providencia tiene 40 mil nuevos electores, que nunca han participado en una elección y podrían dar un vuelco histórico. Si se mira con atención lo hecho por Terrazas en Vitacura, en plena era binominal, se le puede poner cuesta arriba a Labbé y en especial después de todo lo ocurrido en el 2011 en la comuna. Hay que recordar que el origen de la primaria fue el rechazo al homenaje a Miguel Krasnoff en un recinto municipal.
Por otro lado, la derecha tiene enfrente a una candidata sui generis. Sus apellidos evocan a la más rancia tradición vinosa del siglo XIX, y su historia está más ligada a Providencia que la del propio alcalde Labbé. Pero por otro lado, sus coqueteos con la izquierda, su estirpe de buena vecina y su carisma la hacen atractiva para otros mundos. Tanto twitteros, concertacionistas, liberales, dirigentes vecinales, comunistas, ciclistas, ecologistas, derechistas pueden confluir fácilmente, sin remilgos ideológicos, en una unidad para dar un golpe a la cátedra echando al Coronel. Mejor candidata no podría haber surgido de la más refinada ingeniería electoral. Ocupando una metáfora cinematográfica, es la Princesa Leia de Providencia.
La “Pepa” tiene mucho en común con Iván Fuentes y Camila Vallejo. Otros nombres, que antes de la explosión del movimiento estudiantil y la crisis de Aysén, no eran conocidos para la opinión pública y al igual que ellos, es imposible clasificar con la vieja taxonomía del sistema político chileno. Eso puede jugar a favor suyo, pues si hay una certeza, después de todo lo que ha pasado el año 2011, es que el país quiere más Camilas, Ivanes y Josefas que candidatos designados a dedo por mucha gestión que puedan mostrar.

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